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martes, 16 de octubre de 2012

La liga de 22: el descenso de Celta y Sevilla en 1995

El curso 1994-95 de la Primera división española, que alcanzaba su 64ª edición, proclamaba al Real Madrid como vencedor, siendo el vigésimosexto título para el cuadro merengue, rompiendo con la sequía liguera que había durado un lustro.

El título blanco daba acceso a los madridistas a participar en la Copa de Europa, eran los tiempos donde sólo accedían los campeones de cada país, el resto de instituciones que iban a defender su escudo por el continente eran el Deportivo y el Real Zaragoza, clasificados para la extinta Recopa, uno por su puesto en la tabla y el otro defendiendo título, junto a un grupo formado por Betis, Barcelona y Sevilla en la siempre transitada y peleada Copa de la UEFA. El Celta, por su parte, se había mantenido en una cómoda decimotercera posición, en la zona templada de la tabla.


Pocas personas eran capaces de prever que el deporte rey, el fútbol, se disponía a vivir de uno de los veranos más calientes con uno de los capítulos más extravagantes de la historia de nuestra Liga.

El verano de 1995
Los clubes de fútbol de España habían iniciado su transformación en sociedades anónimas deportivas (S.A.D.), a excepción de cuatro instituciones con singularidades presupuestarias: Athletic Club , Barcelona, Real Madrid y Osasuna. La crisis económica y los altos salarios estaban afectando a la capacidad económica del deporte y a la salud del fútbol. Las S.A.D. se veía como una de las posibles soluciones para gestionar con más viabilidad a las entidades.


El 1 agosto de 1995, los pilares del fútbol español se tambalearon cuando la Liga de Fútbol Profesional (LFP) anunciaba en un comunicado el descenso administrativo a la Segunda B, tercera categoría nacional y ajena a la LFP, de Celta y Sevilla. Sus plazas iban a ser ocupadas por dos equipos que habían bajado esa temporada: el Albacete y el Real Valladolid.

Los descendidos en el terreno de juego: Albacete y Real Valldolid
Los manchegos habían perdido la categoría, tras cuatro años consecutivos en Primera, en la promoción ante el Salamanca, de infausto recuerdo para José Francisco Molina, por aquel entonces portero del Albacete. El llamado ‘Queso Mecánico’ desperdició el 0-2 conseguido en el Helmántico para recibir un histórico 0-5 en su estadio, en el Carlos Belmonte, tras una inesperada prórroga en la que Urzaiz se convirtió en protagonista, de un valiente equipo charro dirigido por Lillo, empatando la eliminatoria y adelantando a los salmantinos en el tiempo extra.

escudo de la Unión, UD Salamanca

Por su parte, el Real Valladolid había realizado una nefasta campaña con sólo 8 victorias en 38 jornadas que los llevó a ocupar la decimonovena plaza, sólo por delante del histórico y desaparecido C.D. Logroñés. La penúltima posición condenaba a los pucelanos a disputar también la Segunda división.

Los descendidos en los despachos: Celta y Sevilla
El motivo del descenso de vigueses e hispalenses se debía a ciertos retrasos a la hora de presentar una cantidad de dinero, que hacía las veces de aval y que representaba el 5% del presupuesto de cada institución, sirviendo como una futura provisión de deudas, como exigía la Ley del Deporte.

Tales transferencias ascendían a 45 millones de pesetas por parte del Celta y 85 en el caso del Sevilla. El defecto de forma, que argumentaba la LFP, correspondía al retraso del pago dentro del plazo previsto, lo que motivó que ambos equipos recibieran a una sanción ejemplar con la pérdida de la categoría.

La consecuencia fue que los aficionados de ambas instituciones dejaron las gradas para salir espontáneamente a las calles, manifestándose por lo que consideraban una resolución injusta. Un descenso que había unido a dos hinchadas cuyos caminos se habían cruzado levemente en algún momento de la historia de la competición y que ahora tenían un destino común: recuperar su sitio en la Liga profesional.

Es en esta época fue cuando se popularizó uno de los cánticos del sevillismo: “Hasta la muerte, Sevilla hasta la muerte”. El caso de los rojiblancos era aún más complejo dado que se había ganado su puesto para disputar la siguiente Copa de la UEFA.

Los cuatro afectados buscaban soluciones
El trabajo se acumuló en aquel agosto a la LFP, debido a aquella precipitada decisión, dado que tanto el Albacete como el Real Valladolid no iban a renunciar a su reestrenada condición como conjuntos de Primera.

bufanda del Real Valladolid

Por otro lado, tanto el Celta como el Sevilla argumentaban que otros clubes habían disfrutado de un trato de favor en el pago, citando sin citar al Real Madrid, mientras que a ellos no se los había respetado el plazo para la subsanación, tiempo para haber corregido el "error". En el caso hispalense, además, el por entonces vicepresidente, José María del Nido, afirmaba haber realizado la transferencia del aval.

La decisión de la LFP
La solución final elegida fue salomónica, excepcional y caótica para el balompié nacional. El 16 de agosto de 1995, tras dos complicadas semanas llenas de tensas negociaciones, 38 clubes de la LFP aceptaban readmitir al Sevilla y Celta en la Liga profesional dentro de una asamblea extraordinaria retransmitida que había traspasado el umbral de las noticias deportivas.

Liga de Futbol Profesional, LFP

El nuevo sistema de competición dejaba la máxima categoría con 22 equipos durante dos temporadas (1995-96 y 1996-97) que fue paulatinamente desembocando en un trasvase de equipos hacia la Segunda.

El primer año, temporada 1995-96, descendieron dos equipos directamente y otros tantos accedieron a un 'playoff' para promocionar, un curso marcado por las rayas rojiblancas del Atlético de Madrid, triunfador con su doblete en Liga y Copa, y recordado por numerosas novedades:
  • Se instauraba la puntuación de 3 puntos por victoria, en lugar de los 2 otorgados anteriormente.
  • Los jugadores mantenían su dorsal para toda la temporada y aparecía su nombre serigrafiado en la parte trasera de la camiseta.
  • Se podía realizar un tercer cambio desde el banquillo.

El curso 1996-97 empezaba con otra llamativa normativa que cambiaría la manera de entender el mercado: la ley Bosman que consideraba a cualquier jugador de la Unión Europea como propio del país, sin ocupar plaza de extranjero.

En esta temporada se realizó la criba definitiva, con 4 plazas directas para perder la categoría y otro quinto equipo que se jugaba la permanencia a doble eliminatoria. Paradójicamente, tanto Sevilla como Albacete acabaron en la categoría de plata después de estas dos extrañas y complicadas campañas para nuestra Liga.

Para la 97-98, se recuperó el habitual formato de la máxima categoría española con 20 miembros. En cambio, la Segunda división, a partir de este momento, estaría formada por 22 clubes. Un legado que todavía se conserva y que se debe a aquel convulso verano de 1995 y al descenso administrativo de Celta y Sevilla.

9 comentarios:

  1. increibles las manifetaciones de ese año, hay se vio la fuerzaa del futbol

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  2. Como le gusta a Del Nido pedir que se cumpla la Ley a rajatabla hoy en día y que bien pidió que se la saltarán y le readmitieran en 1995...

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  3. Esos fueron los años en que el fútbol perdió su romanticismo para convertirse en otra cosa que nada tiene que ver y que es infinitamente peor.

    Fdo Gonzalo Largacha
    PD Hay un Tontenham en la liga de Luxemburgo

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  4. Dices que eso fue en el 95 y asi fue, sin embargo creia que eso habia pasado en los ochenta... Decision Salomonica, ... Chapuza mayuscula de principio a fin... un verano entretenido pegados a la radio llegada la media noche, .. estabas hambriento de informacion, y esta te llegaba con cuentagotas, ... los telediarios eran serios, solo politica y economia, y de futbol unos segundos. De tomate nada.

    Lo que ha cambiado todo, madre de dios.

    Recuerdos.

    GRANDE URZAIZ, GRANDE

    Ale, vamos a comer

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  5. Tienes razón y luego nos extrañamos de como va el país. Fue la época de los JASP, Joven Aunque Sobradamente Preparado, aunque su verdadera traducción es Joven Aunque Sobradamente Prepotante, cuanta medianía con ínfulas de ser poco menos que el nuevo Alejandro Magno. Al final voy a tener que darle gracias a Dios por haberme dado un cerebro.

    Fdo Gonzalo Largacha

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  6. @Jairo La verdad es que por motivos como este salimos a la calle. Por otras razones, ni nos movemos.

    @Gonzalo M. Los presidentes de clubes de fútbol son como los políticos, siempre exigen que se acate la ley cuando los conviene.

    @Gonzalo L. No encuentro lo del Tottenham en Luxemburgo.

    Y sí, fue una soberana chapuza. Lo único bueno es que ahora hay dos equipos más en la LFP, porque estar en Segunda es salvar el presupuesto y la vida de muchas instituciones.

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  7. Cómo han cambiado las cosas... de liga de 22 a liga de 20, liga de 2... y ahora liga de 1.

    Perdón por la sandez

    www.iBelde.com

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  8. La LFP se saltó los principios básicos de todo procedimiento administrativo y se precipitó al readmitir al Albacete y al Valladolid, que por derecho deportivo debían haber permanecido en Segunda División. Además, la aplicación de la norma puso de manifiesto su extrema desproporcionalidad, por lo que fue reformada mediante el Real Decreto 1846/1996, de 26 de julio, justo antes del comienzo de la temporada siguiente, para evitar que se volviera a dar una situación similar. Desde entonces, se han producido más descensos administrativos, pero jamás por este motivo.

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