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martes, 14 de enero de 2014

Jimmy Johnstone, el 'rey león' de Escocia

El fútbol escocés siempre ha sufrido el tópico de ser catalogado con un juego basado en el desplazamiento en largo, muy físico, caracterizado por remates de cabeza o segundas acciones. Un estilo que se practicó más en Inglaterra o Gales que en Escocia, donde siempre ha existido un mayor gusto por tocar el cuero y potenciar los jugadores técnicos y habilidosos.

La lista de mejores futbolistas nacidos en la preciosa Escocia estaría compuesta por una mezcla de talento y lucha recogida en nombres como: Kenny Dalglish, Jim Baxter, Denis Law, Alan Hansen, Paul Lambert, Tommy Gemmell, Gordon Strachan, Billy Bremner, Archie Gemmill, Joe Jordan, Peter Lorimer, Ally McCoist, Alex McLeish, Davie Cooper, Steve Archibald y Jimmy Johnstone.

escudo Escocia, Scotland badge
Jimmy Johnstone
Nacido en Uddingston, en los alrededores de Glasgow, en una época difícil como eran los últimos coletazos de la II Guerra Mundial. Jimmy Johnstone creció, como cualquier otro niño, ajeno a la recuperación económica del país, jugando en las calles con ropa desgastada mientras Gran Bretaña se recomponía tras el conflicto bélico. El fútbol como forma de vida, como pasatiempo y modo de ocupar las horas, aunque el esférico fuera una botella de plástico, unos harapos o un balón levemente hinchado.

Todo ello ayudaron a que Johnstone adquiriera una gran habilidad en el manejo de la pelota y en el regate. Un estilo inconfundible que le acompañaría en toda su carrera deportiva y que serían parte de su sello personal, junto con su escasa estatura -apenas 158 centímetros-.

La fama que adquirió con el equipo de su escuela, el St Columba's Primary, le abría las puertas de uno de los grandes clubes de la ciudad: el Celtic de Glasgow. A la edad de 13 años, ‘Jinky’ entraba a formar parte de las categorías inferiores de los verdiblancos.

Idolo del Celtic
La carrera de Johnstone con los 'bhoys' arrancaba en 1961, con apenas 17 años, en una meteórica progresión que conducía a la indiscutible titularidad a partir de 1963. Aunque los dorsales en aquella época no estaban asignados, y además el Celtic no los llevaba en su camiseta -último club profesional en implantarlo-, la parte trasera de su pantalón solía mostrar el '7', un número asociado a 'Jinky' en su estancia en Glasgow.

El hábil extremo derecho disputó 14 temporadas en el Celtic para un total de 308 partidos y 82 goles, rubricando una de las épocas más gloriosas de la institución con 9 Ligas, 4 Copas escocesas y una Copa de Europa.

El trébol verde de 1967
El curso 1966-67 se iba a convertir en el más fructífero de toda la historia para los 'bhoys'. El equipo dirigido por Jock Stein levantaba en esa campaña un rosario de galardones compuesto por la Copa de Glasgow, Copa de la Liga y el triplete formado por la Liga, la Copa escocesa y la Copa de Europa, lograda ante el Inter de Milán en Lisboa.

La firmeza de aquel plantel en aquella temporada se observaba en los números conseguidos, sólo 3 partidos perdidos de 54 compromisos oficiales jugados en todas las competiciones, curiosamente dos de las derrotas fueron ante el Dundee United.

El Celtic, fundado por un sacerdote católico en 1887, y representado por un trébol en honor a San Patricio, abría el listado de entidades europeas que se hacían con el denominado trébol o triplete -Liga, Copa y máxima competición continental-, un hito conseguido por Jock Stein, el primer entrenador protestante en dirigir en los banquillos del Celtic.

Celtic Glasgow, badge, escudo

Tras la proeza del Celtic de Glasgow en 1967, llegaban los tripletes de Ajax de Ámsterdam (1972), PSV Eindhoven (1988), Manchester United (1999), Barcelona (2009), Inter de Milán (2010) y Bayern de Múnich (2013).   

Los leones de Lisboa
El Celtic fue la primera institución británica que levantaba la 'orejona' gracias a un plantel de la casa, con futbolistas nacidos en Glasgow o en los alrededores de la ciudad escocesa. Los verdiblancos no eran los favoritos, pero su juego alegre, desenfadado y agresivo -bautizado más tarde como los leones-  se impuso al carácter más defensivo de los italianos, quienes contaban con la dirección de Helenio Herrera

La temprana ventaja en el marcador 'neroazzurra', gol anotado por Sandro Mazzola, y la disposición táctica interista, basada en el catenaccio, complicaban la remontada que se produjo finalmente por obra de Gemmell y Chalmers, con un extraordinario partido de Johnstone, cuyas fintas y dribling recordaban al propio Garrincha, posiblemente el mejor regateador de toda la historia.

Alineación del Celtic en Lisboa (1967)
Los aplausos del Bernabéu
El adiós de Alfredo Di Stéfano del Real Madrid necesitaba de un gran rival para despedir a la 'saeta rubia'. A petición de la estrella madridista, el Celtic fue el equipo elegido para cerrar su triunfal trayectoria en aquel 7 de junio de 1967. No había duda de que los 'leones de Glasgow' eran el equipo de moda por su reciente entorchado europeo.

El homenaje de uno de los mitos de Chamartín se vivió con los merengues llevando un inusual pantalón azul -para no despojar a sus adversarios de los números del pantalón- y una exhibición de Johnstone que hizo levantar al público de sus asientos y jalear sus regates con olés. El duelo, a pesar de ser amistoso, acabó con dos expulsados y alguna entrada a destiempo, una de las señas de identidad que padecía habitualmente este Celtic y que se reflejaba posteriormente en dos batallas deportivas ante Racing de Avellaneda y Atlético de Madrid.  


La batalla de Montevideo
El tipo de fútbol practicado por Johnstone -encarando constantemente al rival-, la dureza del fútbol en los 70 y 80, junto a la permisividad arbitral, convirtieron en un campo de batalla las eliminatorias por la Copa Intercontinental de 1967, entre Racing de Avellaneda y Celtic de Glasgow.

Los dos duelos, tanto el de Hampden Park como en el Estadio Presidente Perón, adquirieron un tono de orgullo nacional y patriótico. Los habitantes de Glasgow y Buenos Aires se volcaron con sus candidatos al trono mundial, aliándose incluso seguidores de otros clubes de la capital.

Celtic y Racing vencieron en sus respectivos compromisos -1-0 y 2-1-. No existía por aquel entonces la regla del mayor peso de los goles en campo contrario, en caso de igualdad, por lo que se acordó un tercer encuentro de desempate en el Centenario de Montevideo.

La dureza había asomado en el partido de Glasgow, incluso se había consentido el lanzamiento indiscriminado de objetos en el duelo de vuelta, en suelo argentino, llegando a impactar una botella sobre el portero escocés, Simpson, quien tuvo que ser relevado. Lances que pasaron a ser nimiedades con el tercer capítulo disputado en terreno neutral, donde las agresiones, patadas y puñetazos deslucieron el último capítulo del enfrentamiento.


Hasta cinco jugadores fueron expulsados: tres del Celtic (Lennox, Hughes, Johnstone) y dos de Racing (Basile y Rulli) en una época donde no era habitual amonestar ni dejar a los equipos en inferioridad numérica. Una lista que se podría ampliar con Auld, aunque no llegara a abandonar el césped.

En medio del caos, la ausencia de fútbol -y bajo la amenaza de suspender el partido-, un duro disparo de Juan Carlos Cárdenas se colaba por la escuadra verdiblanca. Racing estrenaba el palmarés de campeón del mundo de clubes para Argentina. La 'Academia' se doctoraba en Uruguay, bajo un dantesco espectáculo.

Racing se vuelve internacional
El éxito de Racing Club tuvo dos padrinos estelares, por un lado el actor Sean Connery. El por entonces agente 007 se encontró con los albicelestes en uno de los vuelos y deseó suerte a la plantilla, dado que el actor escocés simpatizaba con el Glasgow Rangers, histórico rival del Celtic. Incluso se comenta que Connery hizo una visita al vestuario de Racing en el encuentro jugado en la capital bonaerense.

Otro de los grandes seguidores que se granjeó Racing con este galardón fue el de John Lennon, si bien hay quien pone en dudas este hecho dado que los Beatles nunca se sintieron excesivamente atraídos por el fútbol.

Racing Club Avellaneda, 1967
De pie: Cejas, Basile, Perfumo, Martín, Chabay y Rulli. Agachados: Cardoso, Maschio, Cárdenas, Rodríguez y Raffo.  Racing campeón del mundo en 1967

Un habitual en Europa
Los nueves campeonatos consecutivos de Liga escocesa, 1966-74, dieron el pasaporte a los verdes para convertirse en uno de los habituales de la Copa de Europa. Distintos equipos apearon al Celtic durante aquella década -Dynamo Kiev, Milan, Feyenoord, Ajax, Inter o Ujpest-, llegando a la final en 1970, donde el 4-3-3 de la pizarra de Ernst Happel y los contraataques holandeses dieron el triunfo a los de Rotterdam.

En dos ocasiones llegaron a las semifinales, una ante el Inter en 1972 y otra frente al Atlético de Madrid, en 1974. Un encuentro que devolvía a los futbolistas del Celtic las sensaciones vividas siete años antes frente a Racing.

La dura eliminatoria frente al Atlético: la batalla de Glasgow
El equipo colchonero dispuso a cuatro argentinos en sus filas para aquella cita de semifinales celebrada el 10 de abril de 1974: Cacique Ovejero, Cacho Heredia, Rubén Ayala y 'Panadero' Díaz, quien además fue parte de la plantilla del Racing de Avellaneda en el choque de 1967, reviviendo los temores de otro partido de trincheras.

El estadio de Park Head fue testigo de otra batalla futbolística en la que el colegiado turco Babacan decidió castigar a los jugadores colchoneros con mayor severidad. El juego duro fue iniciado por los atléticos con gran contundencia en sus acciones, en especial para frenar a Johnstone, dentro de una agresividad en la que se terminaron contagiando los integrantes de ambas plantillas.

El colegiado otomano expulsó a tres futbolistas rojiblancos -Quique, de forma directa, Ayala y Panadero Díaz por doble cartulina-, además de las siete tarjetas blancas mostradas a otros tantos integrantes del Atlético. Por el lado del Celtic sólo sancionó a un futbolista: Deans. Curiosamente, el descontrol fue tal, que dependiendo de la fuente consultada, en este caso UEFA, varía el número de personas amonestadas con tarjeta blanca, las cuales pasaron a ser amarillas a partir de 1976.
 

A pesar de la inferioridad numérica el Atlético de Madrid defendió épicamente, con un Reina colosal, dejando el marcador en 0-0. El final del partido no puso fin a las agresiones que incluso continuaron en el túnel de vestuarios o en el aeropuerto, con enfrentamientos entre el personal de aduana y parte de la expedición madrileña.

El Atlético vencía en el partido de vuelta por 2-0, clasificándose para su primera final europea donde caía ante el Bayern de Múnich en el segundo partido, dado que el primero acabó con empate tras una prórroga a la que Luis Aragonés adelantaba a los rojiblancos y Schwarzenbeck neutralizaba la ventaja en el último momento, con un error de Reina que deslucía su gran rendimiento en el torneo.

Esta edición significó el punto final de Johnstone en la máxima categoría europea. Aquel deslumbrante Celtic iba perdiendo sus referencias, primero Johnstone en 1975, quien se marchaba a probar suerte en la exótica liga norteamericana -NASL- y más tarde Daglish, el cual daba en 1977 el primer paso para convertirse en el nuevo ídolo de Anfield Road.


El pequeño león de Lisboa
La carrera profesional de Johnstone no se vio interrumpida hasta 1979. Si bien, los últimos cuatro años, tras su marcha del Celtic, fueron devaneos momentáneos para probar otras competiciones. Además de la citada aventura norteamericana, San Jose Earthquakes, Johnstone jugó partidos para el Sheffield United, Dundee FC, Shelbourne (Dublín) y el Elgin City


En 2006, Johnstone fallecía en su localidad natal a los 61 años de edad víctima de la esclerosis lateral amiotrófica. La estatua que protege la entrada de la sede del club rememora a uno de los mayores referentes del Celtic, miembro de aquel equipo de los 'once leones' que rugió en Lisboa y que hizo del Celtic el rey de la selva, campeón de Europa en una época donde el más fuerte sobrevivía.

8 comentarios:

  1. Me quedo asombrado de la leyenda de duros que llevaron a la de buen rollo que ahora llevan, los vi una vez, en el campo del vecino, y uno de sus afcionados quedo roto al final, y hubo que darle mil y un abrazos, para que volviese en si, mientras desde la grada de en frente los compañeros no dejaban de llamarlo, se quedo sentado y no volvia en si, ya no lo recuerdo pero los habrian eliminado... que manera de sufrir la criatura, siempre busco al Celtic cuando llega el calendario europeo, pero claro, ahora quedan como un equipo de pueblo frente a las cifras del resto

    Recuerdos

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  2. Sin duda un historico del futbol britanico en los ultimos años huerfano del Rangers, grande mi atléti en esa copa de europa que nunca debimos perder. esta la quini por mi blog Alvaro, pasate si quieres estas a tiempo

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  3. Otro de los grandes del toque es Paul Lambert, de lo más elegante que he visto.
    Un abrazo

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  4. Por cierto aquella eliminatoria de 1.974 nunca se ha olvidado en Glasgow, siempre que nos enfrentamos a ellos, nos lo recuerdan. Algo tendrá que ver con que habitualmente el Atleti elimina al Celtic. Hubo otro enfrentamiento Atlético Celtic, el año que llegamos al final de la Recopa, creo que en el 1.986, que también tuvo sus más y sus menos.
    Un abrazo

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    1. Aunque a la prensa española se le olvide. Porque la última vez que jugaron Celtic y Atleti sólo el As se acordó de hablar de la rivalidad.

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