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sábado, 15 de octubre de 2016

Wayne Hussey y Craig Adams sobresalen con su 'Mission'

Se suele decir que las separaciones no traen nada bueno, aunque, a veces, distanciarse y ver las cosas con perspectiva puede suponer iniciar un camino alternativo que no se habría tomado anteriormente. El grupo británico The Mission sigue los pasos que ya marcaron bandas tan dispares como Dio, Megadeth o Gamma Ray, quienes tienen en común desvinculase de la formación matriz, casos de Black Sabbath, Metallica o Helloween, demostrando que los esquejes también pueden brotar, florecer y echar raíces.

Los músicos Wayne Hussey y Craig Adams fundaron The Mission en 1986, ambos eran exmiembros de Sisters Of Mercy, formación referencia del rock gótico que había nacido a finales de los setenta. El tándem Hussey y Adams pronto recogió los frutos, merced a la gran acogida de los discos editados entre 1986 y 1996, marchando a rebufo de los demás, pero a buen ritmo.

Si el objetivo de un grupo es disfrutar con lo que hacen y tratar de dejar huella, The Mission ha logrado incluir su nombre entre los referentes del rock, en la vertiente más oscura, aunque contradictoriamente su vuelta de tuerca al sonido de los Sisters daba como resultado una melodía más alegre y colorida.

The Mission, Madrid, Wayne Hussey, Craig Adams, Sala But,

The Awakening y The Mission en la Sala But de Madrid, el 14 de octubre de 2016
No es fácil ser telonero cuando acumulas más de una década sobre los escenarios. Por ello, el combo sudafricano The Awakening cumplió con una nota alta en su aparición en la Sala madrileña But. Solo le faltó a Ashton Nyte algo de química con el público para haber rozado el sobresaliente, dado que no fallaron a la hora de hacer carburar a una audiencia ya entrada en edad y donde las canas triunfaban entre las cabelleras.

Con un leve retraso, The Mission hizo aparición sobre las tablas del local del barrio de Chamberí. Cerrando el quinteto se encontraba Wayne Hussey, tan dicharachero como de costumbre, acompañado de una botella de vino, como viene siendo habitual, y dispuesto a repasar tres décadas de los mejor de su cosecha.

The Mission, Madrid, Wayne Hussey, Craig Adams, Sala But,

El set del repertorio no dejaba de dudas de las intenciones, arrancando de golpe con Beyond The Pale, Serpent's Kiss y Like A Hurricane. Con un nivel tan alto era lógico que existieran altibajos cuando fueron salpicando temas de los discos más nuevos, el último recientemente editado hace escasos meses.


Como si todo estuviera medido, y haciendo de nuevo un guiño a los seguidores más clásicos, Hussey, reinterpretó el Like A Child de un modo más acelerado a la versión habitual, movido bajo los hilos del bajo de Craig Adams, quien se iba animando a cada minuto, y bañado bajo la sensual voz de la corista femenina, la gran sorpresa de esta gira, un contrapunto sonoro que recordaba a la etapa más oscura de los Sisters, cuando Hussey y Adams eran parte del gran combo británico.


La primera parte del concierto terminaba con otra apuesta fuerte y bien calculada. Met-Amor-Phosis, perteneciente al último trabajo, encajaba a la perfección entre tres clásicos como Severina, Tower of Strength y Wasteland, terminando así el primer bloque de la noche.


Tras el descanso La sensualidad mostrada con la sentida revisión del Bird Of Passage en formato acústico dio paso a una de las canciones más hermosas y dulces de la historia del rock, Butterfly On A Wheel, evidenciando que uno de los grandes logros de The Mission fue popularizar el gótico y llevarlo a las pistas de baile a través de los teclados y la suave voz de Hussey.

The Mission, Madrid, Wayne Hussey, Craig Adams, Sala But,
Craig Adams (i), con el bajo y Wayne Hussey (d), a la guitarra.
Para poner el broche final a esta nueva exhibición y derroche de talento de los Mission, escogieron un corte muy apropiado. El estribillo de Deliverance se eternizaba mientras Hussey se mezclaba con el público y Adams dibujaba esa atmósfera única a través de sus cuatro cuerdas. "Brother, sister, give me deliverance", clamaba Madrid, banda y público, fundiéndose en un solo lema, hermanándose, cerrando esta comunión perfecta de casi dos horas de duración que valen por otros treinta años.