lunes, 27 de febrero de 2023

Dos orejas para Medina Azahara en el homenaje a Triana en Las Ventas

La Plaza de Toros Las Ventas de Madrid ha sido testigo de grandes tardes de toreo y de muchas noches de música. Hoy le tocaba al albero dejarse relajar por la música de unos cordobeses que no dejan de homenajear al grupo Triana en cada tema y en cada álbum, solo que en esta ocasión se han decantado por tomar prestadas los temas de aquella formación sevillana para convertirlo en un hermoso disco llamado 'Llegó El Día'.

La influencia de Triana en Medina Azahara es notoria y sabida. Los sevillanos se formaron en 1974 con un rock progresivo con raíces andaluzas. Ese estilo novedoso nos dejó un ramillete de grandes himnos y un temprano adiós por el prematuro fallecimiento en 1983 de Jesús de la Rosa Luque, Javier Osma, en accidente de carretera.

El nacimiento en 1979 en Córdoba de la formación Medina Azahara, tomando como nombre los preciosos restos arqueológicos a las afueras de la capital califal de lo que fue la ciudad que mandó construir en el siglo X el califa Abderramán III, supuso un nuevo despegue para el rock andaluz y supuso, con el tiempo, el mejor embajador de aquellos grupos, especialmente de Triana, quienes aparecían en su repertorio, pese a su dilatada discografía propia.


Medina Azahara en la Plaza de Toros Las Ventas de Madrid, 26 de febrero de 2023

La noche fría y dominical no impidió que mucho público se congregara en la carpa de Las Ventas. Con absoluta puntualidad saltaba al ruedo esta versión extendida de la banda, con Manuel Martínez, Paco Ventura y Manuel Ibañez, la terna que da lustre al grupo desde el pasado siglo, junto a los nuevos integrantes -Álvaro Coronado y Fernando Prats, tras la salida de Nacho Santiago-, más el apoyo inestimable de dos preciosas voces femeninas -Julia Abad y Yolanda Mozos, en cuyo caso también contribuía con su arte a través de la guitarra flamenca-. 

La noche era de Triana y Triana asomó como la luna en el firmamento. Hijos del Agobio abrió fuego para seguir con El Lago, tema habitual en el repertorio de los cordobeses a lo largo de los años. Manuel y Paco eran complicidad pura y química sobre el escenario. Se desgranaban los temas y se repasaba la trayectoria de aquello sevillanos, Triana, que no fueron pioneros, pero sí los que más influyeron en los que vinieron, como Medina.

 Una noche de amor desesperada hizo cantar al público, que iba tomando calor para combatir las gélidas temperaturas que se deslizaban por los tendidos. Sé de un lugar, quiero contarte eran tomadas como propias. Con Tu frialdad ganó en protagonismo la voz de Julia para formar un dueto delicioso con Manuel. 

Justo fue el momento en el que Medina volvió a ser Medina, aunque siempre lo fue, para empezar con sus clásicos propios. Paseando por la Mezquita nos llevaba bajo arcos de herradura y por esa preciosa Córdoba que tiene su canción, su himno propio que brilla tanto como esa ciudad de calles de clavel y rosas.

No quiero pensar en ese amor era la primera concesión de la formación madrileña sesentera Los Módulos, justo antes de Palabras de Libertad. No se podía pedir más. Era un grandes éxitos llevado al directo.


Necesito respirar se canta sola. La canta el público y la tararea como suya. Era la recta final, la de las canciones que han acompañado a este gran grupo que ha internacionalizado el rock andaluz, en su caso incluso con toques más exóticos, árabes, como en aquel 'Tánger', y que han embrujado a medio mundo, incluso a un mercado tan complicado para los españoles como es el nipón.

Abre la puerta era volver al repertorio de Triana, a su creatividad y melodía. Una canción que ha vuelto a la actualidad por estar dentro de la película 'Girasoles silvestres'. Todo tiene su fin no era el final. El prestado corte de Los Módulos, que ya es también parte de Medina, hacia vibrar a todo la gente. Y hablando de la gente, A Toda esa gente que sigue creyendo en ese loco visionario, como ha definido Paco a Manuel, iba dirigido el último corte. Un loco que fusiona estilos y sigue los pasos de Triana con sus inseparables Paco y Manuel, inconmensurables a la guitarra y a los teclados.

Ahora sí se puede decir lo de ¡Eh, Medina! Así sí se termina.

2 comentarios:

  1. Creo que Nacho Santiago ya no estaba al mando de la batería.

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