Páginas

domingo, 13 de julio de 2025

De Madrid al cielo; de AC/DC al infierno, con cuernos

 La vida es corta y hay que ver y hacer muchas cosas. Hay que ir una vez al menos a Nueva York, a Roma, París o a Londres, y no te olvides de Florencia. Hay que ver la Mona Lisa, también la de El Prado, y hay que ver a AC/DC en directo, aunque no te emocione. Es uno de esos grupo de obligado visionado, de esos dinosaurios del rock que lo mismo un día se extinguen y no habrá un Steven Speilberg para mostrarlos en pantalla.

AC/DC tienen muchas particularidades. Una de ellas es tener una tipografía propia que hace que su logo sea una marca propia reconocible universalmente y que se vende sola. Otro detalle importante es que su música ha traspasado generaciones y gusta aunque no guste. Una música muy identificable y que suena a ellos mismos, denominación de origen propia con sello de calidad.

Otro punto interesante es que generalmente se considera una banda australiana, por su nacimiento en Sidney, aunque la procedencia de algunos miembros de Glasgow, especialmente los hermanos Young -Malcolm y Angus-, y ahora el propio Stevie Young, sobrino de Malcolm, fallecido en 2017, hacen que también se considere como escocesa. Una reivindicación que incluso saltó al Parlamento en Edimburgo.


AC/DC y The Pretty Reckless en el Estadio Metropolitano de Madrid, 12 de julio de 2025

Iron Maiden, Metallica, Rolling Stones, Kiss y Guns N' Roses son algunos de los grandes nombres del rock. AC/DC es parte de esta alineación de mitos, sin duda, con el aliciente extra de llevar una década sin tocar por Madrid, demasiado tiempo para una sociedad tan esclava del reloj y tan necesitada de entretenimiento.

Uno no está para perder oportunidades, y menos para perderse una gira de AC/DC, por eso la expectación era máxima y el Metropolitano iba a acogerlos por dos noches, tras el éxito de ventas de la primera parada.  

AC/DC tiene alma de blues pero espíritu de rock: empezando por sus leyendas, acerca del origen del nombre, polémicas, principalmente religiosas por sus coqueteos con el diablo, y hasta historias repletas de exceso, como el trágico final del primer cantante, Bon Scott. Una biografía de puro rock.

The Pretty Reckless ejercieron de perfectos teloneros. Hard-rock y una líder al frente, la estadounidense Taylor Momsen, que llama la atención solo con su presencia: larga melena rubia, herencia de su pasado ruso, carácter, actitud y potente voz. Encandiló al público que iba llenando las pistas y asientos del Metropolitano.  

Empezaron con Death By Rock And Roll, y cantaron nueve temas, entre ellos Going To Hell, supongo que por la autopista que tenía preparada después AC/DC, y terminaron con el medio tiempo Take Me Down, muy blues y ochentero, y que bien podrían haber firmado Guns N' Roses o Bon Jovi.


La noche parecía querer apuntarse también al concierto de AC/DC. El estadio del Atlético iba oscureciéndose para ser bañado de nuevo por las luces del escenario y salpicado en el graderío y pistas por los cuernos luminosos de color rojo que llevaba la gente en sus cabezas, como si fuera un aquelarre colectivo. Silencio, nervios y primeros acordes de If You Want Blood (You've Got It). Con el calor que hacía, cualquier líquido es válido, aunque la sangre no hidrate como debe.

AC/DC acumula décadas de experiencia y cientos de éxitos. Decir cuál es su mayor aportación es entrar en una discusión, pero decir que Back In Black es un ejercicio de superación y de crecimiento personal es indudable. Un tema, una portada y un álbum en color negro para superar la muerte de Bon Scott. 

Los hits iban cayendo intercalados. Los más famosos se colaban entre los más habituales y alguno menos popular. Café para cafeteros en algunos momentos. Porque Thuderstruck se la sabe todo el mundo: es patrimonio sonoro de la humanidad.

Hells Bells obligaba a bajar la campana que estaba suspendida. Los tañidos transforman momentáneamente el Metropolitano en el Millerntor de Hamburgo, donde juega el St. Pauli y donde suena esta melodía cada vez que saltan los jugadores al césped. Bonita liturgia para un club de culto.

 

Angus Young se mostraba en plena forma, haciendo honor al apellido pese a su pelo cano. Carreras alocadas, esos pasos y ese caminar que todos hemos imitado en alguna ocasión. Como un niño revoltoso en el pasillo de casa de sus abuelos. Y esa maestría con la guitarra. Incluso tocándola con una corbata, después de haberse desprendido de su eterna indumentaria de colegial.

El calor era tan intenso que Angus se había despojado de la corbata y se había quitado varios botones de la camisa, como si fuera tu tío cuando pierde los papeles en la boda de tu prima. Brian Johnson tampoco estaba mejor, y su boina se había transformado en un momentáneo gorro de ducha.


Y más calor emanaba la caldera del Metropolitano cuando se interpretó el Highway To Hell. Esta canción es parte de la cultura pop. Referente absoluto en el género, ha aparecido en multitud de películas de distintos géneros, incluyendo los Simpsons. Es un grupo que le encaja a Bart, no hay duda. 

Dirty Deeds Done Dirt Cheap, High Voltage, Riff Raff precedían a You Shook Me All Night Long. Whole Lotta Rosie acompañaba a una versión extendida del Let There Be Rock, con Angus Young como maestro de ceremonias junto a su inseparable guitarra. Riffs imposibles, plataformas que se elevaban o lluvia de confetis. El stage era una constante caja de sorpresas. Un espectáculo de magia con varias chisteras.

El bis final llegaba con otro par de clásicos. ¿Y a estas alturas, cuáles ya no son clásicos? T.N.T. es otro tema con pasado y futuro hollywoodiense, de las que asoman y saldrán en multitud de películas. El último tema de la noche era el For Those About to Rock (We Salute You), con salvas de cañones incluidas para recordar que el rock sigue muy vivo y que con AC/DC seguirán presentando batalla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario