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sábado, 28 de octubre de 2023

Elfos, anillos, enanos y bardos en Las Ventas: Blind Guardian

 Hay productos que tienen una Denominación de Origen cuya calidad se ciñe a una zona geográfica. Pasa con los alimentos, con las bebidas y debería de pasar también con la música. El estilo 'power metal', derivado del 'heavy metal' pero mucho más rápido y melódico, tuvo su epicentro en Alemania con grupos como Helloween, considerados padres del movimiento y a Kai Hansen como padrino de este estilo, Gamma Ray o Blind Guardian. Tres ases. Tres reyes.

Blind Guardian fue fundado en 1984, aunque su actividad musical bajo el nombre que lo conocemos no arranca hasta 1988, contando con el cantante Hansi Kürsch y el guitarrista André Olbrich como cofundadores, siendo el también guitarrista Marcus Siepen el otro integrante con más años a su espalda en el grupo. En sus inicios coquetearon con el 'speed metal' y hasta con el 'thrash metal', con influencias de los primeros Metallica, pero con el tiempo los germanos labraron su propio estilo.

Blind Guardian se ha diferenciado del resto de grupos alemanes con la etiqueta del 'power metal' en tener un abanico más amplio en su discografía sobre una base más agresiva, derivando en las siguientes décadas en composiciones más sinfónicas y orquestales e incluso experimentales, teniendo también al folk como una fuente de la que beber musicalmente. Dado que en el apartado de las letras habría que acudir a J.R.R. Tolkien o Stephen King como absolutos referentes.

El universo de Tolkien ha sido uno de los recursos habituales de los germanos. Bardos, como se le conoce al grupo, magos, enanos, elfos y anillos pasean entre las letras de estos maestros del metal. Con once discos, y otras tantas hermosas portadas, llegaban a España para un tour en el que presentar su último trabajo: 'The God Machine' (2022).

Blind Guardian en el Live de la Plaza de Toros de Las Ventas, 27 de octubre de 2023

Inicialmente el concierto se iba a haber celebrado en la Sala la Riviera en la misma fecha. De un emplazamiento clásico a otro que lo fue y lo quiere seguir siendo en la música. Un poco como Blind Guardian. En este periplo por la Península, acompañan a los germanos una banda valenciana: Dawn Of Extinction.

Los de Sagunto mostraron buen hacer y muchos recursos instrumentales. No solo presentaron su discografía sino también varios estilos de metal, pasando de voces guturales a más melódicas, del death metal a temas de heavy metal que podría haber escrito Skid Row en los 90, como ese sentido Lost Paradise. Dawn Of Extinction ejerció de perfecto telonero para Blind Guardian.

Los de Krefeld se asomaban por el escenario de la Plaza de Toros con puntualidad germana y, bajo un telón formado por sombras de dragones y el propio logo del grupo, descargando un set tremendamente variado, alternando varias etapas y, por lo tanto, sonidos.

Imaginations From The Other Side fue la elegida para abrir, demostrando que Blind Guradian tiene una comunión especial con sus seguidores que se percibe en los coros. Como si existiera un libreto en manos del público o este estuviera expuesto en las pantallas: cada tema era cantado, cada acorde era tarareado, cada golpe en el bombo tenía un movimiento de cabeza al compás. Todo al unísono.

El combo teutón no se guardaba ningún truco de magia en su largo camino. Los mostraban como si fueran Gandalf y buscaran una ruta por mundos fantásticos y de elfos (Blood Of The Elves). La noche se cernía más sobre Madrid con Nightfall y se dejaba engatusar por preciosas melodías a las que solo faltaban juglares. Skalds And Shadows era una tregua tras The Script For My Requiem y Violent Shadows. Melodía tras la contundencia.

Hansi Kürsch no paraba de bromear sobre el histórico lugar en el que se encontraba mientras trataba de chapurrear palabras en castellano, como cualquier turista que ha caído en la Monumental con el objetivo de ver una corrida de toros.

La faena continuaba en el coso con su particular tendido a sus pies. Born in a Mourning Hall precedía a una versión más endurecida de Secrets Of The American Gods. Todo ello justo antes del momento siempre cumbre en un concierto de los Guardian. Una escena que todo amante de la música debe vivir. Porque The Bard's Song - In the Forest es una canción que en directo se convierte en una sesión grupal de karaoke. Hansi da pie con la primera estrofa y ya el resto entona este himno, trasladando al cuerpo y espíritu de sus seguidores al Poney Pisador, brindando todos con hidromiel mientras sus gargantas se fusionan en un único torrente de voz.

De la pausa al vértigo. De la balada folk a ese corte 'thrash' que es Majesty y que podría haber sido parte del 'Kill'em All' de Metallica. La primera ronda de temas concluía con el Traveler In Time. Muy apropiado en una jornada en la que se habían elegido temas de distintos años.

Los alemanes volvían con una sincera sonrisa y un tema extra de regalo, al igual que en Barcelona, por la entrega del público. En Madrid sonó The Quest for Tanelorn después de Sacred Worlds para luego recuperar el colofón habitual de toda la gira europea. 

Lord Of The Rings, en el enésimo guiño a Tolkien que lamentablemente Peter Jackson declinó en su día para usarlo como BSO en su trilogía cinematográfica, formaba parte de un bloque final en el que Valhalla elevaba los espíritus al más allá y Mirror Mirror permitía una última mirada a esa Tierra Media en la que se había convertido por unas horas la Plaza de Las Ventas, sin toros ni tampoco elfos, pero con muchos bardos y una gran dosis de magia.

lunes, 23 de octubre de 2023

Así es el Estadio Olímpico de Montjuic (Lluis Companys), la nueva casa del FC Barcelona

 El Estadio Olímpico Lluis Companys, en honor al antiguo Presidente de la Generalitat (1934-39) fusilado por el franquismo, está situado en la montaña mágica de Montjuic, desde donde se divisa toda la bonita ciudad de Barcelona. Este feudo ha sido el hogar del RCD Espanyol -en esa etapa debutó Leo Messi con el Barcelona en un derbi en Montjuic, 16 de octubre de 2004-, también de los Barcelona Dragons -equipo de fútbol americano, desde 1991 a 2001- y, actualmente, del FC Barcelona, mientras se terminan las obras del Camp Nou. Además, sirvió de sede para los JJ.OO. celebrados en 1992, de ahí que sea Olímpico.



El estadio lo inauguró el rey Alfonso XIII en 1929 con motivo de la Exposición Internacional que se llevaba a cabo en la Ciudad Condal y que permitió modernizar la capital catalana. Se proyectó como Estadio Olímpico para las cuatro candidaturas para las que optó Barcelona, aunque ha sido utilizada para muchos deportes, incluyendo el fútbol, rugby, fútbol americano, atletismo..., hasta deportes de nieve, como en 2009, con el espectacular 'Snow Show'.

Justo en el año 1929 se había iniciado LaLiga en España, por lo que tres de los equipos de la ciudad: FC Barcelona, RCD Espanyol y el CE Europa, todos ellos fundadores de la competición, usaron Montjuic como campo propio. El primer gol fue logrado por Pep Samitier, del FC Barcelona, en ese mismo año. Curiosamente, en 1957, se disputó en Montjuic la única final de Copa que han disputado los dos equipos principales de la ciudad: FC Barcelona y RCD Espanyol, por entonces cambiadas sus denominaciones por la dictadura a CF Barcelona y RCD Español, con triunfo final culé por 1-0.


En 1992 se realizó la ceremonia de apertura y clausura, además de las pruebas de atletismo, de los Juegos Olímpicos de Barcelona, celebrados gracias a la figura de Juan Antonio Samaranch. En la ceremonia de apertura, el encendido del pebetero se realizó de una forma muy original con el lanzamiento de una flecha lanzada por el arquero paralímpico Antonio Rebollo.  




El Espanyol, desde 1997 a 2009, usó el estadio como local mientras hacía las mudanzas del viejo Sarriá al nuevo estadio de Cornellà-El Prat. Ahora es el Barcelona el que hace de anfitrión, dado que el Camp Nou está de obras. El aforo actual es de 60.713 espectadores.

Sobre su césped han tocado los mejores artistas de la música. El primero fue Prince en 1990 para dar paso a otros gigantes del pop y del rock como Shakira, Beyoncé, Michael Jackson, Bruce Springsteen, U2, Coldplay, AC/DC, Muse, Metallica, Guns N' Roses. Y por encima de todos, The Rolling Stones, quienes podrían considerar Montjuic como su segunda casa, dado que han tocado más veces que nadie, hasta cinco giras.

Curiosamente, el primer Clásico de la historia en Montjuic lo va a disputar el FC Barcelona ante el Real Madrid con el logo de los Rolling Stones, dado su contrato con Spotify, quien será patrocinador del nuevo Camp Nou. Un guiño musical a la historia y al fútbol con forma de lengua.

miércoles, 4 de octubre de 2023

¿Quién es Alfonso Pérez? El exjugador del Real Madrid y Barça que dio nombre al Coliseum, el estadio del Getafe CF

 Artículo escrito por mí para DAZN News

Alfonso Pérez fue un delantero español famoso en la década de los 90, nacido en Getafe en 1972, y formado en la cantera del Real Madrid, que dio nombre al estadio del Getafe hasta el 4 de octubre de 2023, donde tras unas declaraciones polémicas sobre el fútbol femenino tanto el club azulón como el ayuntamiento decidieron quitar su nombre del Coliseum.

Alfonso Pérez llegó a la cantera madridista los 13 años. Pese a no a haber jugado en el equipo getafense, al menos en el primer equipo, pero sí en el fútbol base, el nombre del estadio de fútbol, el Coliseum, tomó su nombre tras una votación popular realizada en 1998, justo en el momento en el que Alfonso estaba en uno de sus mejores momentos deportivos y justo en el instante en el que se estrenaba el feudo del Getafe CF.  

 

Alfonso Pérez fue durante mucho tiempo uno de los canteranos más prometedores del Real Madrid. Parecía el relevo natural de Emilio Butragueño en la delantera blanca. Incluso portando el mismo dorsal, el ‘7’ a su espalda, y teniendo la bendición del propio ‘Buitre’ y de Jorge Valdano. El sucesor parecía que estaba en casa. 

Tras cinco temporadas como merengue, a razón de una veintena de goles, recaló en el Real Betis, donde vivió su plenitud profesional. En Heliópolis, donde aterrizó en 1995 tras una despedida de Madrid entre lágrimas, curiosamente dando el testigo a otro canterano que estaba esperando su puesto y que sí triunfaría como merengue: Raúl González.

En Sevilla, Alfonso recuperó ese olfato goleador, siendo el segundo máximo artillero de LaLiga en 1997 con 25 dianas, solo superado por Ronaldo Nazario en su estratosférico estreno en el FC Barcelona. 

Precisamente, y tras triunfar como verdiblanco, su siguiente destino era el Barça, fichado en el año 2000, como sustituto de Luis Figo, ya contratado por el Real Madrid, e incluso posteriormente, tras no cumplir con las expectativas en la Ciudad Condal, vivía una cesión en un histórico francés, el Olympique Marsella, para regresar al Betis en una segunda etapa, menos fructífera que en la anterior ocasión, dado que los constantes contratiempos físicos habían marcado muchos instantes de su progresión, especialmente con el cambio de milenio.


En cuanto a la Selección, fue internacional con España, miembro de la plantilla olímpica que logró el oro en fútbol en los JJ.OO. de Barcelona 1992, participó en dos Eurocopas (1996 y 2000) y un Mundial (1998). Su gran momento con la ‘Roja’ es también uno de los momentos más recordados de la Selección: cuando anotó un doblete, siendo el segundo tanto sobre la bocina ante Yugoslavia en Brujas en la Euro 2000, en un encuentro calificado por muchos como uno de los más emocionantes de todos los tiempos y que acabó con 4-3 en el marcador, permitiendo a España alcanzar los cuartos de final de aquella edición.  

Su hermano, Iván Pérez (1976), también fue futbolista profesional. Iván igualmente se formó en la cantera del Real Madrid y vivió una trayectoria también dispar y en algunos momentos similares. Llegó también a debutar en el Real Madrid y coincidió con Alfonso en el Betis, previo paso por el Extremadura, el conjunto de Almendralejo. Posteriormente, estuvo cedido igualmente en el fútbol galo, en esta ocasión el Girondins, y finalmente vistió las camisetas del Dépor, Leganés y Girona, sin encontrar nunca la ansiada continuidad como titular.


Las botas blancas de Alfonso Pérez

Como curiosidad, la marca deportiva Joma apostó en 1996 con Alfonso Pérez por un innovador modelo de botas blancas, lo que provocó que mucha gente supusiera que era un guiño al Real Madrid. El getafense, por aquel entonces en el Real Betis, se convertía en un pionero dentro de un universo monocromo de botas negras. Aquella novedosa maniobra de marketing, que fue un éxito de ventas para la marca toledana Joma, encontró pronto eco en muchos futbolistas, pintando de cualquier color las botas sobre el verde. Un arcoíris de tonos que ya no sorprenden, pero que en su momento impactaron de la mano, en este caso de los pies, de Alfonso Pérez.

domingo, 3 de septiembre de 2023

Helloween: las calabazas no tienen fecha de caducidad

Hay conciertos que se hacen desear por ser únicos o por ser una nueva oportunidad para ver a un grupo en un momento excepcional. La banda alemana Helloween ha logrado reunir a los tres cantantes que hicieron de esta formación un referente, en gran parte por ser los padres del power metal, un estilo que conjuga velocidad con melodía, y por otro por firmar algunos de los mejores discos del metal. Lo que le convierte en únicos.

La pandemia y diversas causas, entre ellas la enfermedad de Michael Kiske, hicieron que el concierto inicialmente programado para 2020 se dilatara en el tiempo hasta 2023. Una situación insólita que provocaba que este concierto de Helloween fuera especial ya sin producirse.

Hammefall y Helloween en el WiZink Center de Madrid, 2 de septiembre de 2023

Nadie mejor que Hammerfall, con una gran relación personal con Helloween, y a los que profesionalmente les une muchos vínculos, para servir de teloneros. Los suecos, que estéticamente también deben mucho a Manowar y musicalmente a Judas Priest y los propios Helloween, tienen una dilatada carrera musical que arrancó en 1997 y que abarca hasta la actualidad.

Bajo su simbología nórdica, en forma de martillos y de alfabeto rúnico, ofrecieron una descarga de mucha calidad donde alternaron temas de todas las épocas y de todos los estilos, desde la sentida balada Glory To The Brave a temas vibrantes como Brotherhood, pasando por un medley o apostando por himnos como Let The Hammer Fall. Sonaron contundentes como un martillo sobre el hierro frío. Haciendo honor a su nombre y a su nacionalidad.

El idilio de Helloween con España es digno de estudio. En su día los alemanes, en la década de los 80, grabaron el que a la postre sería su sencillo más exitoso, I Want Out, en el Café Iruña de Pamplona. Sí, el mismo lugar al que solía acudir Hemingway. 

La casa del cantante Andi Deris en Tenerife, que además sirve de estudio de grabación, junto al concierto editado en DVD, United Alive, y en el que el público de Madrid ejercía de aliado de los germanos. Tres detalles que estrechan los vínculos entre España y Helloween.

Con todos estos ingredientes no es de extrañar que los conciertos de Helloween en España sean de los que cuelgan el cartel de "no hay billetes".

Al igual que en la gira del United Alive, Helloween regresaba a la capital con todos los miembros activos sobre el escenario y con el aliciente extra de un disco fruto de este reencuentro. Un disco que no es cualquier trabajo, sino el álbum más redondo desde la etapa de los Keeper. Palabras mayores para una formación que ha escrito páginas importantes en la historia del rock y del metal.

 Arrancar con Skyfall era una gran idea. El tema cuenta con la voz de los tres cantantes, los 'Tres Tenores' del Metal, Andi Deris, Michael Kiske y Kai Hansen, y pertenece al último disco, de título homónimo. Esta aparente declaración de intenciones no se produjo, dado que solo Best Time y Mass Polution fueron las elegidas del trabajo más reciente para asomarse por el set list

El resto del repertorio fue un viaje temporal, de días de futuro pasado, como Future World o How Many Tears, cuando estos alemanes nos avisaban preocupados por el devenir de la humanidad y angustiados por una hipotética III Guerra Mundial entre rusos y estadounidenses. Letras sobre el mañana que ya son parte del ayer.


El show era el triunfo de la nostalgia y una exhibición de lo fueron y de lo que son. Kai Hansen sorprendió al rescatar y desempolvar viejos temas del 'Walls Of Jericho', los que había escrito entre 1984 y 1985 junto a Michael Weikath y Markus Grosskopf, únicos miembros perpetuos de Helloween. Su voz rasgada y su afilada guitarra tomaron el mando del espectáculo.

Tampoco faltaron a la cita himnos de la formación como el Dr.Stein o el Keeper Of The Seven Keys, esa pequeña epopeya de casi un cuarto de hora que habría compuesto Vivaldi si hubiera nacido en el siglo XX y en Alemania. Velocidad, melodía, técnica y virtuosismo: Helloween. Y mucho más, también delicadeza y ternura, como demostraron Deris y Kiske al interpretar como dueto esa preciosidad llamada Forever And One.

Después de varias lluvias de confetis y con Andi Deris como excelente maestro de ceremonias, siendo gran parte de sus discursos en español y siendo en su totalidad un torrente de humor, se acababa el espectáculo con I Want Out. Mientras sonaban los acordes de esta canción, varios globos en forma de calabazas caían sobre la marea humana para deleite de unos seguidores, que han vuelto a arropar a los padres del 'power metal', los cuales no parecen tener fecha de caducidad.

viernes, 28 de julio de 2023

Placebo homenajea a Sinead O'Connor en Madrid

Según el diccionario, placebo es una "sustancia que carece de acción curativa pero produce un efecto terapéutico". El grupo británico fundado en 1994 bajo el nombre de Placebo ejerce el mismo efecto en sus oyentes. No curará, pero es tremendamente terapéutico.

Placebo, convertido ahora en un dúo, llegaba otra vez a Madrid para presentar su octavo disco. Un álbum que es una amalgama de sonidos y que viene a ser un resumen de ese estilo alternativo y ecléctico que han ido mostrando en estos años, unas veces llevados por las guitarras y otras por los sintetizadores. Distintos destinos bajo un mismo origen.

'Never Let Me Go' (2022) es el nombre de este último trabajo. Hay discos que funcionan mejor en directo, otros cuando vas conduciendo y otros con el paso del tiempo. Algunos también funcionan bien en el coche tras un directo y cuando ha pasado un año desde que se presentó.


Placebo en el Real Jardín Botánico Alfonso XIII de Madrid, 27 de julio de 2023

El Real Jardín Botánico Alfonso XIII de la Universidad Complutense de Madrid era el lugar donde Placebo iba a mostrar su trabajo más reciente, cuya portada es un llamamiento al ecologismo. De ahí que el lugar pareciera tan apropiado, tan bucólico y tan aparentemente alejado de Madrid. 

A todos los que nos gusta el fútbol, tenemos una alineación de nuestro equipo favorito, y en nuestra cabeza tenemos los recambios que usaríamos en distintos momentos del partido. Lo mismo pasa con la música. Todos tenemos un repertorio idóneo de nuestros cantantes favoritos, solo que a veces no sale como uno piensa.

Arrancaba Placebo el concierto con Forever Chemicals bajo la advertencia no grabar nada con el móvil. Se trata de un corte muy oscuro de su último álbum con el que daban la bienvenida a la noche madrileña el dúo: Brian Molko y el sueco Stefan Olsdal, aunque estaban acompañados de varios músicos de apoyo para la gira, así como un batería.

Beautiful James es musicalmente alegre y movido, muy en la línea del sonido de los últimos discos. Una alegría que parece fingida y mostrada por una careta, escondiendo el verdadero rostro detrás. Estaba claro que el guion que iba a seguir la jornada era repasar el 'Never Let Me Go', que no es ni el mejor ni el peor disco, pero iba a romper la alineación de temas que alguno tendría en su cabeza.

Scene Of The Crime se va desmelenando y volviendo más compleja a cada segundo que pasa, parece un adolescente que grita enrabietado al mundo. Y ese mismo mundo era el que coreaba el estribillo de Hugz para satisfacción de los que traían aprendido el disco más reciente.

 Happy Birthday In The Sky es desgarradora y rezuma melancolía, por eso fue la escogida para hacer el homenaje a la fallecida cantante irlandesa Sinead O' Connor, a quien iba dirigido todo el set de la noche, como reconoció Brian tras leer un texto en español -seguramente escrito por Stefan- a modo de panegírico. Por el contrario, Bionic es más directa y representa los inicios de la formación, más guitarrera e incluso con toques punks y alternativo, acorde a la época de la década de la que viene. Por momentos es muy 'grunge', con ecos a Sonic Youth y Smashing Pumpkins.

A estas alturas ya solo se podía repasar viejos temas o seguir repasando nuevas canciones. Se tiró por la segunda vía con Surrounded By Spies, Sad White Reggae, Try Better Nex Time, muy pop, por lo tanto festivalera y veraniega, como si nos tomáramos un helado mientras vemos una puesta de sol. Luminoso, pero sabiendo que detrás viene la oscuridad.

Una pena que se cayera de la lista This Is What You Wanted, tan delicada y a la vez tan firme. Con Went Missing, Brian Molko se disfrazaba de Leonard Cohen y parecía recitar y susurrar hasta encontrar el clímax musical en el que todos los instrumentos y su voz danzan alrededor. 

 

Era el momento de sacar la artillería y lo hacían tras hacer vibrar a todos con Too Many Friends. El tiempo se agotaba y algunos de los clásicos no habían asomado la patita. For What It's Worth daban paso a Slave To The Wage, Song To Say Goodbye y The Bitter End. Como si fuera una etapa del Tour y tras pasar puertos de segunda y de primera nos encontráramos con tres puertos fuera de categoría. El Tourmalet se quedaba corto.

Infra-red, ese tema que en su inicio para hacer un guiño a Depeche Mode para más tarde mostrar trazas de The Cure y The Pixies, era el postre que nos tenían reservados los dos chefs justo antes de marcharse, justo cuando el show estaba cogiendo su ritmo y cadencia adecuados.

Tras una breve despedida volvían con un desenlace a la vez esperado y no. Stefan, tras haber pasado de las cuatro a las seis cuerdas, mostraba sus dotes como voz principal para ofrecer una versión del Shout de Tears For Fears muy similar a la original, al contrario de lo que hizo el grupo Disturbed en su día. Aprovechando la situación, bien habría encajado la excelente versión que hicieron de Jackie de la propia Sinead O'Connor en lugar del Shout, pero es que cada uno tenemos una alineación en nuestra cabeza.

Fix Yourself era la siguiente y penúltima de la cita. Un corte demasiado íntimo para estas alturas de noche, porque irremediablemente se agolpaban las notas de otro tema versionado, este sí transformado en algo propio, y que es el Running Up That Hill de Kate Bush. El colofón habitual con el que homenajear a Sinead, allá donde esté.

domingo, 25 de junio de 2023

Mötley Crüe y Def Leppard devuelven a Madrid a los 80

 La nostalgia vende. La música, el cine y la moda han descubierto que las generaciones que vivieron ciertas épocas, y las que no, ansían con disfrutar de detalles que evoquen aquellos momentos, muchas veces idealizados y otras veces justamente alabados. La década de los 80 está siendo una de las favoritas a nivel de marketing. 

Mötley Crüe y Def Leppard vivieron su mejor etapa musical en los 80 y 90. Unos eran los chicos malos del hard-rock californiano y los otros la sofisticación y el vanguardismo de la primera hornada de la denominada New Wave of British Heavy Metal, la nueva ola del 'heavy metal' británico, donde compartían espacio con Iron Maiden, Venom, Motorhead o Saxon, entre otros.

Cuando Mötley Crüe y Def Leppard anunciaron una gira juntos por el planeta, los aficionados fantasearon con la posibilidad de su llegada a España. Algo que finalmente se produjo. Una única visita a nuestro país. Una única y esperada visita.


Los Sex, Mötley Crüe y Def Leppard en el Auditorio Miguel Ríos de Rivas-Vaciamadrid, 24 de junio de 2023

La acústica que proporciona el Auditorio Miguel Ríos perdona su distancia a la capital. Por un lado ganas y por otro pierdes, como la vida misma. Los Sex fueron los primeros en salir al escenario. Un nombre premonitorio para lo que vendría después. La banda madrileña cumplió con su papel a la perfección. Bajo el incesante sol, practicaron un rock con toques clásicos para una formación moderna y joven.

La simpática película 'Jacuzzi al pasado' (2010) habla de varias personas cansadas de su día a día en pleno siglo XXI y que, tras meterse en un jacuzzi, aparecen en 1986, en un festival. La pasión por Crüe en la película está patente en uno de los protagonistas. Una pasión contagiosa.

Anoche fueron muchas más personas las que entraron a ese jacuzzi, incluyendo el grupo californiano: Vince Niel, desmejorado físicamente y fantástico a nivel de voz, Nikki Sixx, con su magnetismo intacto, y Tommy Lee, todo carisma y alegría desbordada. A ellos, ante la ausencia en el tour de Mick Mars por temas de salud, se ha juntado John 5. Como si a los más malos del colegio se les juntara el nuevo, el que fue expulsado de otra escuela. Una acertada decisión dado el poder visual que tiene el guitarrista ex Marilyn Manson y Rob Zombie, quien usó, como es habitual en él, guitarras inimaginables y recursos varios. El equilibrio perfecto entre una banda nostálgica de los 80 y un guitarrista contemporáneo.

Mötley Crüe fue Mötley Crüe. Su espectáculo fue crudo, directo y atronador, casi garajero. También incluyó dos atractivas y esculturales coristas con poca ropa y cuando los integrantes del grupo se dirigieron al público fue para pedir que las seguidoras mostraran sus pechos y hablar de alcohol. Durante dos horas el reloj retrocedió 40 años. Era un gusano temporal previsible y esperado. Hasta deseado. Un tigre siempre es un tigre.

Musicalmente los Crüe fueron directos y sin concesiones. Empezar con Wild Side es toda una declaración de intenciones y toda una metáfora de su manera de entender la vida y la música. Cualquier canción era celebrada y aclamada, cualquier miembro del grupo era vitoreado y aclamado.

Incluso se atrevieron con algún tema más 'moderno', como ese Saints Of Los Angeles o el propio The Dirt, extraído de una de las biografías más directas y sinceras hechas en el rock. Cero edulcorante. 

Tommy Lee dejó momentáneamente su papel secundario, que nunca ha sido así, para pasar de la batería al piano, previa conversación con el público. Es un niño encerrado en el cuerpo de un adulto y ahí reside su encanto. Home Sweet Home sonó deliciosa y dulce.

Kickstart My Heart fue la última elegida para sonar. El tema que explica la sobredosis de Sixx y que pasó de un suceso que pudo ser mortal a una canción exitosa e inmortal. Puro Crüe. Es su tema que explica lo que son y cómo son, porque pocas personas habrían compartido con tanto arte sus desgracias. Ahí reside su gracia.

Casi sin tiempo para renovar el escenario, apenas 20 minutos, sirvieron para que Def Leppard tomaran el relevo en el Miguel Ríos. Son de la misma quinta, pero mucho más maduros en todos los aspectos. Si Crüe es descarado, Def Leppard es sofisticado. Unos son muy estadounidenses y los otros muy británicos, británicos en su versión de té con pastas a las cinco de la tarde.

El show de los de Sheffield fue tremendamente profesional y serio, con Joe Elliot impecable. Supieron alternar grandes clásicos con temas menos conocidos para sus no incondicionales, que poblaban las dos pistas del recinto madrileño.

Let's Get Rocked, con ese sonido tan vanguardista y barroco propio de algunos grupos en los 90 que querían aparentar modernidad, asomó pronto, como un Gordo de Navidad madrugador. El disco 'Hysteria' fue el gran homenajeado de la noche, tanto como Rick Allen, quien mostró su gran habilidad en la batería pese a tener solo un brazo por un accidente automovilístico. 

La capacidad de Allen de manejar su kit de batería con los pies junto al set acústico en mitad del concierto, donde mostraron Savage, Collen y Campbell sus habilidades, fueron dos de los grandes aciertos de los británicos, quienes también tiraron de nostalgia para mostrar sus imágenes en los videomarcadores. Fotos de color sepia que han perdido el color, pelos rubios que ahora son canos. Tempus fugit.

Rocket, Hysteria y Pour Some Sugar On Me fueron las más aplaudidas. Rock Of Ages y Photograph las últimas en ser tocadas. Un show que se quedó algo corto y al que le faltó algún colofón extra.

Pasada la medianoche, las luces se apagaban en el escenario y el público miraba sus móviles para ver las fotografías sacadas. El viaje por la década de lo 80 había terminado y se iniciaba su vuelta a casa. A su dulce hogar tras más de 4 horas de buen rock.

sábado, 24 de junio de 2023

Rammstein quema en Madrid su propia hoguera de San Juan

 El inglés es tradicionalmente el idioma del rock. Triunfar con otras lenguas es y fue siempre difícil. Por un lado, porque es la más internacional, y eso hacía y hace que pocos grupos se aventuraran a probar con su lengua natal.

Alemania fue una excepción. La contundencia y sonoridad de su idioma permitió que muchas bandas germanas se animaran a usar el alemán, como Die Toten Hosen, Die Ärzte, Oomph! o Kraftwerk, pioneros en ese aspecto, mientras otras triunfaban con el inglés por bandera, como Scorpions, Blind Guardian, Helloween o Accept. 

Rammstein escogió el camino más difícil, hacerse internacionales con el alemán. Curiosamente esta vía les ha llevado a ser actualmente los más famosos de todos los grupos germanos.

Rammstein practica un metal industrial digerible y hasta bailable. La reconocida voz de Till Lindemann y su especial modo de cantar son otros de sus sellos de identidad, junto a la puesta en escena: circense, teatral y cinematográfica, no en vano su popularidad en Estados Unidos empezó cuando el director David Lynch se dejó seducir por sus melodías para la onírica película 'Carretera Perdida' (1997). Luego llegaría más publicidad a través de la gran pantalla con 'xXx' (2002), que contaba con Vin Diesel y un explosivo inicio que encajaba con la filosofía de este sexteto teutón.

 

Rammstein regresaban ahora a Europa para realizar una gira de estadios, con el octavo disco bajo el brazo, 'Zeit' (2022), y la polémica por una denuncia por abuso sexual abierta por la Fiscalía de Berlín contra el cantante de la formación. Con esta dicotomía se presentaban en Madrid.

Rammstein en el estadio Metropolitano, 23 de junio de 2023

Hay dos cosas que el público ha aprendido esta noche: el sonido del Metropolitano es muy mejorable y el espectáculo visual de Rammstein es inmejorable. El dúo de pianistas francesas, conocidas como Abelard, fueron las encargadas, desde un lateral de la pista del Metropolitano, de amenizar la espera, que se hizo más larga de lo deseable.

Los primeros temas del grupo se podían unas veces intuir por el sonido del teclado y otras por el acompañamiento coral de la grada, repleta de seguidores de todos los rincones de España y de muchos alemanes. Una afición colorida y simpática que elegía o camisetas con el logo del grupo o equipaciones de la selección alemana, además de otros atuendos más atrevidos como el de Blancanieves, haciendo referencia al videoclip del grupo. Rammlied se intuyó entre la neblina y Links 2-3-4 se tarareó, al igual que Sehnsucht, más luminosa.


Y es que el atrevimiento es una de las marcas de la casa, con un escenario sobrio a la par que futurista, con aroma 'orwelliano', donde fueron desfilando todo tipo de fuegos artificiales, juegos de luces y números teatrales, especialmente con Puppe y ese siniestro gigantesco carrito de bebé, o el habitual show macabro plagado de mucho humor negro cuando interpretan Mein Teil, su particular versión del caníbal de Rotemburgo

Con Mein Herz Brennt el Metropolitano se tiñó más de rojo, si cabe, y con Zeit, una de las cuatro del último álbum que sonaron, conquistaron todos los corazones. Un tema muy solemne que encaja bien como contrapunto a otros cortes más metaleros y que parece desaparecer y evaporarse con majestuosidad.

El siguiente bloque de temas surgió tras una sesión de baile desde lo alto de la torre, la cual se asemejaba al ojo de Sauron descrito por Tolkien. Una sesión que bien podría ser parte de la nueva edición del festival Tomorrowland. Tras ello Du Hast y Sonne sonaron atronadoras y espectaculares, reclamando su protagonismo en el momento justo.

Quedaban pocos temas en el tintero y mucha noche, pero lo que nunca faltan conejos en la chistera. De la nada, como por arte de magia, el sexteto aparecía en el mismo lugar en el que las pianistas galas habían empezado su actuación para cantar una versión más minimalista de Engel, con los móviles iluminándose en el feudo colchonero como si fueran luciérnagas que saludan al verano. Su vuelta al escenario sobre lanchas surcando un mar de manos quedará en el imaginario colectivo de los presentes.

Ausländer y Du Riechst So Gut precedían a una versión sentida de Ohne Dich, anunciando el último tramo de canciones.

Algunas se estaban quedando fuera y otras habían tomado sitio en esta gira, así de complicados son los repertorios cuando un grupo empieza a tener tablas y años de escenario. La homónima Rammstein e Ich Will profundizaron en los comienzos de la formación, cuando no llenaban estadios y visitaban salas pequeñas como Macumba en la estación de Chamartín. Eran otros tiempos, aunque por entonces ya utilizaban el fuego y la puesta en escena como reclamo.

Con una elocuente canción como Adieu, que contiene muchos 'goodbye' y 'auf Wiedersehen' decidían poner fin a un repaso por su discografía en forma de 21 temas y mucha dosis de gasolina. Elevándose en las alturas y mezclándose con el fuego decidían marcharse del Metropolitano. No hay humo sin fuego. Y siempre hay fuego si está Rammstein, máxime en una noche de San Juan, donde a falta de hogueras las llamaradas renovaban lo viejo y lo malo. Justo cuando hay mucho que purificar.

sábado, 10 de junio de 2023

Los dinosaurios del rock llevan pistolas y lucen rosas

 Los dinosaurios llegaron a dominar el planeta para después desaparecer. Algo parecido está ocurriendo con la música, donde los clásicos del rock, casi dinosaurios de este estilo, que en su día conquistaron la audiencia del planeta, se resisten a ser extinguidos mientras dan sus penúltimos, últimos, y antepenúltimos coletazos.

En el ya lejano 1993 Guns N' Roses visitaron el Vicente Calderón de Madrid en medio de una gira mundial donde eran los dioses del Olimpo. Sus temas no solo eran cantados por metaleros, sino que sus baladas y medios tiempos eran parte de la banda sonora de una generación. 

 

 

Hasta la película más taquillera del momento, Terminator 2, contenía un tema y un guiño al grupo angelino, cuando Arnold Schwarzenegger iba armado y con unas rosas. Nada casual, porque el actor fue una de las piezas claves de la colaboración de GN'R en la película de James Cameron. 

El siglo XXI trajo la marcha de todos los pesos pesados de Guns N' Roses a excepción de Axl, quien siguió preparando material y realizando giras, ya no por estadios, sino por grandes pabellones, como el Palacio de Vistalegre, donde estuvo en 2010 acompañado de Sebastian Bach. Desde 2014 se empezó a vislumbrar el regreso de Duff McKagan y de Slash a la banda, tras limar sus respectivas diferencias, logrando de este modo la vuelta a los tours colosales.

En 2017 GN'R tocaban de nuevo en el Vicente Calderón. Indirectamente este idilio con la casa deportiva del Atlético de Madrid se ha replicado en su nuevo hogar, dado que la banda norteamericana ha elegido el Metropolitano como una de sus paradas en el tour mundial.

Guns N' Roses y The Pretenders en el estadio Metropolitano, 9 de junio de 2023

The Pretenders descargó su show mientras la luz todavía iluminaba el coliseo rojiblanco. No escondieron sus cartas ni sus temas más célebres, como Don’t Get Me Wrong y I'll Stand by You, los cuales sonaban mientras el público iba llenando sus asientos.

Con extrema puntualidad, Guns N' Roses hacía rugir los altavoces ante un Metropolitano que mostraba un casi lleno en pista, pero mostrando algunas zonas despobladas en el primer y segundo anillo. Algo sorprendente, pero no iba a ser la única sorpresa del día.

It's So Easy era la encargada de abrir una lista interminable de canciones que alternaba grandes clásicos con piezas del futuro nuevo álbum, Absurd o Hard Skool, con versiones conocidas con otras más desconocidas, caso de Wichita Lineman. Incluso hubo tiempo para estrenar algún corte en esta gira. Era una noche larga y extenuante con un menú extenso, como esos restaurantes de carretera que ofrecen todo tipo de cocina a buen precio.

El grupo estaba voluntarioso, especialmente Axl, quien correteaba con el mismo espíritu que en 1993, cuando Barcelona había sido capital olímpica, aunque se voz era la que sufría más altibajos, distorsionando el producto final. La acústica del estadio tampoco acompañaba ni a él ni a sus compañeros de reparto, no sincronizados en ocasiones, pero dando lo mejor de sí mismos.

Como si el público fuera un perro que recibe cada cierto tiempo su premio, Guns N' Roses iba sumando muescas en su repertorio y salpicándolo de grandes éxitos con el que engatusar a su audiencia. Welcome To The Jungle asomó entre los arbustos casi a hurtadillas, siendo una de las más valoradas de este sorprendente arranque.

Los homenajes en forma de versiones no paraban, algunos más habituales, Live And Let Die, y otros casi inéditos. You Could Be Mine sonó mejor instrumentalmente, con Slash prodigioso a las seis cuerdas, que vocalmente, donde seguía dibujando en el aire esa gráfica de dientes de sierra. Unas veces el timbre no llegaba y otras se pasaba.


Estranged, que en su momento hizo saltar la banca al costar su vidoeclip varios millones de dólares, se mostraba igual de grandiosa y megalómana, destacando en una sucesión de arriesgadas canciones poco o nada habituales. 

El tramo final de la noche devolvía a los Guns N' Roses a su versión más esperada, la de los 'greatest hits', como el que deja caer sus cartas al final con emoción y teatralidad para enseñar a todos que tiene la combinación mejor. 

Civil War, con guiño al pueblo ucraniano, abría el grupo de los elegidos, de los escapados del pelotón en esta maratoniana jornada de rock que alcanzaría las tres horas. Luego venía Sweet Child O'Mine y Novemeber Rain, con Axl como maestro de ceremonias al piano. Un trío de ases al que se le colaba el comodín de This I Love. Y es que había cabida tanto para las pistas del 'Chinese Democracy' como de las hechas por Slash o Duff en su etapa en Velvet Revolver.

Knockin' On Heaven's Door y Nightrain podrían haber sido un buen final, pero a este final le quedaban más finales. Yesterdays parecía hacernos ver que el concierto se había iniciado ayer y seguía hoy, pasada la medianoche y sin evidenciar nada cansancio sobre el escenario. 

 

Patience y Paradise City eran el perfecto colofón de una gira que devuelve al grupo a los grandes escenarios y lo hace con un repertorio enorme de 33 canciones y 3 horas y media. Tan enorme como el legado que siguen dejando estos dinosaurios del rock. Más vivos que nunca y con ganas de seguir haciendo historia.

miércoles, 10 de mayo de 2023

Geoff Tate conserva su corona de voz privilegiada

 La década de los 80 y 90 dejó una incontable lista de grupos en el rock. La banda Queensrÿche, surgida oficialmente en Seattle, pero ajena al 'grunge' que estaba empezando a poblar la ciudad de la lluvia, se convertía en otra de esas formaciones que luchaba por hacerse un hueco en las listas de ventas de discos.

Queensrÿche optó por un metal progresivo que también practicaba Dream Theater. Ambas formaciones se convirtieron en pioneros y responsables del éxito de este sonido. Virtuosismo en las guitarras, canciones largas y melodías que se revuelven sobre sí mismas. A ello se sumaba otros instrumentos más extraños en el metal, como orquestaciones, y una voz casi operística, de barítono, en este caso.

Geoff Tate ponía la voz en Queensrÿche y fue el responsable desde 1983 hasta 2012, cuando distintas desavenencias con otros miembros del grupo hizo que Tate se marchara. Su privilegiado timbre era uno de los sellos de identidad de la banda, además de una trilogía de discos que supusieron la mejor etapa de los estadounidenses.

 

El triángulo que forma 'Rage For Order' (1986), 'Operation: Mindcrime' (1988) -álbum conceptual con ese guiño constante a la obra 1984 de Orwell- y 'Empire' (1990), que contenía la joya que fue exhibida hasta la saciedad por la MTV: la balada Silent Lucidity, abrió las puertas a la banda de los mejores estadios y bañaba sus discos de platino y oro por Estados Unidos y Canadá.

Aunque la carrera de Queensrÿche y Tate se separó abruptamente desde 2012, Tate ha querido hacer suya la época que vivió al frente del micrófono, haciendo de sus giras un repaso a sus inicios ochenteros, a los tres pilares sobre los que descansó los mejores momentos personales y también del grupo.

 

Geoff Tate en el Changó Club, 9 de mayo de 2023

Con una puntualidad de reloj suizo salía el quinteto al escenario del Changó Club en el corazón del madrileño distrito de Chamberí. Tate salía con una americana con reflejos dorados que le daba un aire de mago, de ilusionista de las palabras. Un curioso cruce entre un presentador de programa nocturno de máxima audiencia y un personaje surgido de la película 'Casino' de Martin Scorsese.

El cantante de origen alemán, y nacionalidad estadounidense, comenzaba su repaso al disco 'Rage For Order'. Canción a canción. Es un disco que empieza potente, con los temas que más destacaron y que tiene un tono más oscuro, adelantado al tiempo en el que se produjo. Difícil de apreciar de primeras. Desde Walk In The Shadows hasta I Will Remember. El grupo sonaba espectacularmente bien, con algún fragmento pregrabado pero sin excederse.

 Después de un paréntesis de descanso, el combo regresaba para ejecutar 'Empire'. Más luminoso que el anterior disco y más comprensible. Algo que pareció evidenciar Tate con su cambio de ropa. Sustituyendo su lucido blazer por una camisa hawaiana. También su cercanía con el público iba en aumento. Aunque seguía eludiendo el contacto físico, pese a que algunas manos desde el foso buscaban la suya, su sonrisa iba creciendo y hasta aportaba anécdotas.

Jet City Woman, Another Rainy Night (Without You) y Empire conquistaban la coqueta Sala Changó. De la conquista se pasaba al flechazo con la preciosa balada Silent Lucidity. Es el tema más importante de su carrera musical. Una canción que le persigue y ha sido parte de la banda sonora de finales del siglo XX. Con Anybody Listening? se cerraba el bloque de este álbum para dar paso a un solo bis.

Pese a que estaba programado otro temazo como Eyes Of A Stranger, Tate se lo saltó para culminar con Queen Of The Reich, el himno más heavy de Queensrÿche, el que daba nombre y con el que se inició el camino de este grupo y de este gran cantante quien, sin sus compañeros del pasado, se ha buscado otros camaradas para pasear su voz privilegiada por todo el planeta.

jueves, 27 de abril de 2023

Wayne Hussey deja a medias el 'deja-vu' de The Mission

 La pandemia impidió que The Mission tocaran en 2020 en Madrid y, posteriormente, un año más tarde. Hoy ha sido el propio líder de la banda, Wayne Hussey, el que ha medio impedido que The Mission ofreciera la totalidad de su repertorio, del denominado 'Deja-Vu' Tour.

The Mission surgió a mediados de los 80 como una escisión de The Sisters Of Mercy. Wayne Hussey y Craig Adams crearon este grupo que seguía la línea marcada con los Sisters, en cuanto al sonido oscuro, pero al que ofrecían un nuevo giro de tuerca a la música gótica, con más presencia de las guitarras y alargando las melodías.

La carrera del grupo, con algunas idas y venidas, con algunos largos paréntesis, siempre fue exitosa, teniendo una colección de himnos muy fáciles de disfrutar, con un sonido ameno y virtuoso con el que conquistar cualquier oído.


The Mission + Sigmund Wilder en la Sala la Mon, 26 de abril de 2023

Sigmund Wilder hizo lo que todo telonero ha de hacer: preparar un buen concierto e ir calentando motores. Sonaron compactos instrumentalmente hablando. Solo el micrófono no estuvo a la altura de los barceloneses.

Como si fueran un gregario que prepara a su líder para subir el primer puerto, Sigmund Wilder dejó al público preparado para The Mission, solo que The Mission no parecía preparado para este público.

La entrada de Wayne Hussey, Craig Adams y Simon Hinkler mostraban una fatal mezcla de cansancio, apatía y hasta ebriedad, o eso es lo que parecía. Los tres desfilaron torpes por el escenario para arrancar con Beyond The Pale, casi irreconocible, como el reflejo de una imagen mal revelada.


 

Si Felipe II se quejó de luchar contra los elementos en aguas británicas, ahora era el inglés Hussey el que libraba una batalla contra el calor, ante la imposibilidad de conectar el ventilador que asomaba por el techo de la sala y, en especial, contra el técnico de sonido, al que señalaba como responsable de los problemas con el micro y la guitarra.

Las canciones iban cayendo sin remisión y con leves mejoras en el sonido en cada tema, pero sin lograr una sonrisa del maestro Hussey. Like A Child Again y Butterfly On A Wheel representaron los mejores  momentos de la noche representando a la mejor época de la formación. Y ahí es cuando Hussey, como si sufriera una pájara, una indisposición, o una mezcla de muchas sensaciones, decidió dejar desangelado el escenario para ir al camerino zigzagueando.

Sus compañeros trataron de cubrir su vacío de la mejor manera y, en parte, lo consiguieron. Tras unos minutos largos de espera salía de nuevo Hussey, quien seguía oculto bajo unas gafas oscuras, para tratar de cantar Tower Of Strength tras un simple "Thank You" al que no le acompañó una disculpa. Era la última canción pactada de la noche, aunque por el camino se había dejado unas cuantas. Algo imperdonable.

De este modo tan abrupto concluía este 'Deja-vu' de The Missión que ha acabado como una misión fallida. El público sin respuestas, y con muchas preguntas, iba abandonando la Sala Mon.

lunes, 3 de abril de 2023

W.A.S.P., cuatro décadas de reinado sobre los escenarios

El cantante Blackie Lawless suma más de cuatro décadas al frente de W.A.S.P., banda de 'heavy-metal' afincada en Los Angeles y que ha tenido la mala fortuna de vivir a la sombra de otros grandes nombres de la ciudad. O al menos no tener tantos focos sobre ellos como deberían.

Lawless lleva muchos años siendo pragmático. Sabe que al rock le han salido hace tiempo canas y no se complica la vida. Su producción musical parece estancada desde 2007, pero no su presencia incasable sobre los escenarios, donde suele tocar los temas más clásicos de su discografía, aquellos con los que crecieron su ya maduro público.

W.A.S.P. nunca llenó estadios como Guns N' Roses y tampoco ha tenido una impactante vuelta al ruedo como sí lo ha está haciendo Mötley Crüe. Dos bandas con las que compartieron cartel en su día, antes de que se separaran sus caminos desde la ciudad angelina.

Lawless ya no cuenta con sus escuderos del pasado, especialmente Chris Holmes, ni con un disco nuevo debajo del brazo, pese a la reedición de esa joya que es el 'Crimson Idol' de 1992, pero cualquier excusa o motivo, como son 40 años, han hecho que el gigantón neoyorquino, de casi dos metros, vuelva a pasar por España para hacer una gira a su estilo, con los temas que la gente quiere escuchar.


W.A.S.P. en la Sala la Riviera, 2 de abril de 2023

Sin teloneros y con unas mortecinas luces que iluminaban el escenario donde se recreaban carteles ficticios como si fuera una feria ambulante. Un circo carnavalesco donde destacaba el pie del micrófono que viene luciendo Blackie en las giras con huesos figurados y un cráneo. Un guiño a la época más canalla del grupo, aquella del sudor, la sangre y la provocación. Una etapa que ha quedado atrás.

El público llenaba La Riviera y se mostraba entregado desde que sonaron los primeros acordes de The Doors, anunciando el principio del concierto. Las vacaciones de Semana Santa y el hecho de caer en domingo ayudaron a la venta de entradas. Todo parecía indicar que iba a ser una noche para no olvidar, pero no iba a ser así.

El sonido y la voz fueron los peores aliados de Lawless durante la noche. El repertorio no varió un ápice a lo que vienen tocando en esta gira. Es decir, un popurrí de temas de sus cinco primeros discos. Algunos más extendidos y otros en versión reducida, solapando casi un corte con otro. 

L.O.V.E. Machine y Wild Child dieron paso a los tres temas del 'Crimson Idol', el álbum más idolatrado y promocionado por Lawless. En esos temas es cuando mejor funcionó el timbre de Lawless y cuando más se pudo lucir Doug Blair con su guitarra.

A esas alturas del concierto, tres monitores ya decoraban el atrezzo, donde se reproducían vídeos e imágenes, como el simpático videoclip de Blind In Texas, con cameo incluido de ZZ Top, y donde se mostraba el lado más amable de los angelinos dentro de aquellos años más descarados, más provocadores y que les hizo granjear mala fama.


 El bis se abría con Animal (Like A Beast), la canción cuya polémica letra y explícita portada supusieron la censura del grupo. Como explicaban por los monitores, Lawless y W.A.S.P. fueron una de las primeras bandas, de las 15 que ocupó la primera lista, señaladas por la mujer de Al Gore, Tipper Gore, y las mujeres de otros senadores en aquella campaña que significó, a mediados de los 80, el nacimiento de la etiqueta 'parental advisory', la pegatina que advertía a los padres del contenido de ese disco.

Curiosamente, otra de las barreras para tocar este tema era el propio Lawless quien desde que abrazó el cristianismo consideraba poca adecuada la canción, la cual había quedado apartada quince años del repertorio.

Para terminar el concierto, el grupo acababa con el ya célebre colofón del I Wanna Be Somebody, con los coros siendo repetidos por todo el público, a quienes se les hacía corto este repaso de más de cuatro décadas. 

Desgraciadamente es lo que hay. El genio que escribió y compuso una de las grandes obras del heavy metal se está haciendo mayor y su voz ya no es la misma. Su música fue la banda sonora personal de la infancia, adolescencia y juventud de lo que hoy es su madura audiencia, quienes también han crecido. El tiempo vuela y siempre en la misma dirección. Mirar atrás es un acto de nostalgia, como también lo es un concierto de W.A.S.P.

lunes, 27 de febrero de 2023

Dos orejas para Medina Azahara en el homenaje a Triana en Las Ventas

La Plaza de Toros Las Ventas de Madrid ha sido testigo de grandes tardes de toreo y de muchas noches de música. Hoy le tocaba al albero dejarse relajar por la música de unos cordobeses que no dejan de homenajear al grupo Triana en cada tema y en cada álbum, solo que en esta ocasión se han decantado por tomar prestadas los temas de aquella formación sevillana para convertirlo en un hermoso disco llamado 'Llegó El Día'.

La influencia de Triana en Medina Azahara es notoria y sabida. Los sevillanos se formaron en 1974 con un rock progresivo con raíces andaluzas. Ese estilo novedoso nos dejó un ramillete de grandes himnos y un temprano adiós por el prematuro fallecimiento en 1983 de Jesús de la Rosa Luque, Javier Osma, en accidente de carretera.

El nacimiento en 1979 en Córdoba de la formación Medina Azahara, tomando como nombre los preciosos restos arqueológicos a las afueras de la capital califal de lo que fue la ciudad que mandó construir en el siglo X el califa Abderramán III, supuso un nuevo despegue para el rock andaluz y supuso, con el tiempo, el mejor embajador de aquellos grupos, especialmente de Triana, quienes aparecían en su repertorio, pese a su dilatada discografía propia.


Medina Azahara en la Plaza de Toros Las Ventas de Madrid, 26 de febrero de 2023

La noche fría y dominical no impidió que mucho público se congregara en la carpa de Las Ventas. Con absoluta puntualidad saltaba al ruedo esta versión extendida de la banda, con Manuel Martínez, Paco Ventura y Manuel Ibañez, la terna que da lustre al grupo desde el pasado siglo, junto a los nuevos integrantes -Álvaro Coronado y Fernando Prats, tras la salida de Nacho Santiago-, más el apoyo inestimable de dos preciosas voces femeninas -Julia Abad y Yolanda Mozos, en cuyo caso también contribuía con su arte a través de la guitarra flamenca-. 

La noche era de Triana y Triana asomó como la luna en el firmamento. Hijos del Agobio abrió fuego para seguir con El Lago, tema habitual en el repertorio de los cordobeses a lo largo de los años. Manuel y Paco eran complicidad pura y química sobre el escenario. Se desgranaban los temas y se repasaba la trayectoria de aquello sevillanos, Triana, que no fueron pioneros, pero sí los que más influyeron en los que vinieron, como Medina.

 Una noche de amor desesperada hizo cantar al público, que iba tomando calor para combatir las gélidas temperaturas que se deslizaban por los tendidos. Sé de un lugar, quiero contarte eran tomadas como propias. Con Tu frialdad ganó en protagonismo la voz de Julia para formar un dueto delicioso con Manuel. 

Justo fue el momento en el que Medina volvió a ser Medina, aunque siempre lo fue, para empezar con sus clásicos propios. Paseando por la Mezquita nos llevaba bajo arcos de herradura y por esa preciosa Córdoba que tiene su canción, su himno propio que brilla tanto como esa ciudad de calles de clavel y rosas.

No quiero pensar en ese amor era la primera concesión de la formación madrileña sesentera Los Módulos, justo antes de Palabras de Libertad. No se podía pedir más. Era un grandes éxitos llevado al directo.


Necesito respirar se canta sola. La canta el público y la tararea como suya. Era la recta final, la de las canciones que han acompañado a este gran grupo que ha internacionalizado el rock andaluz, en su caso incluso con toques más exóticos, árabes, como en aquel 'Tánger', y que han embrujado a medio mundo, incluso a un mercado tan complicado para los españoles como es el nipón.

Abre la puerta era volver al repertorio de Triana, a su creatividad y melodía. Una canción que ha vuelto a la actualidad por estar dentro de la película 'Girasoles silvestres'. Todo tiene su fin no era el final. El prestado corte de Los Módulos, que ya es también parte de Medina, hacia vibrar a todo la gente. Y hablando de la gente, A Toda esa gente que sigue creyendo en ese loco visionario, como ha definido Paco a Manuel, iba dirigido el último corte. Un loco que fusiona estilos y sigue los pasos de Triana con sus inseparables Paco y Manuel, inconmensurables a la guitarra y a los teclados.

Ahora sí se puede decir lo de ¡Eh, Medina! Así sí se termina.