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miércoles, 25 de mayo de 2016

Radivoj Korać, el anotador inmortalizado en un trofeo

La historia del baloncesto europeo está repleta de nombres que han engrandecido el deporte. Uno de ellos fue el yugoslavo Radivoj Korać. Una estrella no solo capaz de hacer brillar a su equipo y selección, sino de dejar un registro casi inalcanzable, lo que le valió ser reconocido por toda la comunidad internacional del deporte de la canasta de forma póstuma. 

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Si hiciésemos una encuesta popular con los diez jugadores más determinantes en el viejo continente, aparecerían figuras de la talla de Pau Gasol, Drazen Petrovic, Dirk Nowitzki, Arvydas Sabonis, Tony Parker, Vlade Divac, Juan Carlos Navarro, Dijo Radja, Dimitrios Diamantidis, Dejan Bodiroga, Fernando Martín, Epi, Rimas Kurtinaitis, Aleksandar Djordjevic, Predrag Danilović, Drazen Dapipagic, Milos Teodosic, Dino Meneghin, Detlef Schrempf, Antonello Riva, Nikos Galis, Zarko Paspalj, Felipe Reyes, Stojan Vrankovic, Panagiotis Giannakis... Nadie o muy pocos mencionarían a Radivoj Korać.

Radivoj Korac, el saltador que hizo al OKK ser el tercer equipo del país
OKK Belgrado, Yugoslavia, Yugoslavija,Korac nació en 1938 en Sombor, actual Serbia y por aquel entonces parte del Reino de Yugoslavia. La vida de Korac siempre estuvo vinculada al deporte, aunque no al de la canasta, destacando como atleta especializado en el salto de altura. Fue el entrenador Borislav Stanković, posteriormente dirigente de la FIBA, el que se convertiría en su descubridor para el basket.

El gran rendimiento deportivo de Korac le llevó pronto, desde 1955, a formar parte de la primera plantilla del OKK Belgrado, siendo un elemento clave de la edad de oro vivida por la entidad belgradense.

No en vano, seis de los siete títulos conseguidos en toda su vida deportiva por el OKK -4 Ligas y 3 Copas-, llegaron en alguna de las doce temporadas en las que Korac estuvo en sus filas (1955-67).

El OKK se había convertido, de este modo, en una alternativa más al título yugoslavo, tradicionalmente en manos del Estrella Roja de Belgrado o del Olimpija Ljubljana.

Radivoj Korac, el rubio que lanzaba a cuchara y machacaba el aro
A pesar de su llegada tardía y casual al baloncesto, los movimientos de Korac como ala-pivot eran gráciles y tremendamente estéticos. Solo el lanzamiento de tiro libre a cuchara, un estilo compartido en esta época por otros jugadores, deslucía la técnica depurada de este colosal anotador zurdo que incluso terminaba algunas jugadas machacando el aro, recurso inusual en aquel entonces en las canchas europeas.




Korac es sinónimo de plata
El éxito de las naciones balcánicas en el baloncesto no fue siempre constante. De hecho, la gran explosión internacional de Yugoslavia en el podio de las grandes citas internacionales coincidió también con la presencia de Korac en el plantel yugoslavo.

México 1968, JJ.00., Juegos Olímpicos, Olimpiadas,

La plata del europeo celebrado en casa en Belgrado, en 1961, sirvió de escopetazo inicial para estrenar el medallero yugoslavo en el baloncesto. Un deporte que no dejaría de dar alegrías a los 'plavi' y a Korac, quienes parecían abonados a ocupar el amargo segundo escalón del cajón del podio. Una barrera que empezaría a romperse a partir de 1970 con el oro logrado en el Mundial.

Palmarés de Korac con Yugoslavia
                                                    MetalTorneoSedeAño
                                                  PlataEurobasketBelgrado1961
                                                  PlataMundialBrasil1963
                                                  BronceEurobasketPolonia1963
                                                     PlataEurobasketMoscú1965
                                                     PlataMundialUruguay1967
                                                   PlataJJ.OO.México1968


Korac, el devorador de registros
La misma facilidad que tenía Korac para devorar libros y dejarse llevar por la música, la tenía por pulverizar registros y engordar los guarismos de su equipo y selección.

A nivel colectivo sumó siete títulos -seis con el OKK de Belgrado y uno con el Standard de Lieja-, mientras que en el plano individual se erigió como máximo anotador en cuatro de los campeonatos internacionales en los que participó (3 europeos y Juegos Olímpicos), y de ocho a nivel nacional.

Dejó el abrumador dato de 157 internacionalidades con Yugoslavia y 3.153 puntos. Es decir, más de 20 puntos de media por partido en toda su carrera. Una cifra que se disparó en un recordado partido de la Copa de Europa.

Korac roza el récord de Chamberlain
El máximo torneo continental de la edición 1964-65 disfrutó de la mayor anotación individual realizada en toda la historia del baloncesto europeo, justo un par de años después del récord de Chamberlain.
Wilt Chamberlain, 100, Philadelphia Warriors, récord.
El norteamericano Wilt Chamberlain logró el 2 de marzo de 1962 100 puntos en la victoria de su equipo, los Philadelphia Warriors, contra los New York Knicks (169-147).  

Chamberlain jugó los 48 minutos y cuatro cuartos para firmar un centenar de puntos. Récord absoluto de la NBA. Resaltando que en esa época no existía línea de tres puntos.

La marca de Chamberlain estuvo cerca de ser superada por Korac el 14 de enero de 1965 cuando el alero yugoslavo se quedó en los 99 puntos, 65 de ellos en la segunda parte, la cual constaba de 20 minutos, no todos disputados por Korac, en el duelo de octavos de final de la Copa de Europa entre el OKK Belgrado y el Alvik de Suecia, edición en la que los belgradenses cayeron en semifinales ante el Real Madrid.

Para magnificar aún más la hazaña, tampoco había tiros triples en aquella campaña en el viejo continente, no se implantó hasta la década de los 80, ni constancia en el plantel del OKK de lo cerca que anduvo Korac del mítico registro de Chamberlain, ya que además descansó algunos minutos en el banquillo. Y eso que falló tres tiros libres. Una suerte en la que era todo un seguro.

El show de Korac en la TV belga
El histórico partido en el que Korac anotó 99 puntos, 11 de ellos llegaron solo a través de los tiros libres con su particular estilo de 'cuchara'. El jugador yugoslavo dispuso de 14 lanzamientos desde la línea de personal en aquel encuentro, lo que supone un 78% de acierto.

Unos años después, en la temporada 1967-68, Korac se encontraba en una nueva aventura defendiendo los colores de Lieja y participó en un programa de la televisión belga donde se le propuso lanzar tiros libres para medir su eficacia anotadora. Poco antes de arrancar la serie se le preguntó cuál sería el resultado, humildemente contestó "que estaría sobre el 70%". Korac acertó el centenar de lanzamientos que intentó, uno tras otro, dejando asombrado al público.


Prematuro fallecimiento
Radivoj Korać murió en un accidente de circulación en los alrededores de Sarajevo el 2 de junio de 1969, apenas cumplidos los 30 años de edad. Tal fue la conmoción que la federación yugoslava de baloncesto decidió no celebrar nunca ningún encuentro en esa fatídica fecha.

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Homenajes póstumos
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Trofeo Copa Korac
A imagen y semejanza de la Copa de la UEFA de fútbol, la Federación Internacional de Baloncesto en Europa creó en 1971 un tercer torneo continental que lo disputaban los equipos que no fueran campeones ni de la Liga ni de la Copa de sus respectivos países y hubieran quedado clasificados entre los primeros puestos de sus torneos nacionales.

El trofeo fue bautizado como Copa Korac y en su primera edición se invitó a ocho equipos a participar, entre ellos su querido OKK Belgrado, quien perdió en la final de 1972 ante la Cibona de Zagreb, club que posteriormente serviría de escaparate para otra leyenda del basket balcánico fallecido también en otro desgraciado accidente de tráfico: Drazen Petrovic.


La Copa Korac se disputó durante tres décadas, hasta 2002. El último vencedor fue el cuadro francés del Nancy, antes de que la Korac fuera renombrada a Copa ULEB. La razón de este cambio no era otra que el divorcio vivido en aquellos años en el basket europeo entre algunos clubes y la FIBA, que conllevó a incluso a que existieran varios torneos de Copa de Europa a la vez.


Coincidiendo con este cambio de nombre del torneo, que amenazaba con olvidar el apellido del jugador, la Federación de baloncesto de Serbia y Montenegro retomó en 2002 el espíritu de honrar la figura de Korac y bautizó su segundo campeonato nacional como Copa Korac. Un homenaje póstumo para no olvidar a uno de los mejores anotadores del baloncesto europeo.

jueves, 24 de abril de 2014

El año que el baloncesto coronó a dos reyes en Europa

La Copa de Europa de cualquier deporte busca un vencedor que se corone como rey, aunque es cierto que existe un segundo, e incluso un tercer, torneo continental en muchas de las disciplinas de equipo, siempre hay un único triunfador: es el campeón de los campeones. Dicha circunstancia no ocurrió en el torneo de baloncesto 2000-01. Un hecho inusual que se fraguó a través de un divorcio institucional.

La lucha por el poder se dirime bajo el tablero
La Unión de Ligas Europeas de Baloncesto (ULEB) fue fundada en 1991, con sede en Barcelona, por los miembros de las ligas domésticas de España, Italia y Francia para después extenderse a otro país de gran tradición como Grecia y más tarde a casi todo el viejo continente.

Esta institución tuvo en el verano de 2000 un conflicto con la FIBA -organismo internacional radicado en Suiza y que regula tantos las reglas del baloncesto como sus campeonatos-. La razón del desencuentro se debía al control del poder, al interés de la ULEB de tener la gestión total, tanto en el plano deportivo como en el económico de los ingresos surgidos del campeonato.




El final del monopolio de la FIBA
El baloncesto, a imagen y semejanza del fútbol, había creado desde la temporada 1957-58 un campeonato de campeones a nivel europeo, dos años más tarde que el fútbol, el cual sirvió de referencia.

La Copa de Europa de baloncesto se había disputado siempre bajo el abrigo de la FIBA, una tela cara que con el tiempo había revalorizado su precio merced a los ingresos por televisión y el merchandising, un artículo de lujo al que le salían muchos mirones y otro comprador -la ULEB-, cuyos representantes se cansaban de ser partícipes, generar ingresos y apenas ser recompensados.

Los clubes más potentes de las Ligas griega, española e italiana, asociados en la ULEB, a cuyo frente estaba el presidente de la ACB, Eduardo Portela, mostraron su malestar cuando la FIBA presentó en sociedad la Suproliga, que además del cambio de nombre, presentaba otra novedad al centralizar los derechos comerciales en el organismo con sede en Suiza.

Dos caminos distintos para una misma meta
La guerra se había iniciado. Lo que parecía una simple rabieta se convertía en un cisma en el verano del año 2000, un peligroso precedente para otros deportes, en especial el fútbol, que tomaba nota de la rebelión llevada a cabo por la ULEB al crear su propio campeonato al margen de la FIBA.

La FIBA en un último intento de dominar la situación suspendió a la ULEB como organismo reconocido. Un castigo que ni alivió el daño ni mitigó las ansias de emancipación de los clubes sublevados, encabezados por los equipos españoles, sobre cuya Federación se ponía el punto de mira aunque no se tomaban medidas disciplinarias contra ella. En cambio, el ultimátum fue claro sobre los árbitros, amenazados de ser inhabilitados si aceptaban dirigir algún encuentro. 

Ambas instituciones ponían en liza sus respectivos campeonatos:
  • La Suproliga, gestionada por la FIBA y que sustituía a la vieja Copa de Europa que había subsistido desde 1957.
  • La Euroliga, organizada por la ULEB.


Todos los clubes españoles eligieron a la rebelde Euroliga en lugar de la oficialista Suproleague -o Suproliga -, que fue adoptada mayoritariamente por instituciones con menor historia, salvo algunas excepciones. La ACB (Asociación de Clubes de Baloncesto de España) se convertía en el motor del cambio del deporte de la canasta en el viejo continente.

Suproliga o Suproleague (FIBA)

Panathinaikos e Iraklis (GRE)

Montepaschi Siena y Scavolini Pesaro (ITA)

Maccabi Raanana  y Maccabi tel Aviv (ISR)

Alba Berlín  y Bayer Leverkusen (ALE)

 Pau-Orthez  y ASVEL (FRA)

Ülkerspor y Efes Pilsen (TUR)
CSKA Moscú (RUS)
Lietuvos Rytas (LIT)

Croatia Split (KK Split) (CRO)
Partizan (SER)
Krka (ESL)

Slask Wroclaw (POL)
Ostende (BEL)
Plannja (SUE)

Estos 20 equipos, algunos de los cuales recibieron una compensación económica por aceptar -como CSKA- mientras otros tuvieron que asentir ante las intimidaciones recibidas -caso de ASVEL-, fueron organizados en dos grupos de 10 conjuntos que abrían paso a una fase de eliminatorias que arrancaba desde los octavos de final -denominados top-16- al mejor de tres encuentros y unos cuartos de final marcados por el mismo patrón .

La Final Four disputada en Francia, Paris-Bercy, se jugó entre cuatro clubes de distintas nacionalidades con triunfo de Maccabi Tel Aviv ante Panathinaikos, reeditando la final anterior y vengando la derrota del curso 1999-2000. Efes Pilsen ocupó el tercer cajón por delante del CSKA Moscú. 

Suprolegue final, Maccabi vs Panathinaikos

El torneo tutelado por la FIBA había tenido contratiempos de organización debido a la escasa repercusión de su llamada. Un problema solucionado en el último momento con la incursión 'a dedo' de otras instituciones para completar los 20 equipos y una futura promesa de recompensar a Turquía y Grecia con nuevas plazas.

La ULEB careció de esa dificultad. La 'comercial' Euroliga marchaba viento en popa merced a la publicidad, el apoyo financiero -con Telefónica a la cabeza- y los ingresos garantizados, además de contar con 24 equipos y un póker de instituciones españolas liderando esta escisión que circulaba en paralelo al de la FIBA y la rebasaba en resultado.

Euroliga o Euroleague (ULEB)

PAF Bolonia, Kinder Bolonia, Benetton Treviso y Müller Verona (ITA)

Estudiantes, TAU-Baskonia, Real Madrid y Barcelona (ESP)

Peristeri Atenas, AEK Atenas, Olympiacos y PAOK Salónica (GRE)

KK Zadar y Cibona Zagreb (CRO)
Zalgiris Kaunas (LIT)

Lugano Snakes (SUI)

Pogdorica (SER)

London Towers (GBR)

Opel Skyliners (ALE)

Sanit Petersburg Lions (RUS)
Charleroi (BEL)

Olimpia Ljubljana (ESL)

Hapoel Jerusalén (ISR)

Ovarense (POR)


La Euroliga 200-01 arrancó con cuatro grupos de seis equipos del que surgían 16 clasificados con los que disputar los octavos de final, al mejor de tres encuentros, para dar paso a los cuartos, en un sistema similar al ideado por la FIBA. Las diferencias se apreciaban en semifinales. La ULEB no utilizó la Final Four y en su lugar confeccionó una ronda de 'play-offs' de cinco partidos que enfrentó a los dos equipos más grandes de Bolonia -es decir, Kinder contra PAF-, o mejor dicho Virtus contra Fortitudo y a AEK de Atenas contra TAU en la otra parte del cuadro, ambas eliminatorias fueron resueltas con un contundente 3-0 por parte de la Kinder y TAU Baskonia.

La emocionante final necesitó de un quinto partido, celebrado en Bolonia, para decidir al vencedor del campeonato más rebelde jugado nunca en Europa. La Virtus Bolonia se hacía con el entorchado de campeón del torneo manejado por la ULEB compartiendo en esa temporada el trono con el Maccabi Tel-Aviv, titular para la FIBA del galardón. Dos reyes para un mismo trono.




Un divorcio de un año de duración
La imagen de desunión ofrecida por el basket junto a la confusión generada con los dos torneos celebrándose al unísono tenía que terminar de un modo u otro. La falta de acuerdo entre FIBA y ULEB por reunificar sus campeonatos concluyó con la renuncia del máximo organismo internacional a gestionarla, propiciado por el fracaso comercial de la Suproliga. La ULEB había ganado el pulso en esta confusa batalla para el espectador.

Borislav Stankovic y Jordi Bertomeu, secretarios generales de los respectivos organismos, lograron acercar posturas mezclando ideas, por un lado se mantenía la 'Final Four' y por otro se hacía más concesiones a los clubes, sobre todo en el plano económico, a la par que se ampliaba el cupo de 24 a 32 equipos para la campaña 2001-02. Todo ello bajo el paraguas de la FIBA, al que se le dejaba el papel de garante del juego.

El nacimiento de la nueva Euroliga iba a necesitar de una reestructuración del resto de torneos en liza. La Copa Saporta -que hacía las veces de Recopa- y la Copa Korac retomaban su rumbo bajo el nombre único de Copa ULEB, como segundo campeonato continental.

Euroliga logo

La posterior firma, en noviembre de 2004,  entre ULEB y FIBA servía para confirmar y considerar a la Euroliga como único máximo campeonato europeo, enterrando cualquier intento de recuperar la Suproliga, dejando la campaña 2000-01 como uno de los episodios más absurdos del baloncesto europeo.

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