domingo, 6 de julio de 2025

Iron Maiden celebra 50 años muy heavys en el Metropolitano

 Dicen que a los 50 años llega la madurez de una persona, su plenitud personal y profesional, la estabilidad que siempre se desea. También aparecen los primeros achaques de edad y, a veces, una crisis psicológica por no haber logrado ciertos objetivos.

El grupo británico Iron Maiden nació en 1975. Por lo tanto, cumple medio siglo desde su creación. Son referentes absolutos del heavy-metal y de numerosos grupos. Junto a Steve Harris, sempiterno bajista y fundador de la banda londinense, han desfilado multitud de músicos y hasta 17 discos de estudio.

 El público ha ido a la par que la 'Doncella', a excepción de un pequeño porcentaje de relevo generacional. Es una afición fiel que ha crecido y va envejeciendo con Iron Maiden, con sus achaques de identidad, con sus crisis de edad, pero siempre escuchando buena música.

Aprovechando la cifra redonda, con las 50 velas en la tarta, el grupo ha querido hacer una de esas giras en las que rememorar tiempos pasados, donde parece que el tiempo se detiene al son de la misma melodía. Desde 'Iron Maiden', primer álbum, al 'Fear Of The Dark'. Es decir, solo iban a sonar temas compuestos hasta 1992. Un baño de juventud en el Metropolitano ante una audiencia madura. 

Iron Maiden + Avatar en el Estadio Metropolitano de Madrid, 5 de julio de 2025

El Estadio Metropolitano de Madrid abría sus puertas para una nueva cita con la 'Doncella', tan habituado ya al feudo del Atlético de Madrid como el propio Conor Gallagher. Antes de que los ingleses realizaran su particular aquelarre musical, el escenario saludaba a los suecos Avatar.

Avatar parece vivir en una contante actuación circense, con maquillaje, mimos y un aire a alegre cabaret. Es un cruce visual entre el personaje de 'El Cuervo', popularizado por Brandon Lee, KISS, King Diamond, Ghost o Marilyn Manson. Agitado, no mezclado. Musicalmente también beben de Machine Head, Sepultura e incluso fogonazos de Gamma Ray. 

Unas veces con un tono melódico y otra más gutural. Heavy metal con ramalazos de death, procedentes de la inagotable cantera musical de Göteborg, desde Ace Of Base hasta los propios Avatar, pasando por At The Gates, Dark Tranquility, Evergrey, In Flames o Hammerfall, entre otros. La formación escandinava arrancó con un pepino como Dance Devil Dance, sorprendieron con The Dirt I'm Buried In, tan heredera del pop sueco como un Ikea, y Madrid danzó con ellos hasta el Apocalipsis, mientras atronaba el Hail The Apocalypse.

Avatar Madrid
 La fórmula de Iron Maiden volvía a ser sencilla, y efectiva, como si el mundo volviera a estar en 1992 debatiéndose si disfrutar del Tour del Fear Of The Dark o de los Juegos Olímpicos de Barcelona, algo parecido a lo que le pasó al bueno de Bruce Dickinson cuando pudo ser olímpico como esgrimista. Y es que este hombre del Renacimiento moderno acumula habilidades como maestro cervecero, piloto de avión, historiador, esgrimista y... ¡cantante!

Bruce Dickinson ha sido el segundo, cuarto y es el primer cantante de Iron Maiden. Un galimatías numérico que se explica por el hecho de que Bruce sucedió a Paul Di' Anno, fallecido en 2024, y después relevó a Blaze Bayley, quien había reemplazado previamente a Bruce, en una etapa incomprendida por muchos fans con más luces que sombras, y eso que fue una fase oscura a nivel musical. Después de esos vaivenes como la voz de la 'Doncella', Bruce siempre ha demostrado ser el mejor, el hombre idóneo para cantar para Iron Maiden. 

 Y con esa voz tan personal, los Maiden empezaban a desempolvar los primeros temas del concierto, rescatados del fondo del armario, porque tanto Murders In The Rue Morgue, Wrathchild, Killers, con la primera aparición de la mascota Eddie sobre el escenario, o Phamtom Of The Opera son tan antiguas como poco habituales en los últimos repertorios de la 'Doncella'. Vieja escuela. Un buen epílogo donde Simon Dawson, batería sustituto de Nicko McBrain, pudiera mostrar las habilidades y ser examinado.


The Number Of The Beast asomaba en quinto lugar, o sexto si incluimos los acordes de The Ides Of March como apertura. Un número diabólico, el seis, para exhibir la interminable lista de éxitos de los británicos. El público movía las manos al unísono, creando un mar de brazos, y otras acompasaba con palmas. Entrega total. Comunión absoluta entre grupo y seguidores.

La música, la puesta en escena, con tres pantallas gigantes, el carisma de sus integrantes, empezando por el bajista Steve Harris, cuya adoración por el West Ham siempre está presente, máxime habiendo tocado en su estadio unos días antes, hacen de este grupo uno de los más grandes de la historia. ¿O es el más grande realmente?

La terna formada por The Clairvoyant, Powerslave, con una proyección de pirámides que casi nos llevaban al Calderón en metro, 2 Minutes To Midnight daban paso a otra de las sorpresas de esta gira, porque Rime Of The Ancient Mariner es compleja. Compleja por su extensión, por su texto de corte clásico y por los cambios de ritmo marca de la casa y cortesía de las cuerdas de Gers, Smith y Murray. Trece minutos de épica y megalomanía. Trece minutos de grandiosidad.


Si los jugadores de cartas siempre tienen un jugada maestra esperando, las grandes bandas tienen sus ases, aunque el resto de cartas estén a la altura. Run To The Hills, que da nombre a esta gira, Seventh Son Of A Seventh Son, The Trooper, con Bruce ondeando una bandera de España tras haber paseado la Union Jack, Hallowed Be Thy Name e Iron Maiden eran el repóquer decisivo, que no definitivo, pese a ser una jugada redonda.


Iron Maiden Madrid
Fotos publicadas por Iron Maiden en su cuenta @ironmaiden

La voz de Winston Churchill en su célebre discurso de la II Guerra Mundial anticipaba el único bis y un final de altos vuelos con Aces High y la imagen de un Spitfire sobrevolando los cielos, que no los del Metropolitano. La teatralidad alcanzaba máximas cotas con Fear Of The Dark, donde la oscuridad -con Bruce iluminando el escenario con un farol como si fuera un solitario personaje surgido de la pluma de Charles Dickens-  y una sola voz ahuyentaban al silencio en Madrid.

Fotos publicadas por Iron Maiden en su cuenta @ironmaiden

Ya solo quedaba Wasted Years como colofón, evidenciando que Iron Maiden no ha malgastado ninguno de sus 50 años recién cumplidos y que el medio siglo le sienta realmente bien, más maduro y siempre en lo alto de la cima.

martes, 1 de julio de 2025

Sharleen Spiteri, las hadas del Botánico van de Texas a Escocia

 Desde hace unos años hay tres formas para saber que ha llegado el verano: el calor, obviamente, el anuncio de Estrella Damm, que sitúa nuestras vacaciones en un nivel que luego muchas veces no se corresponde con la realidad, y el Festival Noches del Botánico de Madrid, que durante los meses de junio y julio ofrece conciertos diarios en la capital española.

El Festival, que está situado en el Real Jardín Botánico Alfonso XIII de la Universidad Complutense de Madrid, no confundir con el Real Jardín Botánico del Paseo del Prado de la capital, ha ido ganando público, notoriedad y relevancia con el paso del tiempo. Un clásico moderno con un sello personal.

Si uno buscase la definición de ecléctico en un diccionario, debería de aparecer la imagen de este Festival, que no acaba de estar etiquetado con ningún estilo, porque siempre dan cabida a distintos artistas en un entorno único. El enclave y la variedad musical son la llave del éxito. Entre ellos, los escoceses Texas, con un tono meloso y una de las voces, y rostro, más dulces que tiene el pop-rock: Sharleen Spiteri.

Texas en el Festival Noches del Botánico de Madrid, 30 de junio de 2025

El Real Jardín Botánico Alfonso XIII de la Universidad Complutense de Madrid es un oasis de silencio en mitad del bullicio de Madrid. Un paraje idóneo para escuchar al grupo escocés Texas, cuyo título proviene de la película de Wim Wenders. Aunque Escocia también ese país es ruidoso, especialmente cuando se disputa un Celtic - Rangers en Glasgow, la ciudad natal del grupo.

Bajo un amenazante cielo gris, que apenas descargó agua, Sharleen Spiteri comenzó susurrando su célebre frase "I don't want a lover, I just need a friend", de su primer disco, de su primer flechazo, ya ha llovido desde 1989, aunque no lo hiciera en esta noche tórrida de calor tropical.

Texas Botánico Madrid

Te das cuenta que los años han pasado pero que por algunas personas han pasado algo menos. Sharleen Spiteri era tu crush, aunque por aquel entonces no sabías qué era eso, y ahora sigue siendo un rostro hermoso. 

Halo es potente y guitarrera. Es un temazo que arranca con aire oriental y sigue de un modo más occidental. ¡Vaya manera de empezar! Texas es el clásico grupo que piensas que conoces dos temas y, aunque tengas un oído vago, y por poco que escucharas música en el anterior siglo, la cifra pasa a ser como mínimo de una decena de canciones populares, como Everyday Now. imposible no conocerla, o So In Love With You, con ese toque exótico tan sensual, otro habitual de la radio.

Summer Son habrá sonado muchas veces en todo el planeta, pero en un día de verano y en un sitio tan soleado como España encaja a la perfección. Es un tema que muestra ese ramalazo más discotequero y experimental de la banda, donde los sintetizadores y la electrónica habían ganado la batalla a las guitarras con el paso de las décadas. Aunque en esta ocasión fuera ofrecida en una versión más guitarrera y gamberra. Lo de rescatar Thrill Has Gone en el repertorio era todo un acierto y una grata sorpresa.


 
Si las hadas conceden tres deseos, Texas ofrece innumerables canciones eternas: The Conversation, con ese aire sureño renovado, country del siglo XXI, con el que dar paso a When We Are Together, In Demand, con el actor Alan Rickman siendo todavía seducido en una gasolinera en la mente de todos en una noche que parecía no tener fin. Y esta noche también iba a tener fin, aunque antes sonara Mr. Haze y Black Eyed Boy, devolviendo el protagonismo a las guitarras, y Say What You Want como primer cierre.

De repente recuerdas cómo te impactó 'Trainspotting', paseas mentalmente por el casco viejo de Edimburgo y hasta lucharías junto a William Wallace para liberar Escocia si pudieras viajar en el tiempo. Todo te parece hermoso en ese momento, especialmente si Sharleen Spiteri está delante.

Y es que encima es agradable, simpática, dicharachera a más no poder, recalcando el calor que hacía, hablando de su hija o de sus orígenes, cualquier tema era válido. Aunque es un riesgo hablar en inglés con el público, sabiendo que España está llena de personas con un CV que reza que el nivel del segundo idioma es medio-alto, aunque el medio sea aquí bajo y el alto no llegue a la altura.

El bis final llegaba con Inner Smile, en cuyo videoclip se hacía un guiño a Elvis Presley, para ya ser completo al sonar Suspicious Minds, cantada por el Rey, escrita por el compositor Mark James, casualmente nacido en Texas, y ahora inmortalizada por Sharleen Spiteri, eterna hada del Botánico, la cual ha vuelto a demostrar por qué el grupo siempre ha gustado tanto en España, con una gran colección de canciones, mucha conversación, una preciosa voz y mucha magia.

miércoles, 14 de mayo de 2025

Bad Religion: 45 años en 25 canciones para un festival punk

 Uno se hace mayor a medida que se ve que sus grupos musicales se hacen mayores. Los californianos Bad Religion llevan desde 1980 sumando feligreses que adoran ese punk rock melódico tan marca de la casa. Un hardcore melódico que adoptaron los skaters para llevar sobre ruedas a este grupo al estrellato. No es el único logro de esta banda, y es que la popularidad de las zapatillas Vans y el legado musical a través de su sello discográfico Epitaph son otros de sus avales.

Bad Religion se ha caracterizado por canciones de corta duración pero un intenso mensaje, político o religioso, o ambos temas cruzándose entre sí, y también por unos coros de voces que acompañan a unos variados riffs.

Al frente de la formación está el vocalista Greg Graffin, con aspecto de profesor, y es que realmente ejerce como docente en UCLA (Universidad de California). El guitarrista Brett Gurewitz junto al bajista Jay Bentley, con alma de eterno adolescente, son la base de Bad Religion.

Después de 45 años siguen siendo un referente en el punk. De ahí que esta gira de aniversario casi sea una especie de festival por la cantidad de grupos que quieren acompañar a estos clásicos modernos del punk estadounidense.

Bad Religion + Agnostic Front + Strung Out + Crim y Belverde en el Movistar Arena de Madrid, 13 de mayo de 2025

Las cinco de la tarde es un horario más taurino que musical. Por otro lado, el hecho de contar con cinco grupos en el cartel acercaba al concierto más a ser un festival que a ser un concierto en sí: un concierto con alma de festival estival, pero en mitad de la primavera y en día de diario.

Los canadienses Belvedere sufrió el mal de los grupos teloneros: poco público y problemas de sonido. Pese a ello, la batería lideraba con un sonido atronador que parecía la policía montada del Canadá cuando llega trotando en 'Los Intocables de Eliot Ness'.

Bajo un enigmático telón de fondo, mezcla de catedral gótica, cultura egipcia y el tarot, el grupo Crim, sonó compacto y veloz. Sin tiempo para charlar. Tralla pura desde Tarragona. Voz gutural con letras en catalán que a veces recordaba a Hamlet o a Motorhead, una final línea entre el hardcore y hasta el heavy metal.


El quinteto californiano Strung Out sabe lo que hay que hacer para dejar en ebullición un pabellón. Carisma, una voz rasgada y brutales cambios de ritmo, de lo melódico a más agresivo. Varios registros y riffs brutales. También aparecieron los primeros pogos entre el público. La primavera punk alteraba la platea.

Agnostic Front
. Si la estética lo es todo, lo suyo es intimidar e incitar. No te gustaría tenerlos de amigos; tampoco de enemigos, porque parecen rivales de los Warriors por el metro de Nueva York, pero lo suyo es transmitir energía, tanto como una central eléctrica a ritmo de punk.

El turno era para Greg Graffin, Jay Bentley, Brian Baker, Mike Dimkich y Jamie Miller, con la ausencia de Brett Gurewitz. O lo que es lo mismo: Bad Religion y la gira de 45º aniversario.

La fórmula era clara: alternar clásicos con temas más presentes o sorprendentes. Recipe For Hate, You Are (The Government), No Control y por el otro lado Supersonic, Candidate o My Sanity, demostrando que lo moderno no tiene que ser peor.


Como si fuera un coche que va tomando velocidad a medida que recorre kilómetros, los grandes éxitos se iban sumando a la lista, con alguna omisión casi imperdonable, como dejar Anesthesia fuera del setlist, pero es que el repertorio es tan grande que es imposible contentar a todos.

¿A quién quieres más? ¿A papá, a mamá, a la abuela o al abuelo? ¿Te gusta más el 'Suffer', el 'Against The Grain' o el 'No Control'? ¿O eres más del 'Stranger Than Fiction'? Había donde elegir. El público disfrutaba botando y algunos levitando entre la multitud. Una noche idónea para los milagros y para dejar aparcado el monopatín, si es que aún se conserva.

Si algo tiene Bad Religion son melodías muy reconocibles, temas muy rápidos, un tono muy melódico apoyado en coros y un punk muy alegre. Y así estaba siendo el concierto, volando con una sexta marcha que con Atomic Garden, You, Generaton, 21st Century e Infected era ya una velocidad de crucero y una sola voz.

Cease y Fuck You conducían a un bis donde el medio tiempo Sorrow demostraba que la religión, la política y la ironía siempre han sido temas recurrentes de esta banda californiana, por lo que su célebre American Jesus, el cual critica el uso partidista de Dios para algunos estadounidenses, era la canción idónea para cerrar esta especie de festival punk de más de 6 horas de duración y mucha diversión. 45 años no son nada, especialmente si todavía disfrutas de Bad Religion y su legado musical.

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