miércoles, 27 de marzo de 2013

La singular final México - Brasil del Panamericano de 1975

Las competiciones deportivas suelen terminar con un único vencedor que se proclama campeón de un torneo recibiendo el título o la medalla de oro. En algunas singulares ocasiones se rompe esa norma, tal y como ocurrió en los Juegos Panamericanos de 1975.

Los Juegos Panamericanos
Los Juegos Centroamericanos y del Caribe, que se disputaban desde 1926, fueron el punto de partida y la principal motivación para extender un evento similar a todo el continente americano. El inicio de la Segunda Guerra Mundial aplazó el estreno de la cita hasta 1951, año en el que se inauguraron los primeros Juegos Panamericanos en Buenos Aires.
Mapa de América
Los Juegos Panamericanos, celebrados cada cuatro años, fueron creciendo en número de atletas y países participantes con el paso de los eventos. En la actualidad son 42 naciones las que entran en liza, duplicando los 21 que tomaron parte en Argentina en 1951, al igual que los deportes practicados, que han pasado de los 18 de Buenos Aires a los 46 de la XVI edición celebrada en Guadalajara 2011.

El fuego americano
Al ser una versión continental de los JJ.OO, se siguió en sus comienzos el ritual marcado por el COI e iluminado por la llama que se enciende en el templo de Hera (Olimpia) y que da el pistoletazo a la fiesta del deporte olímpico.

Posteriormente se optó por buscar un referente distinto, más acorde con la historia del continente y que condujo a la organización a buscar distintas alternativas como el Cerro de la Estrella (México), Brasilia o el acertado actual emplazamiento: la llamada ciudad de los dioses o Teotihuacan (México). Es decir, la fastuosa megalópolis que maravilló a los españoles a su llegada al Nuevo Mundo y en la que se practicaba el ancestral juego de pelota.
La calzada de los muertos de Teotihuacan, vista desde la pirámide de la Luna

Celebración de los Juegos
El hecho de tener países situados tanto en el hemisferio norte como en el sur del planeta hace que las fechas varíen en función de la zona donde se vayan a celebrar los campeonatos. En Estados Unidos y Canadá se opta por julio y agosto mientras el otro país norteamericano, México, suele elegir el otoño o la primavera, siendo cerca de los equinoccios los momentos preferidos por la mayoría de las naciones anfitrionas.

Hasta el momento se han disputado 16 veces los juegos Panamericanos, todas ellas correspondientes a los juegos de verano por un intento de hacer una cita de deportes invernales que terminó siendo un fracaso. El lugar elegido para aquella probatura fue la provincia de Mendoza (Argentina) en 1990, primer intento y único de la organización.

Deportes practicados
La mayor crítica que han recibido los organizadores del comité es el hecho de no incluir en su programa deportes de gran arraigo en el continente, de procedencia precolombina, y con un enorme nexo cultural con la tierra como el lacrosse de Estados Unidos o el citado juego de pelota mesoamericano.

En su lugar, se han incluido en el listado deportes no recogidos por el COI, aunque sí reconocidos por la institución, como el rugby 7, beisbol, softball, pelota vasca, raquetbol (similar al squash) o el juego de los bolos, disciplinas que se entremezclaban con otras más tradicionales como el atletismo, gimnasia rítmica y artística, además de los habituales torneos por equipos de voleibol, balonmano, hockey, baloncesto o fútbol.
Juegos Panamericanos

El fútbol en los Juegos Panamericanos
La pasión con la que se vive el fútbol en el continente, a excepción de algunas importantes potencias en el medallero como Estados Unidos, Cuba o Canadá, obligó a que el balompié fuera parte del programa desde la primera edición celebrada en Buenos Aires donde la albiceleste se colgó el oro, un gesto que extendió en las dos siguientes citas de los juegos. Gracias a aquellos triunfos, Argentina comanda la clasificación con 11 metales, seguidas por México y Brasil, indudables protagonistas en la edición de 1975.

Palmarés en fútbol de los Juegos Panamericanos (1951-2011):


Los Juegos Panamericanos de 1975
Ciudad de México asumía el papel de anfitriona para la VII cita de los Juegos Panamericanos repitiendo el papel ejercido en 1955. La capital azteca volvía a vestir sus mejores galas para un encuentro internacional, tras los JJ.OO de 1968 y el Mundial de 1970, y al igual que en la Copa del Mundo su candidatura llegó de rebote, en el último momento tras la imposibilidad de otras naciones para organizarlo.

En aquella ocasión fueron 33  los países que participaron en el mitín de 1975: Antillas Holandesas, Argentina, Bahamas, Barbados, Belice, Bermuda, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Costa Rica, Colombia, Cuba, El Salvador, Ecuador, Estados Unidos, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Islas Vírgenes, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Puerto Rico, República Dominicana, Surinam, Trinidad y Tobago, Uruguay y Venezuela.
Juegos Panamericanos de México 1975

El fútbol en el Panamericano de 1975
El torneo de fútbol tenía de partida a tres claros favoritos: México, Brasil y Argentina. Tres selecciones que dominaron con autoridad las dos fases de liguillas, de las que constaba el formato del torneo, con abultados marcadores que mostraban la potencia de sus combinados. Los anfitriones alcanzaron la final con 26 tantos a favor y 4 en contra mientras que la canarinha superaba a la albiceleste, en su lado del cuadro, por diferencia de goles, sólo habían cedido un gol por 32 anotados. México y Brasil iban a cerrar el certamen de los Juegos desde el césped.

La final de 1975
El 25 de octubre de 1975 el majestuoso Azteca, con una asistencia de casi 105.000 espectadores, servía de escenario para la lucha por el oro. La pugna por la última presea para engordar el medallero de ambas federaciones.

El Tricolor presentaba a una futura estrella en su plantilla en la figura de un jovencísimo Hugo Sánchez quien apenas contaba con 17 años pero que asumía galones de veterano y servía de asistente en el primer tanto local marcado por Héctor Tapia. La fiesta se instalaba en las gradas hasta que en los minutos finales el colegiado argentino decretaba un penalti a favor de la 'verdeamarela' que era ejecutado por Claudio Adao. El encuentro llegaba a una incierta prórroga. El Azteca había enmudecido por un instante.

camiseta de México

Durante el tiempo extra los focos del estadio se apagaron, primero los del sector oeste y más tarde los del lado contrario, a lo que se sumaron varias invasiones de aficionados en un Azteca que empezaba a quedar en semipenumbra, con la única iluminación del pebetero. Ante esta situación, el colegiado argentino decretó el final del choque. Era el último día de los Juegos y no había margen para repetir el partido por lo que se decidió de manera salomónica considerar a ambos conjuntos como vencedores.

La FIFA intervino para que el encuentro se volviera a disputar. Ya era tarde, la 'verdeamarela' había regresado a casa y los Juegos Panamericanos habían vivido su jornada de clausura. México y Brasil se colgaban el oro.

Desde aquel otoño de 1975, el Azteca nunca ha vuelto a tener problemas con la iluminación, México no ha perdido nunca en una final con Brasil -de las cinco que ha disputado desde entonces- y ninguna selección ha vuelto a compartir un metal.

sábado, 16 de marzo de 2013

El fútbol italiano nace del 'calcio' de las calles de Florencia

Pocos países pueden presumir de la diversidad que tiene Italia. Belleza, arte, paisaje, cultura, naturaleza, gastronomía e historia, términos que definen a toda la nación y en especial a la región de la Toscana y a su capital: Florencia.

Una ciudad que es capaz de atrapar al turista y confundirlo ante tanta belleza, un fenómeno conocido como el síndrome de Stendhal, dados los innumerables atractivos heredados del poder de la dinastía de los Médici, del legado de las obras de Miguel Ángel, Brunelleschi y Leonardo da Vinci o el constante recuerdo en sus calles a otro de sus más representativos ciudadanos: Dante.

Florencia, Firenze, Florence
Vista de Florencia desde la Plaza Miguel Ángel
La flor de lis
Es un símbolo que estuvo inicialmente presente en distintas culturas como la egipcia o la mesopotámica para después ser usado por la iglesia católica, dentro de la Orden Militar de Santiago o como representación de la virgen María por su identificación con el lirio, signo de pureza. También puede verse en algunos mapas antiguos para señalar el norte, motivo por el que los scouts lo escogieron.

La flor de lis aparece en multitud de banderas y en la heráldica de las realezas europeas por iniciativa de la monarquía francesa para después extenderse, por motivos diferentes, a los antiguos blasones de la casa Lancaster (Inglaterra) y a los actuales de los Borbones (España).

Fiorentina, escudo

El escudo de Florencia también vio germinar la flor de lis en tonos blanco (plata) y rojo (gules), una variación de la utilizada en Francia, emblema también de los Médici, poderosa familia toscana que abarcaba todos los campos de poder, tanto político-económico como religioso o social.

La flor de lis se instalaba en todos los rincones de la ciudad, incluso en el equipo de fútbol de la Fiorentina.

El 'calcio' en Florencia
La capital de la Toscana fue la cuna del Renacimiento lo que la convirtió en el epicentro cultural y económico durante la Edad Media bajo el abrigo de la dinastía Médici. Como resultado de todo ello, surge el imponente casco histórico, salpicado de majestuosas obras y también escenario de la celebración de un antiguo deporte milenario, calcio, disputado por los legionarios romanos con la intención de prepararse para la batalla, tal y como habían hecho los griegos anteriormente. Con el paso de los siglos, el calcio pasó a ser practicado tanto por la nobleza florentina, entre ellos miembros de los Médici, como por Papas.

Calcio Storico, Firenze, Florencia

El fascismo recuperó la tradición del calcio que se había perdido durante los dos siglos anteriores. Desde entonces se realizan torneos en la Piazza Santa Croce que enfrentan a las cuatro secciones de la parte antigua de la ciudad, representados por sus tradicionales colores:
  • Santa Croce - Azzurri (azules)
  • Santa Maria Novella - Rossi (rojos)
  • Santo Spirito - Bianchi (blancos)
  • San Giovanni - Verdi (verdes)
Normas y reglas del 'calcio'
Son sencillas y prácticamente inexistentes. El objetivo del calcio es anotar, durante un espacio de 50 minutos, tanto con las manos como los pies en una meta de 1 metro de alto por 50 de ancho dentro de un terreno de juego de arena de 80 x 40 metros. Cada uno de los 27 jugadores, dispuestos en cuatro posiciones de campo con ropa de época, puede anular al rival realizando todo tipo de contacto, de ahí que existan tantas lesiones. La puntuación tiene en cuenta tanto el acierto, con un tanto, como el error, medio punto para la otra escuadra. Es un curioso deporte que mezcla fútbol, rugby y lucha greco-romana. Pura adrenalina que atrapa y engancha en un espectáculo que sólo se vive tres días al año.

Calcio storico

El nacimiento de la Fiorentina
Fundado a finales de verano de 1926 tras la unión de dos conjuntos de Florencia, ciudad que había redescubierto el viejo deporte del calcio, precedente del fútbol moderno, y que quería tener una fuerte representación en la competición italiana para hacer frente al resto de clubes además de continuar con la tradición deportiva iniciada en sus calles, el calcio.

En principio se usaron los tonos representativos de la ciudad (rojo y blanco) para de manera accidental surgir el original tono violeta al lavar las camisetas en el río Arno y desteñirse. Una explicación casi de leyenda y una teoría cargada de romanticismo que es desmontada por aquellos que aseguran que fue el primer presidente de la entidad, miembro de la nobleza, el que se le ocurrió el morado como color de la entidad.

Fiorentina, calcio

Históricos jugadores violas
Se han enfundado la camiseta de la Fiore importantes futbolistas, tanto por su relevancia como por su repercusión en la entidad: Pedro Petrone, Sarti, Amarildo, Julinho, Giancarlo Antognoni, Effenberg, Pasarella, Cristian Rigano, Mijatovic, Gentile, Toldo, Serena, Sócrates, Roberto Baggio, Mutu, Jovetic, Ramón Díaz, Rui Costa, Luca Toni, Di Livio… y el matador Gabriel Omar Batistuta, el otro ‘David’ de Florencia que sumó 168 goles en 269 partidos. Toda una leyenda.

David, Miguel Angel
Copia del 'David' de Miguel Ángel en la Piazza della Signoria
La casa de la Fiore
Artemio Franchi fue un antiguo presidente de la Federación italiana de fútbol nacido en Florencia y fallecido en Siena que tiene el honor de dar nombres a los campos de fútbol de ambas poblaciones. Equipos con rivalidad aunque muy por debajo de la animadversión que también generan en Florencia los colores blancos y negros en otra ciudad y en otro club, la Juventus de Turín, un odio acrecentado desde el polémico final de Liga de 1982. Antiguamente, el feudo viola tuvo otro nombre vinculado con el fascismo, Giovanni Berta, desechado tras la finalización de la II Guerra Mundial.

Giovanni Berta, Firenze, Florencia

Una historia de éxitos y fracasos
Su palmarés es compone de dos scudettos (1956 y 1969), seis Coppas y una Supercopa de Italia. En cuanto a los grandes trofeos continentales pueden presumir de alzar la desaparecida Recopa de Europa (1961), primer club italiano en llevarse un título europeo organizado por la UEFA, y de lamentar su suerte por haber perdido finales en todas las competiciones europeas.

La Associazione Calcio Fiorentina sufrió una crisis económica en 2001 que obligó a situaciones dramáticas como un forzoso descenso, cayendo hasta la C2 –cuarto nivel-, y a una más que posible desaparición evitada con una posterior refundación de la institución, 2003, rebautizándola como Associazione Calcio Firenze (ACF) Fiorentina. La vuelta desde el abismo de la C2 fue más ligera de lo previsto al verse favorecido por el Caso Catania que permitió a los violas saltarse la C1 y ascender directamente a una segunda división masificada, con 24 equipos, en un caso similar al contencioso del Celta y Sevilla con la Liga de 22 en España.


Hoy en día, la Fiorentina continúa en Serie A con su singular camisa viola por bandera y con el orgullo de representar a una histórica ciudad caracterizada por la belleza de sus edificios, el peso de la historia y ser un referente cultural. Unas calles y plazas por las que pasearon ilustres personajes y donde se fraguó el calcio, un curioso deporte que enamoró a los florentinos y que sirve en Italia para llamar a este hermoso juego llamado fútbol.

viernes, 8 de marzo de 2013

El miedo escénico del Santiago Bernabéu: las remontadas europeas del Real Madrid

Siempre que el Real Madrid tiene un resultado adverso en una eliminatoria se suele hablar del 'espíritu de Juanito', del 'miedo escénico' y de las 'mágicas noches Europeas en Chamartín', una conjura para la remontada que hace tiempo que no se produce y que se acuñó con seis partidos claves en la historia del equipo blanco donde se mezclaban varios factores.

Europa por aquel entonces era una duda constante, nadie conocía con certeza a los rivales y el factor cancha tenía un peso importante. Los equipos españoles solían sufrir mucho en el extranjero y era extraño ver ganar a los nuestros en campo contrario, incluso ante rivales inferiores, con lo que adquiría gran importancia jugar el partido de vuelta ante tu público, que en el caso madridista era un ambiente diferente al actual con un 'gallinero' (parte alta del graderío del Bernabéu) abarrotado e implicado que se dejaba contagiar por el ambiente del fondo sur.

Con el público metido en el partido la consigna era ser firmes e intentar embotellar al equipo contrario en su campo desde los inicios y ser los primeros en chutar a puerta. En el descanso, había que dar una sensación de ansiedad y aparecer antes de que el árbitro estuviera en el campo. Un ideario que aplicó el Real Madrid a rajatabla en aquellos años. Estas fueron sus siete principales víctimas.

1. Copa de Europa (5 de noviembre de 1975), Real Madrid 5-1 Derby County (1-4)

Derby CountyLa vieja Copa de Europa enfrentaba, por aquel entonces, en eliminatorias directas a los campeones de las distintas ligas. Un formato atractivo y peligroso El Derby County era el vigente campeón de Inglaterra, un segundo título para la institución, y último hasta ahora, que confirmaba las buenas vibraciones que había tenido el equipo, tres años antes, con el mítico entrenador Brian Clough y que en esa temporada tenía a Dave Mackay en la dirección técnica.

La competición partía de los treintaidosavos de final donde merengues y carneros (rams, en alusión al animal de su escudo) se habían deshecho del Dinamo de Bucarest y Slovan de Bratislava, respectivamente.

En el duelo de ida de dieciseisavos de final, en el Baseball Ground, los ingleses se habían impuesto por un rotundo 4-1, dos de los tantos desde el punto de penalti, ante un equipo blanco que llegaba herido a Madrid por el varapalo recibido. Aún así, el público acudió en masa a un Chamartín que rozó los 100.000 espectadores.

El técnico yugoslavo Miljan Miljanic, uno de los pioneros a la hora de trabajar el apartado físico en el entrenamiento, dirigía a un equipo que presentaba el siguiente once: Miguel Ángel; Sol, Benito, Pirri, Camacho; Breitner, Del Bosque, Netzer; Amancio, Santillana y Roberto Martínez (4-3-3).


Roberto Martínez anotó los dos primeros, a los 3' y 51', Santillana puso de cabeza el tercero en el 55' que desnivelaba la eliminatoria para los blancos, un minuto después era el Derby el que marcaba con un golazo a la escuadra. A falta de diez minutos para el final, Pirri igualaba el resultado de la ida, desde los 11 metros, para jugarse una prórroga donde el cántabro Santillana tenía la habilidad para controlar el balón con el pecho, hacer un sombrero y golpear de volea. La gesta estaba concluída.

El camino del conjunto blanco llegó hasta las semifinales donde la 'bestia negra' de los madridistas, el Bayern de Múnich, se imponía con un equipo de ensueño con el que dominaba Europa y en el que Maier, Beckenbauer, Rummenigge, Gerd Müller o Uli Hoeness se dedicaban a coleccionar 'orejonas' por afición.

2. Copa de Europa (19 de marzo de 1980), Real Madrid 3-0 Celtic (0-2)

El segundo capítulo se producía en cuartos de la Copa de Europa de 1980 con otro incómodo marcador traído desde tierras británicas. En aquella temporada estaba otro balcánico en los banquillos, Vujadin Boskov y el reto de disputar la final en casa dado que la UEFA celebraba las bodas de plata de la Copa de Europa y había elegido el Bernabéu como sede de la final.

El equipo del Real Madrid estaba formado por: García Remón; Sabido, Benito, Pirri, Camacho, Del Bosque, Stielike, Ángel, Juanito, Santillana y Cunningham.

Celtic GlasgowOtra vez Chamartín respondía en un día festivo y familiar dada la fecha. El cuadro merengue salió revolucionado con un Sabido que realizó varias entradas escalofriantes para amedrentrar a los jugadores del Celtic.

Aquel día el Real Madrid tardó en disparar a puerta, en cambio los 'bhoys' dispusieron de más ocasiones en los primeros instantes. Antes del descanso, un córner de Cunningham, con su habitual estilo con el exterior del pie derecho, generaba dudas en la defensa de los escoceses y Santillana aprovechaba para rematar desde el suelo.

Los siguientes 45 minutos cumplieron los cánones de las remontadas con el plantel madridista lanzado en tromba y encerrando al conjunto de Glasgow. Una pared de Juanito con Cunningham, primer futbolista inglés en fichar por el Real Madrid, terminaba en la testa de Santillana quien con inteligencia amortiguaba el cuero hacia Stielike para empatar la eliminatoria.

El encuentro se abrió para ambos conjuntos, con los merengues permutando posiciones y apareciendo por oleadas hasta que un tsunami llamado Juanito cabeceaba a las mallas el tercero, el que volteaba el marcador. Ángel y demonio, un futbolista genial que empañó sus habilidades con su temperamento y agresividad.
Brian Clough y Peter Taylor en la final de Madrid

En semifinales, el Hamburgo de Kevin Keegan y Felix Magath echaban a los blancos con la misma medicina: un 2-0 en Chamartín fue respondido con rotundidad por un histórico y doloroso 5-1 de los teutones, quienes finalmente se quedaron rozando la 'orejona' para ser acariciada y besada por esa dupla mítica formada por Brian Clough, Peter Taylor en el Nottinghan Forest, único club del mundo que tiene la curiosidad de haber ganado más torneos continentales que nacionales. (2 Copas de Europa y una Supercopa de Europa frente a una Liga inglesa).


3. Copa de la UEFA (12 de diciembre de 1984), Real Madrid 6-1 Anderlecht (0-3)

La competición de la UEFA era el segundo título europeo en importancia, por delante de la Recopa al que acudían los campeones de las Copas nacionales, aunque a veces por su calidad de los integrantes en el torneo se convertían en el título más duro de todos los disputados.

El por qué era sencillo. Para luchar por la Copa de Europa sólo había un representante por país, aquella campaña fue el brillante Athletic de Javi Clemente, mientras que en la UEFA podían aparecer hasta cuatro clubes de Ligas como la española, alemana o italiana, conjuntos que generalmente habían crecido en calidad al fichar más estrellas por no haber sido vencedores en sus campeonatos ligueros el curso anterior.

En el torneo de la UEFA de 1984-85, cayeron en primera ronda el Atlético, Real Betis y Real Valladolid -se ganó el puesto europeo tras haber ganado la extinta Copa de la Liga-, dejando al Real Madrid como único representante español tras la primera criba que se convirtió en un calvario con el choque de dieciseisavos ante el Rijeka (1-3, 3-0) en otra meritoria remontada que gozó de bastantes favores arbitrales y que dejo a los yugoslavos diezmados.


En octavos tocaba el Anderlecht. Los blancos tenían una buena mezcla de veteranía y juventud, comandada por una generación de jugadores surgidos de la cantera y denominados como la 'Quinta del Buitre' (Martín Vázquez, Míchel, Pardeza, Sanchís y Butragueño).

Los merengues saltaron al césped con: Miguel Ángel; San José, Sanchís, Gallego, Camacho; Míchel (Salguero, min. 55), Stielike, Lozano (Martín Vázquez, min. 71); Butragueño, Santillana y Valdano.

 Los 'malvas de Bruselas' traían un cómodo 3-0 y una flamante estrella, de apenas 18 años, como Enzo Scifo llevando la manija de los belgas quienes sufrieron desde el principio con una apabullante primera media hora local que redujo la ventaja (con goles de  Sanchís, Butragueño y Valdano) y destrozó la defensa adelantada del Anderlecht. 

El 3-1 de Frinmann pareció estropear la fiesta que se estaba viviendo en las gradas, pero de nuevo Valdano y Butragueño dejaban el partido finiquitado que acababa con la guinda de un 'hat-trick' del 'Buitre' en el último suspiro. En una de sus mágicas exhibiciones.


4. Copa de la UEFA (24 de abril de 1985), Real Madrid 3-0 Internazionale (0-2)

El Real Madrid caminaba con paso firme y triunfal por la UEFA, al Anderlecht siguió un correoso Tottenham de Glenn Hoddle y en semifinales esperaba uno de los 'cocos', el Inter de los Zenga, Bergomi, Altobelli, Brady y Rummenige.

Como era costumbre, los blancos sufrieron en el Guisseppe Meazza interpretando un papel de equipo encerrado que tan malos resultados ha dado históricamente a los blancos. Pero los merengues estaban tranquilos, a pesar de los dos goles había una extraordinaria confianza en dar la vuelta en Madrid a la eliminatoria y por ello Juanito dedicó a Bini, jugador interista, aquella frase mitad en español, mitad en italiano y totalmente chulesca:  “Noventa minuti en el Bernabéu son molto longo”.

Escudo del Inter en los 80, conocido como 'Il Biscione'. Fuente DDF

Los 90 minutos de Chamartín dieron la razón a Juan Gómez. El Real Madrid fue fiel al decálogo de acciones en una remontada. Aquella noche jugaron con: Miguel Angel, Chendo, Salguero (Fraile 24´), (Juanito 76´), Stielike, Camacho, Michel, San José, Gallego, Pineda, Santillana y Valdano.

Santillana subía el 1-0 antes del primer cuarto de hora fruto del empuje inicial de los blancos y elevaba el segundo al electrónico con un remate de cabeza, marca de la casa, en el momento clave del choque, en el 43'. Con la eliminatoria igualada, el Inter se lanzó al ataque y se abrió el duelo. Stielike salvaba bajo palos un gol cantado y acto seguido era Míchel el que certificaba la proeza con un fuerte chut.

Después de rondas igualadas y remontadas inverosímiles, el Real Madrid se enfrentaba en la final a un rival de menor entidad y deshabituado a las presiones. Los blancos vencieron con holgura en Hungría al Videoton, 0-3, para tener una vuelta relajada y plácida en la que incluso perdieron por la mínima, 0-1. En aquella época el torneo de la UEFA se decidía a doble encuentro. Los madridistas estrenaban de este modo su palmarés en la competición y se alzaban con el primer título.


5. Copa de la UEFA (11 de diciembre de 1985), Real Madrid 4-0 Borussia M'gladbach (1-5)

Athletic, Sporting, Osasuna y Real Madrid eran los representantes de la Liga entre los 64 conjuntos candidatos a conseguir la UEFA, sólo rojiblancos y merengues llegaron a octavos de final donde esperaban el Sporting de Portugal y el Borussia Mönchengladbach.

La victoria de los vizcaínos en San Mamés no sirvió para pasar de ronda y los otros 'leones', los de Lisboa, se imponían con un contundente 3-0 en el José Alvalade.

El equipo blanco y vigente campeón de la competición vivió otra de sus habituales pájaras europeas en las que parecía un 'sparring' al que pagaran por encajar goles para después voltear el combate. En aquella ocasión, el correctivo fue todavía más duro. El partido se celebró en Düsseldorf en lugar de Mönchengladbach ya que el
Rheinstadion disponía de mayor capacidad.

El frío, el campo helado y el gran juego del Gladbach se atragantaron al Real Madrid. Los alemanes estaban dirigidos por uno de sus grandes mitos del club teutón, Jupp Heynckes, y contaban con jugadores como Uwe Rahn o Hans-Jörg Criens que aquella noche pasaron como un tren de mercancías sobre el conjunto madridista.


Para añadir épica, Molowny no podía contar para el duelo de vuelta con varios de sus hombres claves como Hugo Sánchez, Chendo y Gordillo, a ellos se añadía la lesión a última hora de Sanchís. Los elegidos para aquella noche fueron: Ochotorena; San José (Cholo 75'), Maceda, Salguero, Camacho; Míchel, Ricardo Gallego, Juanito (Martín Vázquez 90'); Valdano, Santillana y Butragueño.

El mismo guión que en anteriores ocasiones era interpretado en Chamartín. Valdano, en el 7' y en el 20', ponía el miedo en el cuerpo a los germanos que reculaban hasta parapetarse en su campo. El Madrid no se entretenía en las celebraciones y el balón no dejaba de moverse. Con la mitad del trabajo hecho, el tercero se hizo de rogar y apareció en una jugada de pizarra que acababa con una volea de Santillana, a los 76', antesala del cuarto, obra también del cántabro en el 89'.

El delirio llegaba a las gradas y al césped con imágenes históricas como la montaña humana sobre Santillana mientras otros jugadores corrían sin sentido gritando por el césped. El posterior cambio de Juanito y sus saltos hacia el túnel de vestuario cierran el álbum de recuerdos madridistas de aquella hazaña.

6. Copa de la UEFA (16 de abril de 1986), Real Madrid 5-1 Inter Milán (1-3)
Si los octavos de final habían sido duros, no menos fueron los cuartos ante el Neuchatel donde Juanito y Stielike revivieron sus antiguos desencuentros en el vestuario de Chamartín con un duelo frente a frente en busca de las semifinales.

El futbolista alemán había recalado en el conjunto suizo y la suerte caprichosa de los bombos quiso servir una dosis de ración de morbo a la historia. Ambos protagonizaron varios roces durante el partido que serían 'coronados' con un salivazo del malagueño a Stielike dejando definitivamente patente las diferencias que siempre existieron entre ambos jugadores. Juanito protagonizaba otro de sus enésimos capítulos como diablo, como jugador irascible e incontrolado capaz de lo peor. El Real vencía por un global de 3-2 a los helvéticos (3-0 y 0-2).      



En semifinales tocaba reeditar el partido de la anterior campaña. El Inter se había impuesto en la ida, por 3-1, y la vuelta parecía complicarse con la lesión de Sanchís.

El Madrid jugó con: Agustín; Chendo, Camacho, Maceda, Sanchís, (Salguero 13´), Gordillo,
(Juanito 111´), Butragueño, Michel, Hugo Sánchez, Gallego y Santillana.

En esta ocasión, los neroazzurri no cayeron en la trampa de los primeros minutos y supieron sostener las embestidas iniciales. Cuando los italianos se las prometían felices llegaba el psicológico tanto de Hugo Sánchez en el 44', desde los once metros y tras una discutible pena máxima sobre Míchel.

Gordillo adelantaba a los de Chamartín a los 63' y otorgaba momentáneamente el pasaporte a la final. Acto seguido era Brady el que anotaba para los interistas, de penalti y Hugo Sánchez, de nuevo, nivelaba la desventaja de la ida desde los once metros merced a una vertiginosa acción de Butragueño.

En la prórroga, Santillana permanecía fiel a su cita con el gol ante los interistas, su particular verdugo, anotando con un testarazo y más tarde culminando una contra que suponía la manita.


7. Copa de la UEFA (30 de abril de 1986), Real Madrid 5-1 Colonia (0-2)
 
La segunda final consecutiva de la UEFA se resolvió en Chamartín con otro inapelable 5-1 ante el Colonia. Un buen equipo en el que destacaban Schumacher, Pierre Littbarski y Klaus Alloffs como principales referentes. Los germanos se adelantaron en el marcador y después cayeron bajo el embrujo del "miedo escénico". Hugo Sánchez y Gordillo, en apenas cuatro minutos, recuperaban la ventaja para los blancos. En el segundo tiempo, un doblete de Valdano y otra postrimera diana de Santillana dejaban vía libre para el título.

El Colonia supo dar la réplica en la vuelta, en un semivacío Olímpico de Berlín, con un 2-0 que se quedaba corto y que daba el segundo título de la UEFA a los madridistas. Un bicampeonato que nadie ha alcanzado y un trofeo que no volvería a las vitrinas del Santiago Bernabéu.


El fin del miedo escénico
En muchas ocasiones ha recurrido el madridismo y el periodismo a invocar el 'espíritu de Juanito' y el ambiente de las grandes remontadas. Lo cierto es que el 'miedo escénico' ha desaparecido de Chamartín por un ambiente más sosegado y las grandes gestas han quedado en las hemerotecas y en la mente de los aficionados.

Durante las últimas décadas sólo el Estrella Roja, en cuartos de final de la Copa de Europa (1986-87) y el temido Bayern Múnich, 1988 y 2002, han sufrido una remontada que ni tenían la magia de estos partidos ochenteros ni la desventaja para convertirlas en gestas. Hazañas que todavía son recordadas cuando el Real Madrid sufre un revés en Europa y que forjaron parte de su leyenda en el continente.

sábado, 2 de marzo de 2013

Helloween y Gamma Ray, el metal alemán se hermana

Helloween, la mítica banda de Hamburgo ha regresado a España. Un grupo responsable de bautizar el estilo llamado power metal al ponerle unas notas más melódicas a una base de heavy metal y mezclarlo con influencias de la música clásica. Un icono del metal que ha vuelve a estar de gira de la mano de sus 'hermanos' Gamma Ray.

Breve historia de Helloween
El grupo de las calabazas siempre ha sido una de las referencias del rock desde su buena carta de presentación con un estreno bañado en 'speed metal', ‘Walls Of Jericho’(1985), que fue refrendado con el doble disco que pasó a ser una de las claves para entender la vertiente del rock más potente. Aquel álbum, el 'Keeper Of The Seven Keys' (1987-1988), presentado en dos partes por presiones de la casa discográfica fue la llave que abrió definitivamente la puerta del éxito a este quinteto teutón. Un disco inspirador, vivo, rápido, barroco y melódico que conjugaba unos acertadísimos temas pesados, pero rírmicos y acelerados, con medios tiempos y baladas siempre bajo un clima festivo y positivo. Un CD indispensable para cualquier melómano enamorado del metal y el rock.

De aquel mítico combo: Ingo Schwichtenberg era el batería (fallecido en 1995), Michael Kiske estaba en el micrófono con una privilegiada voz que se fue apagando dejando las cuerdas para un terna virtuosa como Michael Weikath, Markus Grosskopf (la dupla que permanece todavía en la formación actual) y Kai Hansen.
Helloween

Kai Hansen se lleva la alegría
Kai Hansen fue uno de los fundadores, junto a Michael Weikath, de Helloween. La misión de este hamburgués durante su estancia en la formación fue clave no sólo por su extraordinaria calidad como guitarrista y compositor sino también por un sentido de humor y una alegría que servía de equilibrio y apoyo en los malos momentos.

Su versatilidad le condujo a ser la primera voz de las calabazas antes de que valorara el hecho de prestar más atención a las seis cuerdas y ceder el papel a otro cantante, un rol que cayó sobre un chico de 19 años con grandes aptitudes y un futuro prometedor: Michael Kiske.

Con Kiske en el barco y con Hansen y Weikath en el timón, Helloween navegó por los mares del éxito merced al mencionado 'Keeper Of The Seven Keys', obra cumbre del metal que fue aplaudida por la crítica e idolatrada por el público. El final de la agotadora gira mundial anunciaba nuevas decisiones y temidas rupturas. Kiske y Weikath proponían suavizar y hacer más progresivo el estilo de los próximos discos, mientras Hansen ponía su mente en un nuevo proyecto al que llamaba Gamma Ray. Helloween no sólo perdía un gran músico, también perdían la sonrisa y la posibilidad de mantener un irrepetible quinteto de estrellas.

Helloween
Mítica alineación de Helloween. (Arriba, izquierda a derecha) Grosskopf, Weikath, Schwichtenberg. (Abajo) Kiske y Hansen.

Los rayos gamma de Hansen 
La carrera de Hansen con Gamma Ray, iniciada en 1990 con 'Heading For Tomorrow', cumplió las expectativas marcadas con grandes discos y excelentes temas que alargaban la leyenda del ex miembro de Helloween como instrumentalista, además de convertir al 'power metal' en un estilo consagrado con otro combo de referencia para esta etiqueta musical, al que le salían adeptos por todos los rincones del planeta: como los fineses Stratovarius o los italianos Rhapsody, los cuales añadían un tono más épico y operístico.

Las calabazas perdían fuerza
El giro que experimentaban Helloween con sus dos siguientes trabajos: 'Pink Bubbles Go Ape' (1991) y 'Chameleon' (1993), hizo perder fuelle y temer por la continuidad de la leyenda del 'power metal'. La inercia y el legado mantenían al grupo dentro de su 'status' de estrellas de rock pero necesitaban un cambio para recuperar el rumbo perdido y la velocidad malgastada.

Michael Kiske fue la víctima de estos experimentos siendo sustituido por Andi Deris. Con nuevo cantante y un prometedor disco, 'Master Of The Rings' (1994), se volvía a la senda de los éxitos y de la cordura. El peaje pagado había sido alto ya que la envidiable voz de tenor de Kiske era inigualable, si bien su rendimiento había caído en las últimas giras, y parte de los seguidores del grupo examinaban con dureza el nuevo estilo de Deris, cuyos registros vocales eran menores pero suplidos con buen hacer y gran profesionalidad.

Helloween en Madrid (2011)
Amagos de reunión
La carrera discográfica tanto de Helloween como de Gamma Ray siguieron su curso, como dos líneas que de vez en cuando se juntaban en el espacio sin llegar a tocarse. Dos líneas que sufrían subidas y bajadas, con éxito relativos y fracasos considerables.

Con el paso de los años el viejo sueño de los fans de juntar ambas formaciones comenzó a tomar forma dadas las colaboraciones esporádicas de Kiske con Hansen y que finalmente supusieron un paso más con la gira que arrancaba en 2007 y que tenía tanto a Helloween como a Gamma Ray compartiendo un mismo cartel.

El denominado Hellish Rock Tour fue todo un éxito y ahora en su segunda edición vuelven a España para disfrutar de nuevo en un mismo escenario de Hansen con Michael Weikath y Markus Grosskopf; Michael Kiske es el gran ausente de esta reunión, quien sigue su carrera en solitario con breves apariciones como artista invitado en los discos de Avantasia y en los proyectos de Gamma Ray.

Hellish Rock Tour II
La banda metalera Shadowside fueron los responsables de abrir fuego en Madrid. El grupo brasileño cumplió con su papel de telonero antes del empacho de metal germano que iba a recibir la sala La Riviera.

Las luces se apagaron para recibir a los Gamma Ray. Kai Hansen demostró estar en un envidiable momento artístico, todo lo contrario que su aspecto físico, para interpretar con ligereza diez temas de su formación, perfectamente ejecutados, con un repertorio que tuvo como primer tema el Anywhere In The Galaxy. donde aprovechó para presentar dos nuevas canciones y rescatar uno de los himnos fetiches de su etapa con Helloween, un Future World que supo a gloria.

Para cerrar eligió una de las piezas selectas de la formación: Send Me a Sign. La duda residía en si la eterna sonrisa de Hansen durante la noche delataba su felicidad o era un acto reflejo para corresponder los rostros de un público entregado que quería más.

Helloween, Gammaa Ray, ticket

Las luces blancas avisaban de la inminente llegada de Helloween quienes usaron sus casi dos horas de concierto para presentar el recién estrenado disco, 'Straight Out Of Hell' (2013), que todavía no ha calado plenamente en los seguidores pero que tiene ingredientes para conseguirlo, y es que dos meses no son suficientes para que un álbum sea familiar.

A diferencia de las últimas visitas, el material elegido para descargar fue moderno perteneciente a la nueva época, eso sí con pequeñas y agradecidas concesiones. Parecen sentirse cómodos en España y hasta Weikath fingió divertirse, un día puede que lo consiga de manera accidental, o realmente puede que lo hiciera, mientras Sascha Gerstner estaba pendiente de que todo sonara bien para dejar el lado afable y divertido a Markus Grosskopf y aun Andi Deris que se transforma en ésta, su segunda casa.

Helloween en Madrid 2013

La vida de Deris lleva un tiempo ligado al sol y al clima de las islas Canarias donde el cantante ha encontrado su particular paraíso de felicidad, circunstancia que demostró con sus bromas constantes y su implicación con el público español al que se dirige en un más que decente castellano, dada la dificultad de los germanos a aprender nuestro idioma.

Helloween administró sus energías, intercalando alguna balada con vertigionosos temas como Falling Higher o Power que añadían velocidad y un regreso al pasado que sería definitivo con el guiño a sus fans más veteranos al incluir un Dr. Stein, interpretado por un Deris al que su voz le volvía a dejar tirado pero compensado con sus irrepetibles gestos mímicos y circenses que interactúan y seducen incluso al espectador más aletargado.

La última sonrisa de la noche no estaba esbozada porque con el segundo bis llegó el júbilo, surgió lo inesperado, a la vez esperado y deseado, que no era otra cosa que Kai Hansen sumándose como guitarrista-cantante para tocar e interpretar un medley compuesto por tres antiguos éxitos de su cosecha: Halloween, How Many Tears y Heavy Metal Is The Law.

Helloween, la Riviera

Después de esta ración de power metal clásico germano llegaba el postre con una gran tarta de calabaza en forma de despedida. Había magia en el ambiente, tanta como la que había salido de la chistera de Deris. La felicidad exultante de Hansen y Deris era contagiosa aunque a esas alturas nadie en la sala necesitaba estímulos para llegar al éxtasis porque con el I Want Out, el público se vino abajo para rejuvenecer en cada nota y estar reviviendo aquellos momentos de la etapa estelar del Keeper, momentos perdidos y que muchos pensaban no volver a disfrutar. Anoche fue posible. Danke Schön.

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