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jueves, 16 de marzo de 2017

Volkov logró el triple más largo de la historia ante Sabonis

El desenlace en 1989 en el segundo partido de la liga soviética entre el Budivelnik Kiev y Zalgiris Kaunas no solo es parte de la historia del baloncesto soviético sino también del deporte universal, tanto por la importancia de los protagonistas que lo vivieron -Alexander Volkov, Rimas Kurtinaitis y Arvydas Sabonis-, como por el triple anotado sobre la bocina, el recordado como el más largo de toda la historia.

Zalgiris - Budivelnik, segundo partido de la Liga soviética 1988-89

El Zalgiris había tomado en 1984 el relevo al CSKA Moscú como el gran dominador de la liga soviética. Los moscovitas habían sumado 15 títulos casi consecutivos, desde 1969 a 1985, con el leve paréntesis del Spartak Leningrado en 1975. La presencia de Sabonis en Kaunas a partir de 1981 se tradujo en tres campeonatos y dos subcampeonatos, en un duelo a tres bandas junto a CSKA y Budivelnik Kiev, quienes pese a haber contado al imponente ruso Tkachenko, hasta 1982, y al prometedor Volkov, desde 1981, siempre se quedaban con la plata como mayor botín.

Budivelnik - Zalgiris, la final a tres partidos
El play-off por el título del curso 1988-89 medía en una inédita final a Zalgiris y Budivelnik, dos clubes acostumbrados a vivir bajo la sombra del CSKA moscovita, siendo el Zalgiris los favoritos por las tres ligas sumadas entre 1985 y 1987, y por contar con algunos de los pilares de la potente selección de la U.R.S.S., como los lituanos Kurtinaitis y Sabonis.

Budivelnik, que también contaba con dos grandes estrellas como los ucranianos Volkov y Belostenny, quien más tarde fue el primer jugador soviético en participar en la ACB española, sorprendió en el encuentro de Kiev, llevándose los ucranianos el primer partido de la serie con un ajustado 97-94.

El campeonato se podía decidir en Kaunas en el segundo partido previsto para el 25 de abril de 1989 o vivir un tercer episodio. Tan igualado iba el encuentro que Zalgiris, que ejercía de local y contaba con la ausencia de Sabonis por lesión pero con su presencia en la grada, empató a falta de pocos segundos con un lanzamiento de tres puntos de Kaprikas.

La última posesión correspondía a Budivelnik, Volkov tomó la responsabilidad y con los segundos agotándose se levantó desde el exterior, a una distancia mayor de 10 metros y en posición frontal, e introdujo el balón limpiamente en la cesta rival. Los colegiados no dieron validez a la canasta por considerarlo fuera de tiempo y el partido prosiguió con una prórroga, siendo Kurtinaitis el encargado de aumentar la renta para los suyos en el tiempo extra y conducir a los de Kaunas a un 98-93 que nivelaba la eliminatoria.



El tercer partido debía disputarse pocas horas después, justo al día siguiente, con el oro en juego para el ganador, pero la Federación decidió, tras revisar la legalidad del triple que había anotado Volkov, otorgar el campeonato al Budivelnik Kiev, primero en su historia y que llegó de la mano de un triple lejanísimo de Volkov y muy largo, no en distancia sino en tiempo, ya que duró un día en ser considerado canasta.

miércoles, 25 de mayo de 2016

Radivoj Korać, el anotador inmortalizado en un trofeo

La historia del baloncesto europeo está repleta de nombres que han engrandecido el deporte. Uno de ellos fue el yugoslavo Radivoj Korać. Una estrella no solo capaz de hacer brillar a su equipo y selección, sino de dejar un registro casi inalcanzable, lo que le valió ser reconocido por toda la comunidad internacional del deporte de la canasta de forma póstuma. 

Radivoj Korać, basket, Jugoslavija, Yugoslavia, OKK Beograd,

Si hiciésemos una encuesta popular con los diez jugadores más determinantes en el viejo continente, aparecerían figuras de la talla de Pau Gasol, Drazen Petrovic, Dirk Nowitzki, Arvydas Sabonis, Tony Parker, Vlade Divac, Juan Carlos Navarro, Dijo Radja, Dimitrios Diamantidis, Dejan Bodiroga, Fernando Martín, Epi, Rimas Kurtinaitis, Aleksandar Djordjevic, Predrag Danilović, Drazen Dapipagic, Milos Teodosic, Dino Meneghin, Detlef Schrempf, Antonello Riva, Nikos Galis, Zarko Paspalj, Felipe Reyes, Stojan Vrankovic, Panagiotis Giannakis... Nadie o muy pocos mencionarían a Radivoj Korać.

Radivoj Korac, el saltador que hizo al OKK ser el tercer equipo del país
OKK Belgrado, Yugoslavia, Yugoslavija,Korac nació en 1938 en Sombor, actual Serbia y por aquel entonces parte del Reino de Yugoslavia. La vida de Korac siempre estuvo vinculada al deporte, aunque no al de la canasta, destacando como atleta especializado en el salto de altura. Fue el entrenador Borislav Stanković, posteriormente dirigente de la FIBA, el que se convertiría en su descubridor para el basket.

El gran rendimiento deportivo de Korac le llevó pronto, desde 1955, a formar parte de la primera plantilla del OKK Belgrado, siendo un elemento clave de la edad de oro vivida por la entidad belgradense.

No en vano, seis de los siete títulos conseguidos en toda su vida deportiva por el OKK -4 Ligas y 3 Copas-, llegaron en alguna de las doce temporadas en las que Korac estuvo en sus filas (1955-67).

El OKK se había convertido, de este modo, en una alternativa más al título yugoslavo, tradicionalmente en manos del Estrella Roja de Belgrado o del Olimpija Ljubljana.

Radivoj Korac, el rubio que lanzaba a cuchara y machacaba el aro
A pesar de su llegada tardía y casual al baloncesto, los movimientos de Korac como ala-pivot eran gráciles y tremendamente estéticos. Solo el lanzamiento de tiro libre a cuchara, un estilo compartido en esta época por otros jugadores, deslucía la técnica depurada de este colosal anotador zurdo que incluso terminaba algunas jugadas machacando el aro, recurso inusual en aquel entonces en las canchas europeas.




Korac es sinónimo de plata
El éxito de las naciones balcánicas en el baloncesto no fue siempre constante. De hecho, la gran explosión internacional de Yugoslavia en el podio de las grandes citas internacionales coincidió también con la presencia de Korac en el plantel yugoslavo.

México 1968, JJ.00., Juegos Olímpicos, Olimpiadas,

La plata del europeo celebrado en casa en Belgrado, en 1961, sirvió de escopetazo inicial para estrenar el medallero yugoslavo en el baloncesto. Un deporte que no dejaría de dar alegrías a los 'plavi' y a Korac, quienes parecían abonados a ocupar el amargo segundo escalón del cajón del podio. Una barrera que empezaría a romperse a partir de 1970 con el oro logrado en el Mundial.

Palmarés de Korac con Yugoslavia
                                                    MetalTorneoSedeAño
                                                  PlataEurobasketBelgrado1961
                                                  PlataMundialBrasil1963
                                                  BronceEurobasketPolonia1963
                                                     PlataEurobasketMoscú1965
                                                     PlataMundialUruguay1967
                                                   PlataJJ.OO.México1968


Korac, el devorador de registros
La misma facilidad que tenía Korac para devorar libros y dejarse llevar por la música, la tenía por pulverizar registros y engordar los guarismos de su equipo y selección.

A nivel colectivo sumó siete títulos -seis con el OKK de Belgrado y uno con el Standard de Lieja-, mientras que en el plano individual se erigió como máximo anotador en cuatro de los campeonatos internacionales en los que participó (3 europeos y Juegos Olímpicos), y de ocho a nivel nacional.

Dejó el abrumador dato de 157 internacionalidades con Yugoslavia y 3.153 puntos. Es decir, más de 20 puntos de media por partido en toda su carrera. Una cifra que se disparó en un recordado partido de la Copa de Europa.

Korac roza el récord de Chamberlain
El máximo torneo continental de la edición 1964-65 disfrutó de la mayor anotación individual realizada en toda la historia del baloncesto europeo, justo un par de años después del récord de Chamberlain.
Wilt Chamberlain, 100, Philadelphia Warriors, récord.
El norteamericano Wilt Chamberlain logró el 2 de marzo de 1962 100 puntos en la victoria de su equipo, los Philadelphia Warriors, contra los New York Knicks (169-147).  

Chamberlain jugó los 48 minutos y cuatro cuartos para firmar un centenar de puntos. Récord absoluto de la NBA. Resaltando que en esa época no existía línea de tres puntos.

La marca de Chamberlain estuvo cerca de ser superada por Korac el 14 de enero de 1965 cuando el alero yugoslavo se quedó en los 99 puntos, 65 de ellos en la segunda parte, la cual constaba de 20 minutos, no todos disputados por Korac, en el duelo de octavos de final de la Copa de Europa entre el OKK Belgrado y el Alvik de Suecia, edición en la que los belgradenses cayeron en semifinales ante el Real Madrid.

Para magnificar aún más la hazaña, tampoco había tiros triples en aquella campaña en el viejo continente, no se implantó hasta la década de los 80, ni constancia en el plantel del OKK de lo cerca que anduvo Korac del mítico registro de Chamberlain, ya que además descansó algunos minutos en el banquillo. Y eso que falló tres tiros libres. Una suerte en la que era todo un seguro.

El show de Korac en la TV belga
El histórico partido en el que Korac anotó 99 puntos, 11 de ellos llegaron solo a través de los tiros libres con su particular estilo de 'cuchara'. El jugador yugoslavo dispuso de 14 lanzamientos desde la línea de personal en aquel encuentro, lo que supone un 78% de acierto.

Unos años después, en la temporada 1967-68, Korac se encontraba en una nueva aventura defendiendo los colores de Lieja y participó en un programa de la televisión belga donde se le propuso lanzar tiros libres para medir su eficacia anotadora. Poco antes de arrancar la serie se le preguntó cuál sería el resultado, humildemente contestó "que estaría sobre el 70%". Korac acertó el centenar de lanzamientos que intentó, uno tras otro, dejando asombrado al público.


Prematuro fallecimiento
Radivoj Korać murió en un accidente de circulación en los alrededores de Sarajevo el 2 de junio de 1969, apenas cumplidos los 30 años de edad. Tal fue la conmoción que la federación yugoslava de baloncesto decidió no celebrar nunca ningún encuentro en esa fatídica fecha.

Federación yugoslava de balonesto, Yugoslavia, Jugoslavija,
Homenajes póstumos
Trofeo Copa Korac, baloncesto, basket,
Trofeo Copa Korac
A imagen y semejanza de la Copa de la UEFA de fútbol, la Federación Internacional de Baloncesto en Europa creó en 1971 un tercer torneo continental que lo disputaban los equipos que no fueran campeones ni de la Liga ni de la Copa de sus respectivos países y hubieran quedado clasificados entre los primeros puestos de sus torneos nacionales.

El trofeo fue bautizado como Copa Korac y en su primera edición se invitó a ocho equipos a participar, entre ellos su querido OKK Belgrado, quien perdió en la final de 1972 ante la Cibona de Zagreb, club que posteriormente serviría de escaparate para otra leyenda del basket balcánico fallecido también en otro desgraciado accidente de tráfico: Drazen Petrovic.


La Copa Korac se disputó durante tres décadas, hasta 2002. El último vencedor fue el cuadro francés del Nancy, antes de que la Korac fuera renombrada a Copa ULEB. La razón de este cambio no era otra que el divorcio vivido en aquellos años en el basket europeo entre algunos clubes y la FIBA, que conllevó a incluso a que existieran varios torneos de Copa de Europa a la vez.


Coincidiendo con este cambio de nombre del torneo, que amenazaba con olvidar el apellido del jugador, la Federación de baloncesto de Serbia y Montenegro retomó en 2002 el espíritu de honrar la figura de Korac y bautizó su segundo campeonato nacional como Copa Korac. Un homenaje póstumo para no olvidar a uno de los mejores anotadores del baloncesto europeo.

sábado, 30 de enero de 2016

La autocanasta de Pedro Ferrándiz con el Real Madrid

El objetivo del baloncesto es conseguir sumar más puntos en la canasta de tu rival al final del partido. ¿Y qué ocurre si el balón entra en tu propio aro? El 18 de enero de 1962 el entrenador Pedro Ferrándiz ordenó a Lorenzo Alocén que realizara una autocanasta. Una estrategia que dio resultado al Real Madrid y que obligó a cambiar esa regla para que nadie lograra sacar ventaja de ello.

Un palmarés envidiable
Pedro Ferrándiz es uno de los más laureados entrenadores del baloncesto español. Llevó al Real Madrid desde los banquillos a conquistar cuatro Copas de Europa, once Copas de España y diez Ligas. Un dilatado palmarés cosechado en apenas quince años, desde 1960 a 1975.

Pedro Ferrándiz, Real Madrid, baloncesto,
Pedro Ferrándiz, en el 'Hall Of Fame'. Foto propiedad de Sabilla27 -usuario de Wikimedia-
La importancia de su carrera deportiva ha hecho que sea, junto a Antonio Díaz Miguel, los únicos entrenadores españoles incluidos en el salón de la fama del baloncesto situado en Estados Unidos.

Además de los numerosos homenajes y premios personales recibidos, el nombre de Ferrándiz estará para siempre vinculado a su ciudad, Alicante, donde el pabellón de deportes lleva su nombre al igual que en la localidad de Alcobendas y, especialmente, es recordado por una genialidad, una ocurrencia que define su habilidad con la pizarra.

La Copa de Europa de la temporada 1961-62 
Pedro Ferrándiz entraba en la década de los años sesenta con el respaldo de los primeros títulos y la confianza de la plantilla merengue. Aquel innovador técnico, que apenas había entrado en la treintena, afrontaba el reto de arrebatar la corona europea a los equipos soviéticos, quienes eran los grandes dominadores de la época en la recién creada Copa de Europa de baloncesto.


El duelo ante el Ignis Varese de octavos de final
El equipo blanco tenía el difícil compromiso ante el Ignis Varese, vigente campeón de Italia, en la segunda ronda del torneo, en los octavos de final. Un campeonato en el que no existían los cabezas de serie y donde las eliminatorias eran resueltas, a imagen y semejanza del fútbol, por partidos de ida y vuelta.

El Real Madrid afrontaba ante el Ignis un encuentro que se empezó a torcer tras el descanso, el cual había terminado con ventaja madridista de ocho puntos. Los contratiempos en el segundo tiempo, en aquella época eran dos partes de 20 minutos, jugaban en contra de los blancos. Hightower estaba lesionado, el otro estadounidense, Morrison, eliminado, al igual que Carlos Sevillano y el resto de principales jugadores, como Emiliano, estaban en el banco cargado de personales, mientras el marcador se estrechaba anunciando una temida prórroga para el Real Madrid.

Ignis Varese, balonesto,

El Ignis había rechazado cambiar de cancha, a la cercana Milán -a menos de 60 kilómetros-, para disputar este encuentro en el pequeño y asfixiante pabellón de Varese, donde la presión del público, unas 2.000 personas, era más patente.

A falta de dos segundos, y con un Madrid diezmando, el Ignis empataba el encuentro a 80 puntos. El Madrid sacaba de línea de fondo con la imposible misión de cruzar todo el campo y anotar o esperar a vivir una complicada prórroga que colocara una brecha insalvable para el encuentro de vuelta. Y es aquí cuando surgió la pizarra de Ferrándiz, pidiendo un tiempo muerto y sacando al base maño Lorenzo Alocén con unas precisas instrucciones para lograr una canasta que salvara al equipo.


Estas fueran las órdenes de Ferrándiz, reproducidas años después en una entrevista ofrecida al periodista Iñako Díaz-Guerra, del diario As.

"Lo teníamos previsto y habíamos estudiado la jugada antes del partido. Jugábamos en Varese en octavos de la Copa de Europa, era el partido de ida y quedaba la vuelta en Madrid. En el primer tiempo ganábamos 36-44, pero la cosa se puso fea. Hightower estaba lesionado y Emiliano en el banco. A falta de dos segundos metieron la canasta del empate a 80 y eliminaron por faltas a Morrison. Estábamos en inferioridad clara y la prórroga no nos convenía. Pedí tiempo muerto y saqué a Alocén".

Así lo narraba el propio Alocén:

"Me dijo: 'Lorenzo, ya sabes lo que tienes que hacer'. Sacábamos de debajo de nuestra canasta y me la pasó Lluís. Emiliano estaba esperando para palmear si la fallaba, pero la metí limpia y fingí celebrarlo. La afición italiana empezó a gritar alborozada '¡Lorenzini, Lorenzini!".


El partido terminaba con 82-80 a favor de los italianos. Una renta corta para lo que presumiblemente habrían conseguido los italianos en una tiempo extra que el Real Madrid afrontaba con muchas bajas.

"Nosotros le agarramos como si se hubiera vuelto loco para que los árbitros no pitaran técnica y anularan la canasta. Pero un jugador del Varese, Toth, empezó a recriminarnos. El público se dio cuenta y empezó a tirarnos de todo"

El Real Madrid lograba en el Frontón de Vista Alegre de la capital, pocos días después, remontar los escasos dos puntos de desventaja de la ida con un contundente 82-63 que permitía a los blancos seguir en la competición, en una edición donde alcanzaron la final, cayendo ante el Dinamo Tbilisi. Un anticipo de los cuatro títulos europeos que llegarían más tarde con Ferrándiz dirigiendo a un equipo donde sobresalía otro futuro estratega -Lolo Sáinz-, perfectamente escoltado por Julio Descartín y los citados Emiliano Rodríguez y Carlos Sevillano.

Copa de Europa balonesto,

La autocanasta provocó cambios en las reglas
La FIBA decidió modificar la norma meses más tarde para evitar otro caso como el de la autocanasta ideada por Ferrándiz en el Real Madrid. El castigo, en caso de que algún club lo volviera a intentar, era de 1.000$ y la expulsión del torneo por dos años.

Aunque se puede perdonar si la acción no es intencionada, como ocurrió en el reciente despropósito del Eslovaquia contra México del campeonato de baloncesto femenino sub-17 -ver vídeo- donde una serie de errores en cadena, tanto de jugadores como árbitros, dieron por buena una autocanasta.

Así quedó la regla del baloncesto desde entonces:

16.2.2 Si un jugador convierte accidentalmente un lanzamiento en su propia canasta, la canasta valdrá dos (2) puntos y se anotará como si hubiesen sido logrados por el capitán en el terreno de juego del equipo contrario.

16.2.3 Si un jugador convierte intencionadamente un lanzamiento en su propia canasta, es una violación y la canasta no es válida.

Esta estratagema ideada por Ferrándiz sirvió para encarrilar una eliminatoria perdida y hacerse un hueco en la historia de un deporte en el que siempre dejó huella.

jueves, 21 de agosto de 2014

Los apodos de la Conferencia Oeste, división Pacífico

La tercera de las divisiones de las que se compone la conferencia Oeste, de la liga profesional de baloncesto norteamericana (NBA), está formada por cinco equipos pertenecientes a las ciudades de: Oakland, Los Angeles, Phoenix y Sacramento.

Se dan dos circunstancias distintas en la división Pacífico respecto al resto de la competición:
  • por un lado nos encontramos con la única ciudad, Los Angeles, con dos equipos: Clippers y Lakers.
  • De todas las franquicias de la NBA, Golden State Warriors es la única que no lleva el nombre ni del estado ni de la ciudad que lo representa. Un hecho inaudito.  

Golden State Warrriors
La 'fiebre del oro' fue un movimiento migratorio de trabajadores que se vivió en California en el siglo XIX. Personas procedentes de todos los puntos del país se lanzaron al 'estado dorado' en busca de pepitas y del preciado botín.

El deporte californiano no fue ajeno a esta fiebre del oro, bautizando a su célebre equipo de la NFL como los San Francisco 49ers, con el año en el que se inició el desplazamiento (1849) y al conjunto de Oakland como los 'Golden State', sobrenombre del estado.

Precisamente, los Warriors comenzaron su andadura en Filadelfia, de donde tomaron el apodo de guerreros, posteriormente se trasladaron a San Francisco (1962-1971) antes de que la franquicia aterrizara finalmente en Oakland, donde se le añadió la coletilla del estado dorado. En los últimos años se está planteando un regreso de la entidad a San Francisco.

Colores: Oakland es la tierra del roble y del oro. En la bandera consistorial aparece el árbol sobre fondo dorado. El mismo color que utiliza el equipo. Otro de los tonos habituales es el azul, habitual en casi todos los equipos norteamericanos.

Logotipo: Ha evolucionado, desde la utilización del mapa del estado de California y la situación de Oakland, pasando por la imagen del puente hasta caricaturizar tipo cómic tanto el alias como la figura que lo acompaña.

A día de hoy, y con el regreso del gusto por lo antiguo, el emblema tiene cierto aire 'vintage' con el puente de la bahía (Bay Bridge) imperando. El mismo puente que une Oakland de San Francisco. Dos ciudades rivales que precisamente pugnan por hacerse dueñas de esta franquicia.

Golden Street Warriors

Campeonatos: 3
La institución posee una la larga trayectoria -fue fundada en 1946- en la que ha sumado 3 títulos, dos de ellos cuando estaba asentado en Filadelfia; el tercero, perteneciente a la etapa en Oakland, el cual data de 1975.


Los Angeles Clippers
Los Clippers son otro ejemplo de franquicia itinerante que no acaba de encariñarse con ninguno de sus destinos. Arrancó en Buffalo en 1970 donde tomó el sobrenombre de los Braves (valientes) para ser los Clippers a su llegada a San Diego en 1978.

Su siguiente etapa no le llevó muchos muchos kilómetros, ni siquiera se cambió de estado. La tranquilidad de San Diego fue cambiada por el ajetreo de Los Angeles. A pesar de la mudanza, los Clippers mantuvieron el nombre, referido a un rápido velero del s.XIX que se convirtió en la última esperanza para doblegar a los barcos movidos a motor.

La embarcación Cutty Shark, famosa por ser la imagen del whisky con el mismo nombre, fue uno de los últimos clippers.
La historia de los Clippers ha sido la versión baloncestística del 'patito feo'. Durante años ha estado a la sombra del otro equipo de la ciudad: Los Lakers, con mejor palmarés y una nutrida selección de grandes jugadores que avanzaban en las eliminatorias por el título y coleccionaban anillos.

La tendencia está cambiando es este lustro con las recientes victorias de los Clippers en los emparejamientos particulares y se especular con originar en breve a una gran rivalidad entre ambos, aunque nunca al nivel como se viven los derbis en el baloncesto europeo, a pesar de compartir el pabellón -Staples Center-.

Campeonatos: 0

Colores: Azul, blanco y rojo. Tonos heredados desde Buffalo y respetados en la etapa californiana en San Diego.

Los Angeles Clippers

El Staples Center pabellón donde juegan numerosas franquicias del deporte angelino, tanto L.A. Clippers y los L.A. Lakers -ambos pertenecientes a la NBA- como los Kings -dentro de la NHL- o los Sparks, dentro del basket femenino.

Logotipo: Criticado por algunos sectores debido a su parecido con el de los Lakers


Los Angeles Lakers
Se trata de una de las instituciones con más renombre en el baloncesto mundial. Los éxitos cosechados y la relevancia de muchos de los jugadores que han conformado su plantilla -Wilt Chamberlain, Magic Johnson, Kareem Abdul-Jabbar, Shaquille O'Neal, James Worthy, Jerry West, Kobe Bryant...- han provocado un gran número de fans a lo largo del planeta.

Además del gran magnetismo de los Lakers como equipo y del glamour que siempre ha desprendido el conjunto -empezando por su equipación y siguiendo por su hollywoodiense hinchada- están sus legendarios duelos contra Detroit Pistons, Chicago Bulls y Boston Celtics, en el enfrentamiento clave entre los dos grandes abanderados del basket profesional estadounidense.

Los Angeles Lakers, logo

El germen de la franquicia se remonta primero a los Detroit Gems, dentro de la NBL -competición fundada por importantes empresas y que supuso el espaldarazo final a la NBA- y más tarde a los Minneapolis Lakers (1947), paso del que tomó su consabido apodo, ya que Minnesota posee el sobrenombre del estado de los 10.000 lagos. Hubo que esperar a 1960 para que los Lakers definitivamente se establecieran en Los Angeles.

Colores: Oro y púrpura, desde 1967. Mismos tonos que los Kings de hockey hielo, colores siempre vinculados a la monarquía.

Durante un tiempo los Lakers fue la única franquicia que disputaba sus partidos de casa sin el habitual blanco inmaculado que el resto de equipos portaban en su propia cancha. El amarillo, dorado en realidad, se consideraba válido como uniforme local puesto que no confundía a los espectadores que siguieran el partido por las televisiones y que percibían la señal en blanco y negro.

El blanco, es también utilizado en las últimas temporadas pero como tercera indumentaria y con carácter de homenaje, concretamente a la figura del speaker Chick Hearn, siempre y cuando los Lakers disputen el partido en el Staples Center y que coincida en domingo.

Logotipo: Casi invariable e icónico, como el de sus máximos rivales: los Celtics.

Campeonatos: 16
Segunda franquicia con mejor palmarés, sólo por detrás de los 17 entorchados de los Boston Celtics.

Celtics vs Lakers

Sacramento Kings
La cuarta entidad de California lleva un tiempo viviendo en el alambre, más cerca de su desaparición que de labrar un prestigio en la NBA.

La capital del estado de California ha sido la última etapa en la larga historia de los Kings. Atrás quedaron Rochester (Nueva York), donde permanecieron tres décadas bajo el apodo de los Seagramas y posteriormente Royals, debido al patrocinio del whisky del mismo nombre.

Los Kings sufrieron el primer traslado a Cincinnati, Ohio en 1957 y otra posterior mudanza a Kansas City, en 1972. Fue aquí, en Misuri, donde se bautizó de manera forzosa como los Kings, con un significado similar al anterior, ya que el equipo de beisbol de la ciudad ya se llamaba Royals.

En 1985, los Kings se movilizaban otra vez desde Kansas City a Sacramento, con la amenaza constante de dejar California y realizar otro éxodo. Todo ello, a pesar de contar con una de las hinchadas más bulliciosas y de mayor apoyo del torneo.


Colores: Pasó del rojo y azul al púrpura y gris, desde 1994. Entre las razones para escoger el púrpura hay muchas. Morado es el tono habitual de la realeza y era el color con el que se presentaba el estuche de lujo del whisky Royal. Por otro lado, la propia ciudad de Sacramento tiene el morado reinando en la mayor parte de la bandera consistorial.


Campeonatos: 1 
El título fue en la época de Baltimore Royals.

Logotipo: También evolucionó en 1994. Del simple símbolo compuesto por un balón que tenía dientes de sierra en su parte superior, y que asemejaba a una corona, al modernizado emblema a base de corona, balón y un par de lanzas cruzadas.

Phoenix Suns
Phoenix es la capital de Arizona. Estado situado al sur del país y que pasa por ser uno de los más deshabitados y calurosos. Sólo la parte norte de Arizona se libra de las altas temperaturas reinantes en el resto del territorio y que llevó a los españoles a bautizarlo como árido.

El paraje desértico y la situación de Phoenix dentro del "valle del sol" fueron motivos suficientes para que el equipo escogiera el sobrenombre de 'Suns'.

Colores: Púrpura, naranja y negro. Los dos primeros han convivido siempre con la franquicia. El morado viene del emblema de la ciudad y el naranja bien podría ser por el tono de la tierra -donde destaca el cañón del Colorado-, el rojo y amarillo de la bandera del estado o el propio color que ofrece el sol.


Campeonatos: 0 

La mascota del equipo, 'Gorilla Suns', es una de las más importantes de la NBA. Lleva desde 1980 entreteniendo con su espectáculo.


El origen del gorila fue fruto de la casualidad. Justo en el momento en el que los dirigentes de los Suns buscaban una mascota que actuara ante el público apareció un mensajero vestido de primate al estadio, durante un partido de baloncesto. Aquella casualidad fue el inicio de otro de los símbolos del cuadro de Phoenix.

Logotipo: Ha permanecido la misma idea con leves cambios -un balón envuelto en llamas y brillando- y alguna modificación en los colores.

jueves, 24 de abril de 2014

El año que el baloncesto coronó a dos reyes en Europa

La Copa de Europa de cualquier deporte busca un vencedor que se corone como rey, aunque es cierto que existe un segundo, e incluso un tercer, torneo continental en muchas de las disciplinas de equipo, siempre hay un único triunfador: es el campeón de los campeones. Dicha circunstancia no ocurrió en el torneo de baloncesto 2000-01. Un hecho inusual que se fraguó a través de un divorcio institucional.

La lucha por el poder se dirime bajo el tablero
La Unión de Ligas Europeas de Baloncesto (ULEB) fue fundada en 1991, con sede en Barcelona, por los miembros de las ligas domésticas de España, Italia y Francia para después extenderse a otro país de gran tradición como Grecia y más tarde a casi todo el viejo continente.

Esta institución tuvo en el verano de 2000 un conflicto con la FIBA -organismo internacional radicado en Suiza y que regula tantos las reglas del baloncesto como sus campeonatos-. La razón del desencuentro se debía al control del poder, al interés de la ULEB de tener la gestión total, tanto en el plano deportivo como en el económico de los ingresos surgidos del campeonato.




El final del monopolio de la FIBA
El baloncesto, a imagen y semejanza del fútbol, había creado desde la temporada 1957-58 un campeonato de campeones a nivel europeo, dos años más tarde que el fútbol, el cual sirvió de referencia.

La Copa de Europa de baloncesto se había disputado siempre bajo el abrigo de la FIBA, una tela cara que con el tiempo había revalorizado su precio merced a los ingresos por televisión y el merchandising, un artículo de lujo al que le salían muchos mirones y otro comprador -la ULEB-, cuyos representantes se cansaban de ser partícipes, generar ingresos y apenas ser recompensados.

Los clubes más potentes de las Ligas griega, española e italiana, asociados en la ULEB, a cuyo frente estaba el presidente de la ACB, Eduardo Portela, mostraron su malestar cuando la FIBA presentó en sociedad la Suproliga, que además del cambio de nombre, presentaba otra novedad al centralizar los derechos comerciales en el organismo con sede en Suiza.

Dos caminos distintos para una misma meta
La guerra se había iniciado. Lo que parecía una simple rabieta se convertía en un cisma en el verano del año 2000, un peligroso precedente para otros deportes, en especial el fútbol, que tomaba nota de la rebelión llevada a cabo por la ULEB al crear su propio campeonato al margen de la FIBA.

La FIBA en un último intento de dominar la situación suspendió a la ULEB como organismo reconocido. Un castigo que ni alivió el daño ni mitigó las ansias de emancipación de los clubes sublevados, encabezados por los equipos españoles, sobre cuya Federación se ponía el punto de mira aunque no se tomaban medidas disciplinarias contra ella. En cambio, el ultimátum fue claro sobre los árbitros, amenazados de ser inhabilitados si aceptaban dirigir algún encuentro. 

Ambas instituciones ponían en liza sus respectivos campeonatos:
  • La Suproliga, gestionada por la FIBA y que sustituía a la vieja Copa de Europa que había subsistido desde 1957.
  • La Euroliga, organizada por la ULEB.


Todos los clubes españoles eligieron a la rebelde Euroliga en lugar de la oficialista Suproleague -o Suproliga -, que fue adoptada mayoritariamente por instituciones con menor historia, salvo algunas excepciones. La ACB (Asociación de Clubes de Baloncesto de España) se convertía en el motor del cambio del deporte de la canasta en el viejo continente.

Suproliga o Suproleague (FIBA)

Panathinaikos e Iraklis (GRE)

Montepaschi Siena y Scavolini Pesaro (ITA)

Maccabi Raanana  y Maccabi tel Aviv (ISR)

Alba Berlín  y Bayer Leverkusen (ALE)

 Pau-Orthez  y ASVEL (FRA)

Ülkerspor y Efes Pilsen (TUR)
CSKA Moscú (RUS)
Lietuvos Rytas (LIT)

Croatia Split (KK Split) (CRO)
Partizan (SER)
Krka (ESL)

Slask Wroclaw (POL)
Ostende (BEL)
Plannja (SUE)

Estos 20 equipos, algunos de los cuales recibieron una compensación económica por aceptar -como CSKA- mientras otros tuvieron que asentir ante las intimidaciones recibidas -caso de ASVEL-, fueron organizados en dos grupos de 10 conjuntos que abrían paso a una fase de eliminatorias que arrancaba desde los octavos de final -denominados top-16- al mejor de tres encuentros y unos cuartos de final marcados por el mismo patrón .

La Final Four disputada en Francia, Paris-Bercy, se jugó entre cuatro clubes de distintas nacionalidades con triunfo de Maccabi Tel Aviv ante Panathinaikos, reeditando la final anterior y vengando la derrota del curso 1999-2000. Efes Pilsen ocupó el tercer cajón por delante del CSKA Moscú. 

Suprolegue final, Maccabi vs Panathinaikos

El torneo tutelado por la FIBA había tenido contratiempos de organización debido a la escasa repercusión de su llamada. Un problema solucionado en el último momento con la incursión 'a dedo' de otras instituciones para completar los 20 equipos y una futura promesa de recompensar a Turquía y Grecia con nuevas plazas.

La ULEB careció de esa dificultad. La 'comercial' Euroliga marchaba viento en popa merced a la publicidad, el apoyo financiero -con Telefónica a la cabeza- y los ingresos garantizados, además de contar con 24 equipos y un póker de instituciones españolas liderando esta escisión que circulaba en paralelo al de la FIBA y la rebasaba en resultado.

Euroliga o Euroleague (ULEB)

PAF Bolonia, Kinder Bolonia, Benetton Treviso y Müller Verona (ITA)

Estudiantes, TAU-Baskonia, Real Madrid y Barcelona (ESP)

Peristeri Atenas, AEK Atenas, Olympiacos y PAOK Salónica (GRE)

KK Zadar y Cibona Zagreb (CRO)
Zalgiris Kaunas (LIT)

Lugano Snakes (SUI)

Pogdorica (SER)

London Towers (GBR)

Opel Skyliners (ALE)

Sanit Petersburg Lions (RUS)
Charleroi (BEL)

Olimpia Ljubljana (ESL)

Hapoel Jerusalén (ISR)

Ovarense (POR)


La Euroliga 200-01 arrancó con cuatro grupos de seis equipos del que surgían 16 clasificados con los que disputar los octavos de final, al mejor de tres encuentros, para dar paso a los cuartos, en un sistema similar al ideado por la FIBA. Las diferencias se apreciaban en semifinales. La ULEB no utilizó la Final Four y en su lugar confeccionó una ronda de 'play-offs' de cinco partidos que enfrentó a los dos equipos más grandes de Bolonia -es decir, Kinder contra PAF-, o mejor dicho Virtus contra Fortitudo y a AEK de Atenas contra TAU en la otra parte del cuadro, ambas eliminatorias fueron resueltas con un contundente 3-0 por parte de la Kinder y TAU Baskonia.

La emocionante final necesitó de un quinto partido, celebrado en Bolonia, para decidir al vencedor del campeonato más rebelde jugado nunca en Europa. La Virtus Bolonia se hacía con el entorchado de campeón del torneo manejado por la ULEB compartiendo en esa temporada el trono con el Maccabi Tel-Aviv, titular para la FIBA del galardón. Dos reyes para un mismo trono.




Un divorcio de un año de duración
La imagen de desunión ofrecida por el basket junto a la confusión generada con los dos torneos celebrándose al unísono tenía que terminar de un modo u otro. La falta de acuerdo entre FIBA y ULEB por reunificar sus campeonatos concluyó con la renuncia del máximo organismo internacional a gestionarla, propiciado por el fracaso comercial de la Suproliga. La ULEB había ganado el pulso en esta confusa batalla para el espectador.

Borislav Stankovic y Jordi Bertomeu, secretarios generales de los respectivos organismos, lograron acercar posturas mezclando ideas, por un lado se mantenía la 'Final Four' y por otro se hacía más concesiones a los clubes, sobre todo en el plano económico, a la par que se ampliaba el cupo de 24 a 32 equipos para la campaña 2001-02. Todo ello bajo el paraguas de la FIBA, al que se le dejaba el papel de garante del juego.

El nacimiento de la nueva Euroliga iba a necesitar de una reestructuración del resto de torneos en liza. La Copa Saporta -que hacía las veces de Recopa- y la Copa Korac retomaban su rumbo bajo el nombre único de Copa ULEB, como segundo campeonato continental.

Euroliga logo

La posterior firma, en noviembre de 2004,  entre ULEB y FIBA servía para confirmar y considerar a la Euroliga como único máximo campeonato europeo, enterrando cualquier intento de recuperar la Suproliga, dejando la campaña 2000-01 como uno de los episodios más absurdos del baloncesto europeo.

viernes, 17 de enero de 2014

Maljkovic y Obradovic reparten Copas por Europa en los 90

La década de los 90 supuso el final del dominio de los clubes yugoslavos en el palmarés de la Copa de Europa. La guerra de los Balcanes y el mayoritario éxodo de sus estrellas al extranjero hizo ceder el testigo al resto de potencias del continente, las cuales contaban en gran parte con técnicos balcánicos dirigiendo sus banquillos. Antes de que ello ocurriera, dos equipos escribían su nombre en el palmarés de vencedores como parte de Yugoslavia.

El mencionado trienio del KK Split (1989. 90 y 91) firmaba su último capítulo en 1991, confirmando la calidad de un colectivo muy compensado en todas sus líneas -Perasovic, Tabak, Radja, Savic, Ivanovic y Kukoc- y por el buen hacer en los banquillos, tanto a través de Maljkovic como posteriormente de Pavličević.

Camiseta de Kukoc, Kukoc's shirt, Split, Jugoplastika
La Jugoplastika o Pop 84 pasaba a ser otro de los obstáculos que el Barcelona se encontraba en la Copa de Europa. Los azulgranas eran un club condenado por aquel entonces a quedar fuera del premio final, a pesar de contar con uno de los mejores aleros españoles de todos los tiempos, Epi, y uno de los mejores foráneos de la historia de la ACB, Audie Norris.

Último partido de Yugoslavia como nación
El Eurobasket de 1991 servía de colofón y abrupto punto final a una generación a la cual se le robó la oportunidad de haber aumentado su leyenda. Drazen Petrovic era uno de los principales ausentes de aquella edición dentro de una selección que se desquebrajaba por las tensiones políticas y que seguía aplastando a sus rivales. En aquella cita continental, sólo España terminó el partido a menos de 10 puntos de los flamantes campeones. Italia, que jugaba como anfitrión, terminó segunda.


El Partizán de Fuenlabrada
El equipo blanquinegro de Belgrado paladeó en 1992 su temporada más extraña y a la vez más mágica. A causa de la guerra de los Balcanes, la FIBA había prohibido a los clubes yugoslavos disputar sus partidos en casa obligando a los conjuntos clasificados aquella temporada para Europa -Slobodna Dalmacija (antigua Jugoplastika de Split), Cibona de Zagreb y Partizan de Belgrado- a buscar cobijo en algún pabellón en el resto del continente.

Los tres equipos balcánicos eligieron como sede España: Coruña, Cádiz y Fuenlabrada hicieron de provisionales canchas de la Slobodona, Cibona y Partizán, respectivamente. Los dos primeros no lograron su objetivo de clasificarse para la Final Four. Todo lo contrario que los partisanos.

El cariñosamente denominado Partizán de Fuenlabrada convirtió el Fernando Martín en su segunda casa, en un nuevo Pionir trasladado miles de kilómetros de distancia de Belgrado y con fuenlabreños en la grada haciendo de improvisados seguidores. La comunión entre los jugadores y afición iba en aumento consiguiendo 6 de sus 7 triunfos en 'casa', sólo Estudiantes pudo ganar al Partizán en su destierro.
Partizan de Fuenlabrada
Aquella plantilla expatriada se componía de Aleksandar Djordjević, Predrag Danilović, Nikola Lončar, Igor Perović, Zoran Stevanović, Igor Mihajlovski, Dragiša Šarić, Željko Rebrača, Mladan Šilobad, Slaviša Koprivica, Vladimir Dragutinović, Ivo Nakić, Branko Sindjelić. Todos ellos bajo la dirección de un jovencísimo Željko Obradović, otro de los nombres que golpearían con fuerza en este decenio.

Los cuartos de final fueron el único momento en el que el Partizán pudo regresar a Belgrado en la eliminatoria a tres partidos ante la Knorr Bolonia que sirvió de antesala para la Final Four de Estambul, donde pasaron de llevar el papel de cenicienta a campeones de Europa, merced a la canasta en el último segundo de Djordjević ante el Joventut de Badalona, cuyo momento de gloria estaba por venir. Antes de que eso pasara, su cancha iba a ser testigo del mejor espectáculo jamás visto.

Partizan de Fuenlabrada, Belgrado

La fiesta de ensueño de los JJ.OO.
El permiso de la FIBA, otorgado en 1989, para que los jugadores profesionales de la NBA participaran en los distintos campeonatos internacionales posibilitó que los JJ.OO. de Barcelona disfrutaran del mejor plantel posible: el llamado 'Dream Team', que transformó el Pabellón Olímpico de Badalona en la fiesta del mejor baloncesto.

La convocatoria estaba formada por:
    Dream Team, Barcelona 1992
  •     Charles Barkley de Philadelphia 76ers
  •     Larry Bird de Boston Celtics
  •     Clyde Drexler de Portland Trail Blazers
  •     Patrick Ewing de New York Knicks
  •     Magic Johnson de Los Angeles Lakers
  •     Michael Jordan de Chicago Bulls
  •     Scottie Pippen de Chicago Bulls
  •     Christian Laettner de la Universidad de Duke
  •     Karl Malone de Utah Jazz
  •     John Stockton de Utah Jazz
  •     Chris Mullin de Golden State Warriors
  •     David Robinson de San Antonio Spurs
Entrenador: Chuck Daly de New Jersey Nets

Los norteamericanos se alzaron con un oro que tenía su nombre grabado en el metal. La lucha encarnizada por la plata cayó del lado de la joven nación croata, debutante, que contaba con su particular selección de ensueño liderada por Petrovic, Perasović, Cvjeticanin, Kukoc, Tabak, Vrankovic, Komazec, Radja o Naglic. El bronce fue a parar a otro gran plantel, Lituania, en el que brillaban Chomicius, Kurtinaitis, Sabonis, Karnisovas o Marčiulionis.

La nueva configuración política había resquebrajado a la U.R.S.S. y Yugoslavia en multitud de repúblicas. Croacia y Lituania aprovechaban la oportunidad en esta cita donde Serbia y Montenegro no tenían permiso para participar por la sanción impuesta por la ONU. Mientras que doce de las quince ex repúblicas soviéticas, a excepción de las tres bálticas, lo hicieron bajo bandera olímpica y con la denominación de 'equipo unificado' en un último brindis al pasado soviético.

La revolución del Limoges y el luto croata
Si el baloncesto a nivel de selecciones no daba lugar a sorpresas, el de clubes se llevaba la palma en 1993. Limoges no era un desconocido en el basket europeo -7 ligas francesas. dos Copa Korac y la Recopa- avalaban a un equipo con tradición al que faltaba la guinda definitiva, un postre final servido por el gran estratega Božidar Maljković quien repetía después de la experiencia exitosa en Split.

El conjunto amarillo basaba su juego en posesiones largas -agotando los 30 segundos reglamentarios, que pasaron a 24 a partir del curso 200-01-. Aquel basket control daba sus frutos bajo la dirección de Michael Young y la ejecución de Bilba o Dacoury en partidos que rara vez sobrepasaban los 65 puntos por equipo. No en vano, el club francés se imponía en la Final Four de Atenas al Real Madrid de Sabonis -semifinales- y a la Benetton Treviso de Kukoc -en la final-, dejando a sendos equipos en 52 y 55 puntos respectivamente. 

Limoges, 1993, campeón de Europa

En junio de 1993, el baloncesto mundial se ponía el traje de luto con el fallecimiento de Drazen Petrovic en accidente de tráfico. El 'genio de Sibenik, con 28 años de edad, estaba recuperando su confianza y juego en la NBA con la camiseta de los Nets tras haber pasado por el ostracismo en Portland. Se iba uno de los grandes genios europeos de la canasta; un jugador irrepetible y único.

La selección croata, debilitada por la muerte de Petrovic, quedaba tercera en el Eurobasket ganado por Alemania, deshaciéndose en la final de Múnich de Rusia. El triunfo germano se añadía al del Limoges en un año sorprendente en cuanto a victorias.

Doblete español con dos clásicos de la ACB
Joventut de Badalona y Real Madrid pasaban a ser los nuevos dominadores del continente con Olympiacos como rival en ambas ocasiones y Obradovic en sendos banquillos. Los dos equipos que más tiempo han permanecido en la élite de la Liga española de baloncesto recibían su recompensa en la máxima categoría europea.

Se trataba del primer entorchado de los verdinegros, habituales en Europa y en la Final Four pero sin el 'punch' final para ser candidatos a levantar el trofeo. En 1994, la 'Penya' había contratado a uno de sus recientes verdugos, Obradovic, responsable del triunfo de Partizán dos años antes. Junto al entrenador serbio se encontraban los hermanos Jofresa, Villacampa, Morales, Ferrán Martínez, Mike Smith y Thompson. Cuatro jugadores de la casa, talentosos, sumados a grandes fichajes lograban sobreponerse a los favoritos del torneo: Barcelona y Olympiacos.

El conjunto del Pireo repetía, al año siguiente, con otro equipo español en la final de 1995. El deja-vu para los griegos crecía al tener a Panathinaikos como contrincante en la semifinal y a Obradovic de nuevo como entrenador rival en la final, en esta ocasión dirigiendo al Real Madrid de Arlauckas y Sabonis.

Los blancos inscribían por octava vez su nombre en el continente. Como curiosidad, la Final Four de Zaragoza sirvió para que una de las peñas madridistas, Orgullo Vikingo, estrechara su amistad con la sección 'Gate 13' de Panathinaikos, cuyos hinchas animaron a los españoles con el objetivo de evitar un triunfo de su rival, Olympiacos.

Panathinaikos

Estados Unidos y Yugoslavia, un mano a mano constante
A pesar del éxito a nivel de clubes, España no refrendaba su privilegiada posición con el combinado nacional dentro de una época en la que los EE.UU. dominaban con autoridad a sus rivales en sus distintas versiones del 'Dream Team' con nuevas oleadas formadas por Charles Barkley
Anfernee Hardaway, Karl Malone, Reggie Miller, Hakeem Olajuwon, Shaquille O'Neal, Gary Payton, Scottie Pippen, David Robinson o John Stockton.

El Mundobasket de 1994 y los JJ.OO. de Atlanta de 1996 concluyeron con las barras y estrellas ondeando por encima de las clásicas potencias como Croacia, Rusia y Yugoslavia, manteniendo su nombre y legado a través de las repúblicas serbias y montenegrinas. Un palmarés que crecía con el oro en el europeo de 1995. Las heridas de la guerra de los Balcanes no se habían cerrado y se demostraba con los croatas, bronce en esta edición, abandonando la ceremonia de entrega de medallas justo en el momento en el que sus antiguos compatriotas se subían al cajón más alto de aquel Eurobasket de 1995.

Dos años más tarde, repetían experiencia en el torneo disputado en España en 1997, sin Divac pero con un experimentado sexteto de ases  Dejan Bodiroga, Predrag Danilović, Zoran Savić, Aleksandar Djordjevic, Zeljko Rebraca y Dejan Tomašević.

La inversión y el talento se dan la mano en Grecia
El poder económico en la década de los 90 residía en la península helena. La liga griega aglutinaba los mejores traspasos de la época y las más sonadas incorporaciones. De hecho, toda una estrella de la NBA como Dominique Wilkins se buscaba un incentivo económico antes de sus jubilación para llevar a Panathinaikos al Olimpo frente al Barcelona en un duelo polémico que pudo decidirse bajo otro signo si los colegiados hubieran dado como buena una canasta legal de Montero en el último segundo.

Por encima del glamour del norteamericano se encontraban sobresalientes referencias del deporte de la canasta como Panagiotis Giannakis, Alvertis o Vrankovic. Todos ellos baja la batuta de Božidar Maljkovic. Un seguro para el éxito con su cuarta copa de Europa como técnico -dos con la Jugoplastika Split, una con Limoges y Panathinaikos-.

Los culés firmaban su quinta final perdida en el siguiente curso, 1997, con otro trágico desenlace ante una escuadra griega. Olympiacos era el encargado de echar otro nuevo proyecto azulgrana capitaneado por Djordjevic, Karnisovas y Andrés Jiménez, y a cargo de Aíto García Reneses. Los griegos grababan su nombre en el palmarés del torneo con otra plantilla base de hombres de la casa y de talonario: Fassoulas, Papanikolau y Sigalas, entremezclados con Nakic, Tarlac, Rivers y Welp.

El técnico rojiblanco Dušan Ivković reivindicaba el saber hacer de los balcánicos con la pizarra, siendo el cuarto entrenador de la antigua Yugoslavia -junto a Pavlicevic, Maljkovic y Obradovic- en ganar el máximo trofeo continental en los 90. Una de las características de este decenio.
Olympiacos, escudo

La coronación de Italia
Varese, Cantú y Roma eran las ciudades que habían dado a Italia la posibilidad de coronarse en el viejo continente a nivel de clubes. Un listado incompleto en el que faltaba la ciudad más apasionada por el baloncesto, una ciudad que vive el deporte de la canasta con especial devoción a través de dos colores y dos escudos: Virtus y Fortitudo.

La Virtus levantaba en 1998 el trofeo de campeón de campeones al imponerse al AEK dentro de una final rácana que concluyó con un atípico marcador, 58-44. Los boloñeses, dirigidos por Ettore Messina, se componían de dos duplas: la italiana formada por Abbio y Binelli más la serbia de Danilovic y Savic, junto a Rigaudeau (Francia), Nesterovič (Eslovenia) y Sconochini (Argentina). Una plantilla que acudía a otra Final Four en el curso siguiente tras derrocar a su eterno enemigo, el Fortitudo Bolonia, en unas fraternales semifinales.


La final de 1999 iba a parar al Zalgiris de los Zukauskas, Stombergas y Bowie. El legendario cuadro lituano -donde habían jugado Kurtinaitis, Homicius y Sabonis- se sobreponía al poderío transalpino que confirmaba su edad de oro con el Eurobasket celebrado en aquel verano ante España.

Era la 'azzurra' de Gregor Fučka, Carlton Myers, Andrea Meneghin, Roberto Chiacig, Denis Marconato, Alessandro Abbio, Alessandro De Pol, Gianluca Basile, Giacomo Galanda, Davide Bonora, Marcelo Damiao y Michele Mian. Todos ellos, verdugos de una España que asomaba de nuevo la cabeza a través del aro y que esperaba su dorado relevo para echar una mano a la generación que lideraban Carlos Jiménez y Alberto Herreros, dos pupilos surgidos de la prolífica cantera de Estudiantes.

Italia y España se desquitaban del papel ejercido en el campeonato del mundo de 1998, donde habían sido cuartofinalistas y en el que Yugoslavia se había impuesto a Rusia en la final, demostrando que si los Estados Unidos acudían con universitarios a un torneo intercontinental eran una selección más.

Obradovic cierra el milenio
La productiva relación de títulos continentales entre Zeljko Obradovic y Panathinaikos comenzaba en el curso 1999-2000. Año en el que los verdes sumaban su segunda Copa de Europa y la primera, de las cinco posteriormente cosechadas, con el técnico serbio en los banquillos, el cual posee el récord absoluto de la competición con ocho entorchados desde la dirección técnica, con cuatro clubes diferentes -Partizan Belgrado, Joventut, Real Madrid y Panathinaikos-.


La fuerza del pabellón OAKA y la brillantez del cóctel mezclado por Obradovic a partir de dos griegos Alvertis, Fotsis y un ramillete internacional con Gentile, Johnny Rogers, Rebraca, Bodiroga y el israelí Kattash quien se vengaba de sus compatriotas Sharp, Jamchi, Sheffer en la cita de Salónica con el Maccabi Tel Aviv. Un partido que cerraba el milenio y abría un periodo extraño para el baloncesto europeo de clubes con una campaña convulsa en el plano extradeportivo que pudo costar caro al deporte de la canasta.

lunes, 12 de agosto de 2013

C. E. Europa, el histórico equipo del barrio de Gracia

"El fútbol en España está abandonando los barrios". Esta frase pronunciada por un ex jugador del modesto, pero histórico, C.E. Europa refleja la triste realidad de las dos grandes urbes como Madrid y Barcelona, cuyos distritos en vez de estar representados por importantes clubes sobreviven frente a la sombra de los grandes.

El fútbol modesto de Madrid
La capital fue en el pasado una ciudad donde distintas sociedades deportivas proliferaban y disputaban campeonatos regionales, e incluso nacionales, con los dos grandes colosos de la Villa, tanto Real Madrid como Atlético, quienes empezaban a aglutinar a un importante número de aficionados y los primeros títulos de sus vitrinas.

De aquellas entidades sobreviven unas pocas como: el RCD Carabanchel (Tercera división), Puerta Bonita -de fundación posterior a la Guerra Civil Española, actualmente en Segunda B- y el Rayo, orgullosos representantes del distrito de Vallecas en la élite del fútbol nacional.

Atrás en el camino se quedaron equipos que se marchaban dejando huella, como el Moderno -absorbido por el Real Madrid-, al igual que el Plus Ultra -transformado en el Castilla, filial blanco-. Otros, como el Iberia o Moncloa, tuvieron fugaces aportaciones en el campeonato regional de la zona centro.

Corrieron la misma suerte el Español de Madrid -subcampeón de Copa de España en 1909-, la Gimnástica -siempre fiel a su condición de amateur-, el CD Nacional de Madrid, el CD Mediodía y la reciente desaparecida AD Ferroviaria -ambos cercanos a la estación de Atocha-. Al igual que el Racing Club de Madrid -afincado en Chamberí- y primer inquilino del estadio de Vallecas, lo que lastró una enorme deuda para los rojinegros y que terminó llevando a su ruina.

Racing Club de Madrid
Escudo del Racing de Madrid
El fútbol modesto de Barcelona
Barcelona ha sido un fiel reflejo de lo ocurrido en Madrid. El pastel futbolero de la Ciudad Condal se lo están engullendo el Barça y el Espanyol en proporciones desiguales. Las migajas del fútbol de la ciudad se reparten entre instituciones, que a diferencia de Madrid, perviven en su mayoría -con excepciones como el Hispania o el FC España, el cual terminó formando parte del Europa- o el CD Condal y el Atlético Cataluña, quienes se solaparon en 1970 para ser la base del filial azulgrana: el Barcelona Atlético, hoy en día Barcelona B. Otro de los que se han quedado en el camino es la Gimnástica Iberiana -desaparecido en 2012-.

Los clubes de barrio más destacados de Barcelona son: UE Sants, CF Montañesa (Nou Barris), Club Esportiu Júpiter (Poble Nou), Futbol Club Martinenc (Guinardo), Unió Atlètica Horta y UE Poble Sec. De todos ellos, sobresalen dos conjuntos: Sant Andreu y Europa.

  • escudo del Sant AndreuEl primero, surgido del distrito de Sant Andreu de Palomar, es un clásico de las categorías inferiores del fútbol nacional donde ha exhibido su característica camiseta compuesta por una senyera. Nacido en 1909, el club cuatribarrado ha pasado por numerosas metamorfosis en su escudo y en la equipación, principalmente en época franquista. 

  • El segundo, vinculado al barrio de Gràcia, nació en 1907 con el nombre de Club Esportiu Europa. El subcampeonato de Copa de España, alcanzado en 1923, y el campeonato de Cataluña sirvieron como salvoconducto para tener un plaza asegurada en la primera edición de la Liga que se estaba fraguando.

Los 'padres' de la Liga española
Diez fueron los equipos llamados a disputar en el curso 1928-1929 la primera edición de la Liga española:
  1. FC Barcelona
  2. Real Madrid
  3. Athletic Club de Bilbao 
  4. Real Sociedad de San Sebastián 
  5. Arenas Club de Getxo
  6. Athletic Club de Madrid (denominación usada hasta 1938)
  7. RCD Español (con el nombre castellanizado)
  8. CD Europa
  9. Real Unión Club de Irún
  10. Real Racing Club de Santander
Los diez elegidos eran los 6 campeones coperos -Athletic de Bilbao, Real Madrid, FC Barcelona, Real Unión Club de Irún, Arenas de Getxo y Club Ciclista, antecesor directo de la Real Sociedad- más 3 subcampeones -Athletic de Madrid, CD Europa y Español de Barcelona-, siendo ésta su denominación oficial por aquel entonces.

El décimo surgió de una confusa eliminatoria, a cuatro rondas, entre: Real Oviedo, Real Betis, Iberia Sport (Zaragoza), Deportivo Alavés, Valencia, Sevilla, Sporting de Gijón, Deportivo de la Coruña, Celta -quienes reclamaban su plaza debido al subcampeonato copero del Real Vigo Sporting en 1908- y Real Racing Club. Los cántabros se impusieron en la final al Sevilla tras un doble desempate.

Un sueño de tres años de duración
La original camiseta escapulada, utilizada desde 1926, de presumible origen inglés -y con gran similitud con la elástica de Vélez Sarsfield- estuvo un trienio en la máxima categoría del balompié español. El descenso se produjo en 1931. El mismo año en el que 'Bata', jugador del Athletic, conseguía el hito de anotar 7 goles en un mismo partido, una hazaña posteriormente igualada por Ladislao Kubala.
Agustín Sauto, 'Bata'. El de Baracaldo anotó 7 tantos en el 12-1 al Barcelona

Pionero en el baloncesto
El equipo del barrio de Gràcia no sólo es una referencia en el fútbol sino que también es parte de la historia del baloncesto. El Europa disputó el primer partido de básquet celebrado en España, en 1922. El rival fue el Laietá, institución surgida de las "Escuelas Pías de San Antón" y pionero del deporte de la canasta guiados por las enseñanzas del Padre Millán, precursor del deporte de la canasta en la península ibérica.

El resultado fue de 8-2 para los europeístas. Ambos conjuntos fueron los grandes aspirantes en la década de los 20 en la batalla por el campeonato de Cataluña.

Único en el continente
El Europa puede presumir de ser la única institución europea en llevar el nombre del viejo continente. Todo comenzó cuando en 1907 dos pequeñas sociedades, Provençal y Madrid, decidieron fusionarse para conseguir un mayor éxito deportivo. Para ahorrar costes tomaron el nombre de una entidad barcelonesa que estaba a punto de pedir la baja federativa, el Europa.

El nombre de Club Deportivo Europa se mantuvo hasta el curso 1985-86, momento en el que la entidad pasó a ser conocida como el Club Esportiu Europa.

Club Deportivo Europa

Un estadio particular
Se trata de uno de los terrenos de juego más estrechos y cortos del panorama nacional. Los 100 x 63 metros del Nou Sardenya sólo superan al estadio de otro histórico como el Arenas de Getxo, que con sus 100 x 60 lidera el ranking de campos pequeños.

El estadio del Nou Sardenya data de 1940. Uno de los primeros inquilinos de sus porterías fue el legendario guardameta Antoni Ramallets, recientemente fallecido y natural del barrio de Gràcia y uno de los mejores cancerberos del fútbol español. Otro de los ilustres en vestir la camiseta escapulada fue el delantero húngaro Czibor, en 1962.

camiseta Europa

Palmarés e hitos europeístas
Además del campeonato de Cataluña de 1923, y de la gloriosa etapa vivida en esa década con las tres mencionadas temporadas consecutivas disputadas en Primera, el C.E. Europa volvió a ser noticia cuando en dos cursos -1997 y 1998- arrebataba al todopoderoso FC Barcelona la Copa de Catalunya.

El Europa, cada vez más europeo
La equipación del club tiene por un lado el emblema de la 'Vila de Gràcia', como representante futbolístico del popular distrito de la Ciudad Condal y en la otra manga las doce estrellas de la bandera europea, debido a su singular nombre.


El carácter europeo se ha incrementado debido a dos hechos: la llegada de un presidente holandés a la institución y la creación, desde 2006, de una peña internacional en Maastricht. La ciudad donde se firmó en 1992 el Tratado que sentó las bases del actual sistema político y económico de la Unión Europea. Toda una declaración de intenciones para un equipo de barrio que reclama su sitio en el fútbol nacional y que parece no entender de fronteras.

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