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sábado, 1 de marzo de 2014

El curioso torneo de fútbol del bicentenario de los EE.UU.

Las celebraciones que se produjeron con motivo del bicentenario de la Declaración de independencia de los Estados Unidos -redactado en Filadelfia el 4 de julio de 1776- tuvieron su reflejo en un deporte que estaba empezando a brotar en el país: el fútbol, cuyo torneo internacional pasó a la historia del balompié por su singularidad.

declaración independencia Estados Unidos

La fiesta del bicentenario
El día de la independencia ('independence day') es una de las festividades más tradicionales en el calendario estadounidense, junto al 'Día de Acción de Gracias' -que se celebra el cuarto jueves del mes de noviembre-. A diferencia de ésta, el 4 de julio tiene un componente más patriótico y menos familiar.

La declaración de independencia de las trece colonias respecto a la metrópoli británica ha estado presente en la cultura universal gracias al cine o incluso al deporte, donde los Philadelphia 76ers homenajean el lugar y la fecha con su apodo. 

La organización del bicentenario se esmeró en los eventos, algunos de los cuales se desarrollaron durante un año antes. Entre ellos, el denominado Tren de la Libertad Americana que recorrió, durante 21 meses, 48 de los 50 estados, exceptuando Alaska y Hawai.

Numerosas personalidades internacionales, entre ellas la reina británica Isabel II, visitaron Estados Unidos en 1976, que por aquel entonces estaba bajo la presidencia de Gerald Ford, y que contó con una nueva bandera conmemorativa izada junto a las barras y estrellas.


El 'soccer' se profesionaliza en Estados Unidos
El Mundial de 1966, disputado en Inglaterra, relanzó la fe de varios patrocinadores norteamericanos por promover definitivamente un proyecto de 'soccer', palabra con la que se conoce al fútbol en Norteamérica y proveniente del término asociación (soc). El problema fue que surgieron dos ideas paralelas -National Professional Soccer League (NPSL) y la United Soccer Association- que convivieron hasta fusionarse en una sola liga.

En diciembre de 1967 se tomaba la decisión de juntar sendos torneos bajo el nombre común de la NASL (North American Soccer League). Un campeonato formado por 17 franquicias que duró hasta 1984.
    La llama por el fútbol en Canadá y EE.UU se reavivó definitivamente con el Mundial de 1994 y la confección, un año antes, de la MLS (Major League Soccer), una Liga que debe mucho tanto a la NASL como a este torneo de exhibición de 1976.


    Inglaterra e Italia, libres de compromisos internacionales
    La Eurocopa de 1976 contó con una criba motivada por la fase de clasificación previa, en formato de liguilla, y una ronda de cuartos de final para dejar finalmente un póker de candidatos al triunfo: Yugoslavia, Checoslovaquia, R.F.A. y Países Bajos, en una fase final que se celebró en el propio país balcánico.

    Italia e Inglaterra habían caído a las primeras de cambio, en las preliminares. Los ingleses fueron segundos en un grupo comandado por Checoslovaquia, a la postre campeón merced al mítico penalti de Panenka, mientras que los transalpinos habían vivido una intensa lucha junto a Holanda y Polonia por el liderato, que recayó en los tulipanes.

    La consecuencia de todo ello era que ambas selecciones estaban libres de todo tipo de compromisos internacionales para aquella primavera del 76. Circunstancia que permitió aceptar la propuesta norteamericana de disputar la Copa del Bicentenario Norteamericano.

    torneo del bicentenario, 1776

    Los anfitriones se nutren de grandes estrellas
    Inglaterra, Italia, Brasil y el denominado 'Team America' -como anfitrión-, formaron parte del cuadrangular de exhibición de 1976. Con el fin de equiparar las fuerzas, y dado que EE.UU. no poseía un equipo potente, se nutrió al conjunto 'yankee' de importantes futbolistas de la NASL:
    • Pelé (Brasil)
    • Ramón Mifflin (Perú) 
    • Mike England (País de Gales)
    • Giorgio Chinaglia (Italia)
    • Bobby Moore (Inglaterra)
    • Tommy Smith (Inglaterra)
    • Keith Eddy (Inglaterra)
    Un plantel que se pudo incrementar con George Best (Irlanda del Norte) y Rodney Marsh (Inglaterra), quienes se cayeron de la lista por distintos motivos.

    Un torneo de 8 días
    El torneo del bicentenario arrancó en mayo de 1976. La idea de este curioso campeonato era disputar los duelos en tres jornadas y en seis sedes distintas cargadas de gran simbolismo. Se empezó en la capital para pasar por Nueva York, sede de los míticos Cosmos, y concluir en Filadelfia -ante Inglaterra, en el lugar de la firma de la declaración de independencia- y New Haven -primera ciudad planeada del país, cuna del fútbol americano y hogar de la Universidad de Yale-.


    El espectáculo estaba garantizado, ocho días -desde el 23 al 31 de mayo-, en los que ofrecer una exhibición de fútbol con tres selecciones campeonas del mundo y un combinado nacional con estrellas internacionales de la liga local norteamericana.

    A decir verdad, deportivamente no dejó grandes momentos, pero sí que quedaron imágenes para el recuerdo: como Pelé, Chinaglia o Moore defendiendo los colores del 'Team America' ante sus selecciones -cuyas federaciones no reconocieron estas citas como oficiales-, Inglaterra vistiendo por primera y única vez de amarillo o contemplar un partido de fútbol sobre un campo de béisbol.

    Nota: En la imagen podemos apreciar a Moore y Pelé con la camiseta roja del 'Team America', una indumentaria que parece similar pero que es a la vez distinta. Moore lleva las tres rayas de Adidas y Pelé la franja de Puma, una situación nada habitual en el fútbol que sí se aprecia en otros deportes como el tenis, en la Copa Davis. 

    En medio de ambos, Francis posa con la equipación oficial de Inglaterra, confeccionada por Admiral en un sorprendente tono amarillo pálido. Las marcas deportivas estaban viviendo su primera edad de oro, faltaba dar el salto al público.

    Bobby Moore, Gerry Francis y Pelé, antes del duelo entre el 'Team America' e Inglaterra.
    Fútbol sobre béisbol
    Uno de los platos fuertes del cuadrangular fue el choque entre Inglaterra e Italia. El original emplazamiento elegido para la ocasión fue la casa de los Yankees de Nueva York, sobre el legendario césped del Yankee Stadium.

    Foto aérea del Yankee Stadium, tomada por Severin St. Martin
    La llamada catedral del béisbol había sufrido en 1976 una profunda remodelación, la última antes de su definitivo traslado -realizado en 2008-. La característica forma de diamante del perímetro ofreció singulares imágenes de aquel Inglaterra-Italia.

    Alienaciones del partido:


    Los 'pross', dirigidos por Don Revie -mítico entrenador del Leeds United-, vencieron por 3-2 con 40.000 espectadores en el Bronx, siendo la mejor entrada de los seis encuentros disputados en esta Copa. Graziani, delantero del Torino, adelantó a Italia con dos tantos que fueron remontados en el segundo acto.

    Casualidad, o no, los cinco goles se marcaron en la portería que tenía césped, donde no había que superar los obstáculos compuestos por el montículo del pitcher, las tres bases y la zona de arena alrededor del denominado infield.
     
    'Fútbol sobre béibol' en 1976.

    Brasil se alza con el torneo
    Otro de los encuentros a destacar fue el duelo entre Brasil e Italia, en la tercera fecha, saldado con 4-1 a favor de la 'verde-amarela', repitiendo el resultado de la final de 1970. Fue un partido duro, con cuentas pendientes, reflejado en las tres expulsiones: Causio, Bettega y Lula, la cual llegó a interrumpir el choque durante un cuarto de hora por las protestas. Incluso se produjo una invasión de los integrantes de ambos banquillos al campo con constantes conatos de peleas y discusiones. Todo ello, con la presencia de Henry Kissinger en el palco, Secretario de Estado, y gran seguidor del fútbol, aunque brillara por su ausencia aquella tarde en New Haven.

    La 'canarinha' fue el único combinado capaz de ganar los tres compromisos, por lo que se llevó tanto el trofeo como el galardón a mejor anotador, que recayó sobre la figura de Gilberto Alves, jugador de Fluminense y autor de 4 dianas, por delante de los tres tantos de Graziani o los dos de Fabio Capello y Kevin Keegan.

    A pesar de la colección de estrellas, el 'Team America' perdió todos los encuentros y sólo marcó un gol, el conseguido por Stewart Scullion frente a Inglaterra. El futbolista escocés se hizo con un hueco en el once merced a su gran rendimiento en la NASL con Tampa Bay. Un hueco en el que no entró este cuadrangular llamado a ser histórico y que con el paso del tiempo es visto más como un evento de poco fútbol y grandes anécdotas. 

    domingo, 14 de abril de 2013

    Hossiers: el baloncesto es una religión en Indiana

    El estado norteamericano de Indiana, cuyo significado es tierra de indios, se caracteriza por sus llanuras y una devoción hacia el baloncesto por encima del resto de deportes. Situada en el medio-oeste de los EE.UU. tiene por capital a Indianápolis y a los hoosiers como uno de sus sobrenombres, un apodo de desconocida procedencia -se baraja que provenga de un antiguo dialecto indígena o debido al empresario, del siglo XIX, Samuel Hoosier-.

    Mapa de Estados Unidos, Norteamérica

    Indiana Pacers
    La entidad que representa al estado en la liga profesional de baloncesto es Indiana Pacers, franquicia fundada en 1967 que disputa la NBA desde 1976 -año en el que se disuelve la ABA-. Fue uno de los cuatro conjuntos en dar el salto desde la ABA a la NBA par ser incluido en la división central de la conferencia este. 

    La institución tomó el nombre de los coches que marcan el inicio de las carreras, los pace cars o safety cars, siendo un homenaje a una de las competiciones de motor más famosas y que tienen sede en la capital: las 500 millas de Indianápolis.

    Bajo los colores azul y amarillo de los Pacers, tonos extraídos de la bandera del estado, el conjunto de Indiana logró tres campeonatos de la ABA y se quedó a las puertas de llevarse el anillo de la NBA en el 2000 cuando cayó ante Los Angeles Lakers con una plantilla formada por: Sam Perkins, Jalen Rose, Zan Tabak, Chris Mullin y Reggie Miller, jugador que disputó 18 temporadas consecutivas en los Pacers y que aglutina todos los récord. Larry Bird fue el encargado de dirigir este equipo, otra leyenda ligada directamente al estado de Indiana.

    Reggie Miller

    El baloncesto en Indiana
    Hay una frase que define el sentir de la población ante el baloncesto, un lema que aparece en las gradas y en el propio electrónico del Conseco Fieldhouse, pabellón de los Pacers, y que reza así: "en 49 estados es sólo baloncesto... pero esto es Indiana".

    La pasión por el aro y la canasta en Indiana se palpa en la importancia que adquieren en el condado los torneos de high school -escuelas superiores-, con los recintos a rebosar para observar las evoluciones de los futuros valores de una inagotable cantera.

    Obviamente, se sigue con mucho interés el papel de los representantes del estado en la NCAA (National Collegiate Athletic Association), institución nacional con sede, precisamente, en Indianápolis encargada de organizar los distintos torneos universitarios norteamericanos. La universidad de Indiana Hoosiers es la tercera en el palmarés de baloncesto -gracias a estrellas como Isiah Thomas que han vestido su camiseta-. Los Hoosiers se sitúan por detrás de los dos colosos del basket universitario: UCLA (Universidad de California, Los Angeles) y Kentucky.

    Indiana Hoosiers
    Logotipo de los Indiana Hoosiers
    Otras universidades de gran tradición deportiva de Indiana son Notre Dame, conocidos como los Fighting Irish y por otro lado Purdue, ambos fueron vencedores en basket antes de la implantación de la Final Four -a partir de 1939-. Si bien, Notre Dame destaca más por su prestigio como uno de los grandes dentro del fútbol americano universitario.

    Por detrás de ellos, se sitúan Indiana State Sycamores conocidos por ser la cuna deportiva de Larry Bird, alcanzando una mítica final en 1979 que le enfrentó a los Michigan State de 'Magic' Johnson, anticipo de los duelos que mantuvieron ambos en la NBA capitaneando a los Celtics y Lakers, respectivamente.

    En los últimos años está adquiriendo gran peso la universidad de Butler, cuyo alias es el de los Bulldogs, quienes habitualmente juegan en el Hinkle Fieldhouse, legendario pabellón en el que se produjo el llamado 'milagro de Milan' y donde se rodó la película Hoosiers.

    Hinkle Fieldhouse, Indianapolis
    Hinkle Fielhouse, Indianápolis
    Hossiers, más que ídolos
    Es una película estadounidense, estrenada en 1986 y ambientada en 1952 en la fértil Indiana donde cualquier granero o silo sirve para colocar un tablero y un aro, donde el talento brota de la tierra con la misma facilidad del trigo. A un remoto pueblo llega el entrenador Norman Dale (interpretado por Gene Hackman) con la misión de sustituir al anterior técnico, muy apreciado por todos, y con el objetivo de llevar al equipo, Hickory, a las cotas más altas bajo la enorme exigencia de una cerrada población obsesionada con el baloncesto.


    Los modernos entrenamientos impuestos por Dale, basados en el apartado físico y técnico, confunden a una comunidad poco habituada a los cambios y que desean la vuelta de su jugador estrella, quien ha dejado el equipo por un tiempo. Las primeras derrotas y los arriesgados planteamientos del controvertido míster despiertan escepticismo e incluso detractores a un sistema que terminará por encontrar inesperados aliados.

    El 'milagro de Milan'
    Una población de apenas un millar de habitantes grabó su nombre como vencedor en el torneo estatal de Indiana en 1954. La hazaña de la escuela secundaria del Milan High School inspiró la película 'Hoosiers'. es el conocido como 'milagro de Milan'

    La campaña anterior, 1952-53, habían avisado de sus posibilidades pero el ritmo que tomó Milan en el siguiente curso fue demoledor y colosal con un parcial de 19 victorias y sólo 2 derrotas durante la fase regular.

    Cinco triunfos posteriores sirvieron para conseguir el título regional y abrir las puertas del Hinkle Fieldhouse para disputar los encuentros claves de la ronda semi-estatal con dos victorias más -entre ellas ante el equipo liderado por Oscar Robertson, jugador posteriormente incluido en el Hall Of Fame de la NBA-. Aquellos triunfos concedíeron el derecho a disputar la Final Four por el título de Indiana en el propio Hinkle Fieldhouse, la misma cancha donde también tiene lugar el partido de la película.

    Milan High School, 1954

    Los rivales en esta final a cuatro fueron Terre Haute Gerstmeyer Tech y Muncie Central al que derrotó en un apretado marcador (32-30) que coronaba a Milan como la escuela más pequeña en alzar el título de campeón de Indiana. Un galardón que nunca repetirían pero que dejó una maravillosa historia para recordar y que gracias al cine llegó a todos los rincones del mundo.

    lunes, 28 de enero de 2013

    Las estrellas de Steve Ross en el New York Cosmos

    Etimológicamente, la palabra cosmos sirve para designar al universo, en oposición al caos. Es decir, un sistema ordenado y armonioso contrario al estado del desorden y confusión. Justo la experiencia opuesta a la que se vivió en aquel equipo neoyorquino de ‘soccer’ en la década de los 70. Esta es la historia del Cosmos.

    El fútbol británico regresa a EE.UU.
    La fiebre por el fútbol había perdido fuerza en la NASL (North American Soccer League), tanto que en 1969, se volvió a recurrir a los clubes importados, como había ocurrido en la segunda parte de la temporada de 1967. En esta ocasión, fueron cinco los equipos que llegaron:
    Dundee United badge
    • Aston Villa jugaba en lugar de Atlanta Chiefs
    • West Ham United como Baltimore Bays
    • Dundee United repetía haciendo de los Dallas Tornado
    • Wolverhampton Wanderers, sustituyendo a Kansas City Spurs
    • Kilmarnock F.C., en el papel de St. Louis Stars
    Tres equipos ingleses y dos escoceses formaron el quinteto de entidades británicas. Los Wolves y el Dundee Utd reeditaban su participación, los ingleses habían representado anteriormente a Los Angeles y el Dundee parecía encariñado con su papel como el Tornado de Dallas. Wolverhampton Wanderers repitió triunfo en el campeonato (ya lo ganó en la edición de 1967), esta vez representando a Kansas City.

    El escaso público que poblaba los estadios, en el estreno de la competición, se vio reducido a la mitad en apenas un año. Las franquicias estaban en quiebra y parecían incapaces de durar unos pocos cursos. El espectador estadounidense no encontraba alicientes en un ‘extraño’ juego alejado de la cultura deportiva norteamericana donde los descansos e interrupciones eran parte del espectáculo.

    Steve Ross, el rey Midas de los negocios
    Pong Steve Ross fue el primer gran hombre de negocios de los medios de telecomunicación. Era el presidente de la Warner Communications, lo que suponía tener en su nómina a gente tan diversa como Robert Redford, Barbra Streisand, Dustin Hoffman, Bob Dylan, The Rolling Stones o Ray Charles. Su visión comercial le hizo aventurarse con la televisión por cable y un emergente negocio como el de las videoconsolas, a través de la compra de Atari, la empresa creadora del primer juego de éxito, el Pong.

    Cualquier negocio parecía posible para Steve Ross, incluso poseer algo tan exótico como un equipo profesional de ‘soccer’ en Estados Unidos y hacerlo parte del ‘show’ mediático. Pocos creían que aquella locura pudiera tener éxito.


    La 'pasión turca' anima a Steve Ross
    Otra de las piezas determinantes fue la figura de los hermanos Ertegun, nacidos en Estambul, y responsables de la producción de discos a través del exitoso sello Atlantic Records (creado en 1947), que contaría después con los legendarios AC/DC y Led Zeppelin como futuros abanderados de la discográfica.

    Atlantic pasó a formar parte de la Warner tras la absorción de su empresa en 1967. Una lucrativa compra a la que también se añadió el interés de los otomanos por el fútbol, una pasión que trasladaron a Ross.

    Por si le faltaban argumentos para creer en el potencial de este deporte, la final del Mundial de 1966 entre Inglaterra y la R.F.A. había tenido una audiencia para la BBC de 32 millones de telespectadores en el Reino Unido. Definitivamente, el fútbol era comercialmente rentable.

    Las primeras patadas del 'soccer' profesional
    Cosmos logo, badgeEl fútbol profesional en EE.UU., que había comenzado en 1967, caminaba despacio, con unos torpes y temblorosos pasos propiciados por la inestabilidad de las franquicias y la inestable estructura de la competición.

    La inolvidable Copa del Mundo de 1970 había coronado a Brasil como campeona y a Pelé como el mejor futbolista del momento, dos elementos que hicieron retomar el sueño de convertir a Nueva York en un referente universal del fútbol, una ciudad que había tenido un anterior equipo, el de los ‘Mets’ (metropolitano). Dadas las pretensiones faraónicas de este nuevo proyecto se eligió un apodo similar pero con un grado superlativo, Cosmos parecía ser la palabra adecuada para bautizar esta megalómana aventura.

    El Cosmos arranca con gloria pero sin repercusión
    Gordon Bradley fue la primera piedra del sideral proyecto en la ‘Gran Manzana’, se trataba de un mediocampista inglés con una corta trayectoria en su país y que había desarrollado la mayoría de su carrera deportiva en Norteamérica, donde había llegado en 1963. Su misión era la de transformar la franquicia en un equipo competitivo, una tarea difícil por la poca tradición futbolísitca de la plantilla.

    A pesar de ello, en 1972 se proclamaron campeones en la NASL sin apenas repercusión en los medios de comunicación. Los inversores habían empezado a perder la fe e incluso vendieron sus acciones bajo el simbólico precio de 1$. Sólo Ross parecía creer en el Cosmos.

    Cosmos, New York, Nueva York, 1971
    En 1974, los Cosmos comenzaron a disputar sus partidos en el Downing Stadium, en la Isla de Randall, cerca de una prisión y del puente que une Bronx y Queens, un inhóspito paraje lleno de cristales rotos y suciedad. El panorama deportivo era igual de decrépito, con 14 derrotas en 20 partidos. Era la cuarta temporada de una franquicia que parecía estar tocando fondo; la entidad agonizaba.

    El sorprendente fichaje de Pelé
    A finales de 1974, Pelé había anunciado su retirada del Santos. Los acercamientos de la franquicia neoyorquina con el astro brasileño se habían iniciado en 1970, habían intentado convencer con el hecho de que la equipación del Cosmos se basaba en la de la ‘canarinha’. Ross no sólo veía a Pelé como una figura para el equipo sino también como una fuente de ingresos, un icono publicitario con el que comerciar innumerables productos (botas, balones, jerseys, colonias…).

    La Juventus y el Real Madrid estaban al acecho del fichaje del ‘10’. Un contrato deportivo por tres campañas, otro discográfico (una de las grandes pasiones del jugador), y finalmente uno publicitario (ligado con la Warner por una década). Todas estas razones, junto a  los casi 5 millones de dólares acordados, convencieron a Pelé para marcharse al Cosmos.

    Nota: Sobre su actividad fuera de los terrenos de juego, lo más destacable fue la participación de Pelé en la película "Evasión o Victoria" (1981) junto al que fuera jugador del Cosmos Werner Roth, quien asumió el papel de capitán del equipo nazi.

    La noticia del fichaje de Pelé causó un gran revuelo, tanto que incluso llegó a las más altas instancias políticas de ambos países. El astro del Santos era considerado un tesoro nacional y el presidente brasileño pidió que reconsiderara su decisión. Dadas las circunstancias, como si fuera un conflicto diplomático, Nelson Rockefeller, vicepresidente de EE.UU., medió en las negociaciones que fructificaron cuando intervino Henry Kissinger, el por entonces secretario de Estado.

    Pelé fue presentado como la rutilante estrella y primera pieza del fastuoso Cosmos. El mundo por fin sabía que Nueva York tenía una franquicia de ‘soccer’. Un equipo que marchaba último, en el año 1975, con sólo 3 triunfos en 9 encuentros pero que iba a contar con el mejor futbolista del mundo, que por aquel entonces tenía 34 años.
    Pelé junto a Steve Ross, en la presentación del brasileño como nuevo jugador del Cosmos.
    Pelé revoluciona la NASL
    El debut fue retransmitido a través de la CBS. El 15 de junio de 1975, Pelé saltaba a la cancha ante los Dallas Tornado con su característico ‘10’ a la espalda. El ambiente en las gradas, con un lleno absoluto, hacía presagiar que la decisión de incorporar a la estrella mineira había sido todo un acierto.

    La cúpula directiva del equipo neoyorquino decidió cambiar la sede de la entidad al Giants Stadium, con 75.000 asientos. Un colosal recinto más acorde con la llegada de ‘O Rei’ que fueron respondidas con 5 goles y 4 asistencias, aunque la franquicia quedara fuera de los ‘pay-off' por el título.

    El mayor triunfo de la incorporación de Pelé al torneo de la NASL fue el desembarco de otros mitos mundiales del fútbol como Gordon Banks (portero inglés que había realizado una mítica parada en México’70, ante el propio Pelé), Geoff Hurst (autor del hat-trick en la final de 1966), Eusebio (la ‘pantera negra’) o el legendario norirlandés George Best, una de las figuras de la 'Santísima Trinidad' del Manchester United.

    La llegada de Chinaglia
    Ross no parecía satisfecho, quería más joyas para su estrenada corona. El delantero Giorgio Chinaglia, uno de los responsables del primer scudetto de la Lazio, fue el siguiente de la lista. Apenas puso dificultades para su incorporación al Cosmos. Su tiempo en Italia se había agotado y su pasado en Gales, jugando para el Swansea, le permitía superar la barrera idiomática. Su imagen de 'dandy' italiano y su manera de vivir el fútbol, como un espectáculo, encajaban con la filosofía de la franquicia.

    Chinaglia, Cosmos

    El rendimiento en el campo fue inmejorable, convirtiéndose en el mejor artillero de la historia de la NASL. A ello se le sumó otro hecho, la extraordinaria amistad que comenzó a tener con el ‘capo’ del equipo, Steve Ross que contraponía la celosa y tensa relación con Pelé.

    Pelé, Chinaglia, Cosmos

    La vida que llevaron ambos jugadores era más propia de estrellas desfasadas del rock que de unos profesionales del fútbol. Las fiestas en el Studio 54 se sucedían y el cartel de ambos era conocido en todo el país. Aprovechándose de ello, sus rivales en el 'play-off' por el título les tendieron una trampa al ponerles una limusina con alcohol y mujeres. El resultado fue que al día siguiente ambas estrellas estaban apagadas, Tampa Bay Rowdies vencía por 3-1 y echaba al equipo galáctico de la lucha por la gloria.

    Como ‘castigo’ Steve Ross obligó a la plantilla a embarcarse en un lujoso y costoso tour europeo de exhibición, como si fueran los mismísimos Rolling Stones.

    El 'Kaiser' y Carlos Alberto conquistan Nueva York
    Beckenbauer, CosmosFranz Beckenbauer fue el siguiente icono balompedístico en incorporarse al Cosmos, el 'Káiser' aterrizaba como campeón del mundo en 1974 con Alemania Federal, pero la lista parecía inacabable. Ross se convirtió en un coleccionista de leyendas todo con el objetivo de vender y engrandecer el producto final que disfrutaban políticos, bandas de rock y actores, que se arremolinaban junto a Steve Ross para contemplar el 'show' desde las tribunas del estadio.

    El defensa brasileño Carlos Alberto, uno de los responsables del éxito de la 'canarinha' en México'70, completaba el póker de ases del equipo neoyorquino de la temporada de 1977 que acabó, por fin, con el triunfo de Cosmos ante Seattle (2-1) en la final del torneo denominada 'Soccer Bowl'. Pelé se despedía del fútbol profesional con un título, gracias a Chinaglia quien fue el autor del gol de la victoria.

    El último partido de Pelé fue un amistoso entre el Cosmos y el Santos, el 1 de octubre de 1977. Jugó una parte con cada equipo ante 75.000 personas que abarrotaban el Giants Stadium, sólo pudo anotar con la camiseta de la franquicia neoyorquina.

    La campaña de 1978
    A pesar de la marcha del ‘10’, Ross reclutó nuevos talentos para su equipo de ‘soccer’. Incluso Rivellino y Cruyff tuvieron una testimonial aparición. A su vez, crecían el número de franquicias con el objetivo de desbancar a los Cosmos de Nueva York.

    Las semifinales de aquel curso se resolvieron con un ‘shoot out’, un método inspirado en el hockey hielo para resolver los empates y que consistía en avanzar desde el centro del campo para en un tiempo de 5 segundos, como máximo intentar, anotar en la portería rival. El guardameta contra el jugador, como un duelo del viejo oeste. Carlos Alberto lo resolvió con tres toques y una vaselina, calidad brasileña para acceder a otra ‘Soccer Bowl’ donde vencieron a Tampa Bay (3-1). Tercer entorchado, segundo consecutivo y objetivo cumplido.


    El fin del viaje
    La campaña siguiente, 1979, el ‘shoot-out’ eliminaba al equipo de la Warner, con él se desmoronaba el imperio televisivo y el reclamo que había generado el exótico fútbol en la tierra de las oportunidades. A pesar de que la Liga seguía contando con grandes talentos importados como Teófilo Cubillas (Ft. Lauderdale), Trevor Francis (Detroit), Johan Neeskens (New York Cosmos), Johan Cruyff (Los Angeles) o Gerd Müller (Ft. Lauderdale), figuras que salpicaban al resto de franquicias inflando los presupuestos, dado que no existía un límite salarial.

    El agujero económico generado por la alocada gestión económica de todas las entidades y la falta de ingresos propiciada por la baja audiencia, que habían echado de una patada al ‘soccer’ de sus pantallas con apenas 2 millones de televidentes, fueron determinantes para que el público se desconectara del 'soccer'.

    El espectáculo toca a su fin
    Los siguientes títulos del Cosmos, 1980 y 1982, no tuvieron ninguna repercusión. En 1983, Ross veía cómo la FIFA elegía, de nuevo, a México para realizar el Mundial de 1986 (una Copa del Mundo inicialmente pensada para ser disputada en Colombia). Aquella decisión supuso una bofetada en la cara del dueño de la Warner que abandonaba el mecenazgo del fútbol, también empujado por una posible bancarrota.
    Steve Ross, el máximo mandatario del Cosmos y de la Warner.
    En 1984, la plantilla del Cosmos se desintegraba y se llevaba a la NASL (North American Soccer League) en su onda expansiva. Para 1985, el balón dejaba de rodar, de forma profesional, en los Estados Unidos.

    El legado de Steve Ross
    La selección norteamericana volvió a participar en una Copa del Mundo en 1990, 40 años después del histórico triunfo ante Inglaterra. El capitán de aquel equipo, Mike Windischmann, fue uno de los niños que habían ido a buscar a Franz Beckenbauer al aeropuerto años atrás, apareciendo en una de las primeras fotos que se tomaron del 'Káiser' en el aeropuerto Kennedy. Otro de los componentes de aquel equipo, John Harkes -90 veces internacional- participó en ese Mundial y en el de 1994 con el '6' a la espalda, a imagen y semejanza de Beckenbauer, al que solía ver desde su posición de recogepelotas del Cosmos.

    La idea de Ross de que el verdadero y gran mercado del fútbol estaba en Estados Unidos fue recogida por la FIFA que dio luz verde a la celebración del Mundial en 1994. Steve Ross no pudo presenciarlo, había fallecido dos años antes de ver que el ‘soccer’ volviera a reinar sobre Norteamérica.

    Poco después, en 1996 se creaba la MLS (Major League Soccer). El fútbol profesional vivía otra oportunidad para ocupar su espacio en la TV y en los tabloides deportivos con renovadas franquicias y otros mitos a los que alabar. Sólo falta el regreso del Cosmos para que el espectáculo vuelva a comenzar. 

    martes, 15 de enero de 2013

    Las primeras patadas del exótico 'soccer' en EE.UU.

    La relación de Norteamérica con el fútbol, llamado ‘soccer’ en países como Australia, Canadá, Irlanda y los propios Estados Unidos -palabra que proviene del término asociación (soc)-, es antes de lo que en Europa podamos pensar. Aunque sus primeros encuentros, del siglo XIX, no están reconocidos como oficiales, los estadounidenses dispusieron siempre de una selección, en muchas ocasiones formada por jugadores de distintas nacionalidades, que los representara y defendiera con las barras y estrellas en su camiseta.
    USA soccer logo
    Las primeras patadas al balón
    Se considera el estreno del conjunto ‘yankee’ en 1916, frente a Suecia en Estocolmo, desaprobando los enfrentamientos con Canadá de 1885. Tres años antes, en 1913, se había fundado en Nueva York la federación de fútbol, una de las primeras asociaciones en afiliarse al organismo de la FIFA.

    Curiosamente, al principio la institución incluyó el término fútbol a su denominación para posteriormente, a partir de 1944, cambiarlo por el 'soccer'. En la actualidad, se la conoce como United States Soccer Federation. Entidad que está viviendo este año su centenario.

    Momentos claves de la selección
    El combinado de EE.UU. vivió en primera persona el arranque del Mundial, Uruguay 1930, participando de manera activa y con buen resultado. Sus dos primeros enfrentamientos se saldaron con sendos 3-0, ante Paraguay y Bélgica.
    Selección de Estados Unidos en el Mundial de Uruguay (1930).
    Aquel equipo estaba formado por inmigrantes ingleses y escoceses que guiaron al equipo al tercer puesto final de la Copa del Mundo, de todos ellos destacó como primera figura un jugador norteamericano, nacido en Massachusetts, y que desarrolló su carrera deportiva en el país de las oportunidades, Bert Patenaude.

    El primer ídolo del 'soccer'
    Bert Patenaude anotó un hat-trick en el encuentro ante Paraguay. Las discrepancias sobre la autoría del segundo tanto apartaron a Patenaude de los libros de historia hasta que en 2006 la FIFA reconsideraba su postura para otorgar al jugador el mérito de ser el primero en anotar tres goles en una Copa del Mundo, dos días antes que la tripleta del argentino Stábile. Precisamente, la albiceleste fue la selección que apartaba a Estados Unidos de la final, con un contundente 6-1 en las semifinales.

    Bert Patenaude, priemr hat-trick
    Bert Patenaude, trigoleador ante Paraguay.
    Dos nuevas participaciones
    Las siguientes citas mundialistas fueron las de 1934 y 1950. La primera, una fugaz aparición en la Italia de Mussolini para caer con estrépito ante los anfitriones (7-1), lo que supuso la inmediata eliminación en un torneo con un extraño formato de duelos directos.

    La segunda en Brasil, cayendo en la primera fase por las derrotas ante España y Chile que no lograron oscurecer la brillante victoria ante una presumida Inglaterra que creía estar un peldaño por encima de sus rivales.

    El milagro de Belo Horizonte
    El combinado de EE.UU. era un grupo de jugadores semi amateur dentro de un país que todavía no había dado el salto definitivo al profesionalismo. El 'soccer' era practicado exclusivamente por ciudadanos de otros países o dentro de las instalaciones universitarias.  La derrota ante España hacía presumir una goleada ante Inglaterra, los inventores del deporte que contaban con Stanley Mathews, primer balón de oro de la historia, y Alf Ramsey como figuras.

    Pero no, Mattews no saltó al campo por decisión técnica. La superioridad técnica de los 'pross' se topó contra el guardameta y el poste en varias ocasiones marradas. Mientras que los Estados Unidos aprovechaban la suya a pocos minutos del primer tiempo. Un centro era rematado en plancha por Joe Gaetjens, haitiano de nacimiento, para poner el 1-0 que terminó siendo definitivo. Locura y confusión. Inglaterra era humillada, una circunstancia que iba a repetir nuestro combinado nacional con el mítico gol de Zarra. Los 'tres leones' perdían su condición como reyes en Brasil, en su debut mundialista.

    Joe Gaetjens, sacado a hombros en Brasil 1950.
    Las barras y estrellas dejaron de asomarse por la Copa del Mundo durante cuatro décadas, un largo desierto antes de su vuelta a escena en Italia'90, antesala de la Copa del Mundo que organizaron con notabilísimo éxito en 1994.

    El nacimiento de la liga norteamericana 
    El Mundial de 1966, celebrado precisamente en Inglaterra y con victoria de los anfitriones bajo la dirección en los banquillos de Alf Ramsey, había devuelto la ilusión a varios patrocinadores norteamericanos por recuperar la vieja idea de exportar definitivamente el concepto de una competición de 'soccer' a Norteamérica. Para ello, surgieron dos campeonatos futbolísticos: por un lado la National Professional Soccer League (NPSL) compuesta por diez franquicias, 9 norteamericanas y una canadiense, y la United Soccer Association que consistió en un torneo veraniego de exhibición.

    La 'National Professional Soccer League'
    Fue la encargada de hacer rodar el balón en aquel abril de 1967. Para lograr que la gente se enganchara al ‘soccer’ promovió el juego ofensivo con novedosas reglas, a razón de 6 puntos por victoria, 3 por empate, 0 por derrota y un punto añadido por cada gol anotado –hasta un máximo de tres por encuentro-.

    NPSL

    La liga no contaba con el apoyo de la FIFA, lo que podía acarrear sanciones a los futbolistas que la disputaran, y apenas duró un año. La temporada acabó con la victoria de Oakland Clippers y un desastre mayúsculo propiciado por las presiones comerciales que obligaban a árbitros y jugadores a parar el juego para poder intercalar anuncios. Ya que los derechos televisivos habían sido adquiridos por la CBS. Incluso algunos futbolistas fingían lesiones bajo el consentimiento de los colegiados y de la cadena que comercializaba el ruinoso estreno del profesionalismo en Estados Unidos que caminaba al margen de la ley y fuera de la lógica del juego. Dos futbolistas de nuestra Liga probaron suerte en este estrépito: Juan Santisteban y Yanko Daucik.
     
    La 'United Soccer Association'
    El segundo intento surgió casi en paralelo, para ello se realizó un torneo veraniego de exhibición en 1967 bajo el nombre de la United Soccer Association. La fórmula usada era totalmente distinta, para la primera campaña se contaba con distintos clubes profesionales europeos y sudamericanos que cambiaban su nombre y logotipo, no la equipación ni la plantilla, para adoptar los nombres de ciudades estadounidenses. Para en un segundo año ir introduciendo futbolistas norteamericanos en las franquicias creadas gracias a los clubes extranjeros.

    Estos fueron los participantes y los clubes que los representaron:
    •  Boston Rovers                                  Shamrock Rovers (Dublin-Rep. Irlanda)
    • Chicago Mustangs                             Cagliari (Italia)
    • Cleveland Stokers                             Stoke City (Inglaterra)
    • Dallas Tornado                                  Dundee United (Escocia)
    • Detroit Cougars                                Glentoran (Belfast-Irlanda del Norte)
    • Houston Stars                                   Bangu Atlético Clube (Río de Janeiro-Brasil)
    • Los Angeles Wolves                         Wolverhampton Wanderers (Inglaterra)
    • New York Skyliners                         Cerro (Montevideo-Uruguay)
    • San Francisco Golden Gate Gales    ADO (Den Haag-Países Bajos)
    • Toronto City                                    Hibernian (Edimburgo-Escocia)
    • Vancouver Royal Canadians             Sunderland (Inglaterra)
    • Washington Whips                           Aberdeen (Escocia)
    Mural conmemorativo en Belfast sobre la aventura del Glentoran como los Detroit Cougars.

    A las ciudades se le añadieron unos apodos que en algunos casos jugaban con el de los instituciones originarias. Como Boston que escogió al equipo irlandés del Shamrock Rovers cuyo trébol y color verde estaban llamados a terminar en la sede de los Celtics. Otros ejemplos son: Cleveland Stokers (Stoke City), L.A. Wolves (Wolverhampton Wanderers. conocidos como los 'Wolves') o Skyliners que guarda cierto parecido semántico con Cerro, el equipo uruguayo.

    El torneo apenas tuvo éxito y coronó como vencedor a Wolverhampton Wanderers que se deshizo del Aberdeen en la final. Es decir, Los Angeles Wolves derrotaron a Washington Whips por 6-5, tras una interminable y provechosa prórroga.

    Como detalle curioso, el Dundee United cambió oficialmente a partir de esta gira su equipación para lucir su actual color naranja tras su conversión al Dallas Tornado, una franquicia que hizo una pretemporada extenuante recorriendo todos los rincones del planeta con partidos tan diferentes y exóticos en países como: España (ante Córdoba, Alcalá de Guadaira, Coria y Real Oviedo), Marruecos (Tánger), Francia, Chipre, Turquía, Pakistán, India, Japón, Australia…


    La NPSL y la Liga USA se fusionan
    En diciembre de 1967 se tomó la determinación de juntar los dos torneos que habían surgido con el fin de unificar criterios y entidades. El nombre elegido era el de la NASL (North American Soccer League). Algunos de los 17 equipos se nutrieron de jugadores de renombre como el brasileño Vavá (que jugó en el Atlético de Madrid), el argentino Héctor Rubén Sosa (ídolo de Racing Club) o el uruguayo Cirilo Fernández (surgido del Emelec ecuatoriano) y otros futbolistas más anónimos procedentes de todos los rincones del planeta, incluyendo España.

    El nuevo torneo iba a ser disputado por 17 franquicias:
    •  9 provenientes de la antigua 'United Soccer Association': Washington Whips, Cleveland Stokers, Detroit Cougars, Boston Beacons, Los Angeles Wolves, Chicago Mustangs, Houston Stars, Vancouver Royals y Dallas Tornado.
    • 6 de la 'National Professional Soccer League', New York Generals, Toronto Falcons, Atlanta Chiefs, Oakland Clippers, St Louis Stars y Baltimore Bays.
    • A ellos se les sumaba dos equipos de reciente creación: Kansas City Spurs y San Diego Toros.
    Atlanta Chiefs
    Los norteamericanos dieron a la competición un tono propio, más ‘yankee’, acorde con la estética del resto de deportes que se practicaban en EE.UU., la numeración aparecía tanto delante como detrás o en el pantalón, con dorsales tan poco futbolísticos como el cero o el veinte que eran mantenidos para toda la campaña junto con el nombre del jugador, una medida que precisamente sería oficialmente aceptada en el Mundial de 1994.

    A ello se añadían matices diferentes a Europa como el césped artificial o la caprichosa puntuación (6 puntos por ganar, 3 por empatar y uno adicional por cada tanto anotado) heredada de la ya desaparecida NPSL.

    El sistema fue el habitual formato de las grandes ligas del país. Es decir, las 17 franquicias estaban divididas en cuatro conferencias (Atlántico, Lagos, Golfo y Pacífico). Los líderes se clasificaban para enfrentarse en una semifinal y la gran final, ambas a doble encuentro. Atlanta Chiefs se hicieron los ‘jefes’ de aquel campeonato tras derrotar en la final a San Diego Toros, bajo la dirección del galés Phil Woosnam (ex del West Ham y Aston Villa) que encarnaba la novedosa figura del entrenador-jugador.

    El peor equipo de la primera edición de la NASL fueron los Dallas Tornados, cuya fuerza se perdió en el tour mundial para ser devastado en la competición de la NASL (2 victorias en 32 encuentros y 109 goles en contra). El delantero polaco Janusz Kowalik (Chicago Mustangs), proveniente del Cracovia, fue el máximo artillero con 30 dianas.

    El futuro proyecto del Cosmos
    El 'soccer' acababa de comenzar, la década de los 70 sería la época dorada convirtiendo a los EE.UU. en una lujosa jubilación de las estrellas mundiales del fútbol europeo y sudamericano que apuraban sus últimos minutos como ídolos, llenando de brillo las franquicias de la NASL. Especialmente en Nueva York, donde se estaba gestando un lujoso proyecto que tomaría el apropiado nombre de Cosmos.

    Nota:
    Si estáis interesados en conocer más datos, equipaciones y plantillas. Está todo minuciosamente recopilado en http://www.nasljerseys.com

    miércoles, 1 de febrero de 2012

    Historia de los Mundiales: Estados Unidos (1994)

    Máximo goleador: Salenko (Rusia) y Stoitchkov (Bulgaria), 6 goles
    Sedes: San Francisco, Los Angeles., Dallas, Chicago, Detroit, Nueva York, Boston, Washington y Orlando.
    Partidos: 52
    Número de goles 141 (2.71 por encuentro)
    Número de espectadores (Media por partidos): 3.587.538 (68.991) récord

    Participantes: 24 (Europa, 13) Alemania, Bélgica, Bulgaria, España, Grecia, Italia, Noruega, Holanda, Rep. Irlanda, Rumanía, Rusia, Suecia y Suiza.
    (África, 3) Camerún, Marruecos y Nigeria
    (Asia, 2) Arabia Saudí y Corea del Sur
    (América, 6) Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, México y EE.UU

    Final del campeonato: 10-Julio-1994. Rose Bowl, (Los Angeles). Brasil 0-0 Italia (3-2 en los penaltis)

    En un intento por extender el fútbol a todos los rincones, la FIFA eligió EE. UU como sede para la edición de 1994. A pesar del escepticismo generalizado inicial, debido a la poca cultura futbolística del país, se batieron récord de asistencia de público a los estadios.

    Novedades de Estados Unidos 1994
    Entre los cambios que tuvo este Mundial, fueron:
    • En las camisetas aparecía el número por la parte delantera y el nombre del futbolista en la parte trasera. 
    • Durante la fase de grupos se otorgaban tres puntos por victoria y se podía producir dos sustituciones, más la del portero por lesión o expulsión del meta titular.
    • Una de las reglas más conflictivas y polémicas del fútbol, como es el fuera de juego, se relajaba, siendo posición ilegal sólo la del jugador o jugadores que se encontrara en la zona de acción del balón.
    • Alrededor de los banquillos se delimitaba una zona con líneas discontinuas con el nombre de área técnica, donde los seleccionadores pueden moverse libremente dando instrucciones.
    • Hablando del esférico, el nombre elegido por Adidas fue el Questra y la mascota tenía por nombre “Striker”, un perro con los colores de la bandera.
    Adidas Questra
    Adidas Questra, el protagonista de Estados Unidos 1994. Foto realizada por  RoyFocker12

    Los ausentes para la cita 'yankee'
    Tras la caída del muro de Berlín, Alemania jugaba unificada, no lo hacía desde el Mundial de 1938, y la URSS se había disgregado en múltiples repúblicas, sólo Rusia se había clasificado para esta edición.

    Los ausentes más significativos de esta Copa del Mundo fueron Uruguay, Inglaterra (que quedó detrás de Holanda y Noruega en su grupo de clasificación) y Francia.

    El éxito de Bolivia llega de la mano de un español
    El país sudamericano participaba por tercera ocasión en una Copa del Mundo. Si bien, las dos veces anteriores lo había hecho como invitada al torneo. La llegada del guipuzcoano Xabier Azkargorta al cargo de seleccionador, en 1992, condujo al país al éxito.

    El escepticismo que provocó la irrupción de un desconocido entrenador vasco en el combinado boliviano se tradujo pronto en un estallido de confianza cuando los malos resultados, como la recordada derrota ante Chile como locales, se tradujeron en históricos triunfos, como la goleada 1-7 ante Venezuela o la victoria, igualmente memorable, frente a Brasil por 2-0.

    El fracaso estrepitoso de los 'bleus'
    El descalabro de los galos fue mayúsculo. Con jugadores de la talla de Cantoná, Ginolá, Deschamps, Papin y Desailly, caminaban como líderes de su grupo en la fase de clasificación europea para el Mundial, por delante de Suecia y Bulgaria. Matemáticamente necesitaban un punto de los dos últimos partidos, ambos en casa, para ser uno de los 24 participantes de la Copa del Mundo. Una tarea, a priori, sencilla.

    El primero fue ante Israel, con la confianza del 0-4 endosado en la ida, pero los hebreos se adelantaron. El asedio galo veía incapaz de doblegar el muro defensivo, donde los balones se estrellaban. Sauzee abría la lata y Ginola con un golazo parecía sentenciar el pase, pero en el los minutos finales Israel hacía saltar la sorpresa, empatando Berkovich en el 83’ y marcando Atar, en el descuento del partido. El 2-3 final obligaba a puntuar ante Bulgaria.

    Francia-Bulgaria 1993
    Francia y Bulgaria, suenan los himnos en el Parque de los Príncipes.
    El 17 de noviembre de 1993, en el mismo escenario del Parque los Príncipes, tenían la oportunidad los ‘bleus’ de enmendar el error, pero en vez de hacerlo, terminaron repitiéndolo. Los actores eran otros, aunque también vistieran de blanco, pero el guión fue parecido: al tanto anotado por Cantoná, le sucedió el empate de Kostadinov. Y cuando el partido agonizaba, se vivió un deja-vu en el momento que Kostadinov anotaba en las postrimerías del encuentro.

    Suecia y Bulgaria se clasificaban, dejando fuera a Francia. Curiosamente ambos países protagonizaron un gran campeonato.

    Primera Fase: Se repetía el mismo formato que en la edición anterior. Es decir, dos clasificados por grupo y los cuatro mejores terceros.

    El grupo A parecía ser el más impredecible, y así fue. Rumanía terminó como líder, acompañada por Suiza y la anfitriona, Colombia era la damnificada. Estados Unidos pasaba como uno de los mejores terceros.

    Los ‘cafeteros’ no pudieron repetir el éxito del anterior campeonato, a pesar de haber llegado con la moral muy alta tras el histórico triunfo que infligieron a Argentina, venciendo por 0-5 en el Monumental de River.

    Colombia sufrió un dolor mayor cuando a volver a casa fue asesinado el defensa central Escobar, que había sido el triste protagonista del encuentro ante Estados Unidos al haber anotado un gol en propia meta. El alegre fútbol de una gran generación de jugadores colombianos ponía fin a la aventura mundialista con un triste desenlace.

    El grupo B deparaba récords y datos curiosos, Brasil y Suecia pasaban de fase dejando a otra de las sensaciones de Italia’90 en el camino: Camerún. La gran incógnita, que era Rusia, sólo sacó su clase cuando todo estaba perdido, ofreciendo un histórico partido ante los africanos en el que el ariete Salenko, que militaba en el Logroñés, anotó 5 tantos, y Milla, con 42 años, también tuvo su cita con el gol, siendo el jugador de más edad en marcar en un Mundial.

    En el grupo C, la R.F.A. y España eran las selecciones clasificadas, la Bolivia de Etcheverry y Edwin Sánchez, dirigidos por Azkargota cerraba el cuarteto, por detrás de Corea del Sur.
    El choque para dilucidar el primer puesto, entre españoles y germanos se saldó con empate.

    La composición del grupo D estuvo marcada por el positivo de Maradona, que dejó huérfana a la albiceleste. Argentina acababa tercera, empatada a puntos con Bulgaria y Nigeria, que contaba con un interesante plantel con futbolistas como Finidi, Yekini, Amunike, Oliseh y Amokachi.

    El grupo E se convertía en el más competido e igualado, todas las selecciones terminaron la última jornada con los mismos puntos y la misma diferencia de goles, por lo que México terminó como líder por haber marcado 3 tantos, seguido de Irlanda e Italia, cuyo partido celebrado en Giants Stadium dividió la metrópoli y llenó el estadio de neoyorkinos con antepasados europeos. Noruega fue la selección perjudicada por el cuádruple empate, teniendo que hacer las maletas. Italia iniciaba su andadura mundialista como en 1982, pasando de ronda por el mayor número de goles anotados.

    El grupo F registraba otro triple empate, inesperado, con Holanda, seguido de la sorprendente Arabia Saudí y Bélgica que cerraba la terna. Los árabes contaban con el excéntrico, pero genial, míster argentino, Jorge Solari y un ariete que había tenido el oficioso título de haber sido el máximo goleador del año 1993, Owairan.
    Estados Unidos 1994
     Octavos de final

    •  R.F.A. 3-2 Bélgica
      El saber hacer de la pareja de delanteros teutones, Rudi Völler y Jürgen Klinsmann, fue suficiente para doblegar una gran generación de ‘diablos rojos’, con Preud'homme y Scifo como hombres más relevantes.
    • España 3-0 Suiza
      Clemente había dado a la selección española cierto equilibrio defensivo que carecía en el pasado, con centrales como Nadal y Alkorta que se apoyaban en un medio del campo rocoso y con músculo, con Hierro al frente. Guardiola ponía la circulación y siempre estaban en la recámara la imaginación aportada por Caminero o Julen Guerrero. Si el partido necesitaba velocidad estaba Luis Enrique y Goiko. En la delantera es donde existían menos opciones, con Julio Salinas como punta nato y el siempre oportuno Bakero.

      El enfrentamiento contra los helvéticos fue cómodo, gracias a la aciaga tarde que vivió Chapuisat, el gran peligro ofensivo de los suizos, y el buen juego de la selección. España, aupada por el éxito del oro olímpico de Barcelona’92 y tras haber dejado atrás en la fase de clasificación a los vigentes campeones de Europa, Dinamarca, parecía aspirar a cotas mayores.
    • Suecia 3-1 Arabia Saudí
      La cenicienta del torneo terminaba su cuento ante los escandinavos, que pasaban a ser una de las revelaciones del torneo. El ataque sueco funcionaba y sus nombres estaban en boca de todos: Dahlin, Brolin, Kenneth Andersson y un jovencísimo Larsson que esperaba su oportunidad.
    • Rumanía 3-2 Argentina
      La albiceleste no podía contar con Maradona, pero aquel día su alter ego apareció, con el '10' a la espalda y con camiseta amarilla: Gica Hagi. Aquel jugador que había mostrado gotas de calidad en el Real Madrid, con una dotada y precisa zurda que le valió el sobrenombre del 'Maradona de los Cárpatos', encontró como Diego un Campeonato en el que reivindicarse. Escoltado por una buena hornada de jugadores como Belodedici, Lupescu, Munteanu, Petrescu o Raduciou, habían convertido la anarquía del fútbol rumano en un juego de toque que pasaba siempre por el pie de Gica.

      Enfrente estaba una selección herida, sin ángel, que había ido de más a menos y que había perdido a su brújula. Los Redondo, Simeone, Balbo, ‘burrito’ Ortega, Sensini, Ruggeri y Batistuta, cayeron con honor en uno de los mejores partidos de esta edición de 1994.
      Rumanía 1994
      Selección de Rumanía en la edición de la Copa del Mundo de 1994.
    • Países Bajos 2-0 República de Irlanda
      Bergkamp lideró a los tulipanes, su aportación a este equipo era esencial. Es a partir de este campeonato cuando el jugador intensificó su miedo a volar, debido a un accidentado viaje en el que se juntaron varias situaciones: una amenaza de bomba y una posterior entrada de la aeronave dentro de una bolsa de aire, que provocó la caída libre del aparato durante un lapso de tiempo.
      Del grupo que había conseguido el mayor éxito del país, la Euro de 1988, quedaban en el once: Rijkaard, Wouters y Ronald Koeman.

      La República de Irlanda, en su segunda participación mundialista, se quedó a un paso de repetir la hazaña de llegar a los cuartos de final. Destacó Houghton, escocés de nacimiento, artífice de la venganza de los verdes sobre Italia en la fase previa.
      Camiseta de Irlanda en Estados Unidos
    • Brasil 1-0 Estados Unidos
      El anfitrión contra el equipo más laureado del balompié, en el día de la independencia norteamericana, el 4 de julio. El guión no podía haber estado escrito mejor. Además, Brasil se quedó con 10 hombres por expulsión de Leonardo, lo que igualó el choque.

      Brasil había apostado también, como España, por un fútbol más físico, con un centro del campo de mucho trabajo con Mazinho, Mauro Silva y Dunga. Romario y Bebeto ponían la magia en el ataque. Precisamente una jugada de ambos fue la que decidió el enfrentamiento. Con esta victoria, Brasil pasaba a ser el único representante del continente americano.
    • Italia 2-1 Nigeria
      Arrigo Sacchi había hecho historia con el Milan. Su capacidad para reducir los espacios, colocando la línea de fuera de juego muy arriba y la gran presión a la que sometía a los rivales, había revolucionado los planteamientos tácticos. La empresa que tenía no era fácil, coronar a Italia como campeón del Mundo. Curiosamente, uno de los jugadores con los que no contaba al principio, Roberto Baggio, se convirtió en el futbolista que mejor interpretaba el juego ofensivo.

      El partido ante Nigeria se les puso cuesta arriba, un córner mal defendido y con jugadores abandonando sus marcas para dejar posición antirreglamentaria al rival, habilitaron a Amunike que anotaba. En los último minutos, con un hombre menos -tras expulsión de Zola-, Roberto Baggio ajustaba un balón al palo. En la prórroga, el oficio italiano permitió plantear mejor el tiempo suplementario que los africanos, y de penalti, Baggio lograba el pase a cuartos de final.
    • Bulgaria 1-1 México
      La velocidad de Stoitckov rompió la lenta defensa mexicana en los primeros minutos. García Aspe, con ese particular estilo de ejecución, empataba para los aztecas desde los 11 metros. Y precisamente fueron los penaltis los que decidieron la clasificación. En la tanda, México falló sus tres primeros lanzamientos, lo que condicionó sus posibilidades de superar los octavos de final. Que se iba a convertir en una maldición, ya que a partir de esta edición nunca superarían esta fase.

      Como anécdota, resaltar que se cambió una de las porterías, ya que se rompió una de las barras de sujeción. Extendiéndose el primer tiempo siete minutos más.

    Cuartos de final 
    • Italia 2-1 España
      Dino Baggio adelantó a Italia en el marcador, Caminero empató y España jugaba mejor. En los minutos finales el otro Baggio, Roberto, anotaba tras un contraataque mal defendido. Pero si por algo es recordado este encuentro es por el mano a mano que tuvo Julio Salinas y por el codazo de Tasotti a Luis Enrique, que rompió la nariz al asturiano y el corazón a los españoles. Una agresión que hubiera supuesto la expulsión y un penalti a favor de los nuestros. La selección comenzaba con Sandro Puhl, una extraña y nociva relación con el gremio arbitral en los Mundiales.
    • Brasil 3-2 Países Bajos
      Ambas selecciones disputaron el duelo de cuartos con sus segundas equipaciones, norma habitual en esta edición.
      Tras unos primeros 45’ sin goles, en la reanudación comenzó el vendaval de buen juego y oportunidades. La temible pareja de la canarinha siguió su extraordinario idilio con la portería rival, primero fue Romario y después Bebeto, con dedicatoria a su hijo que había nacido dos días antes, celebración que marcó una tendencia a partir de entonces.

      Bergkamp, con su habitual clase y sutileza, y Winter, de cabeza, aplazaron la fiesta brasileña durante unos minutos, hasta que Branco lanzó uno de sus famosos misiles de falta directa. Brasil caminaba firme hacia el título.
      Bebeto, Romario, Mauro Silva, Estados Unidos 1994
    • Bulgaria 2-1 Alemania
      Los búlgaros no eran una sorpresa, eran una realidad, se trataba de la mejor generación de jugadores del país, con futbolistas importantes en todas sus líneas. Desde la portería con Mihailov, pasando por la defensa con Ivanov, un medio del campo con Letchkov y Balakov y arriba dinamita pura con Kostadinov, Sirakov y Stoitchkov.

      Como la mayoría de equipos del este europeo, mucha magia en sus botas que cuando dejan atrás la anarquía colectiva, son capaces de alcanzar cualquier tipo de cota. Matthaus adelantó a los germanos, de dudoso penalti, al igual que la falta que dio el empate, obra de un genial Hristo Stoitchkov que se licenció tras unas brillantes campañas en la Liga española como jugador culé. Más tarde, fue la calva de Letchkov la que sirvió de superficie para impactar un extraordinario testarazo, dando una histórica clasificación a Bulgaria.
    • Suecia 2-2 Rumanía
      Eran las dos escuadras, junto a Bulgaria, que habían revolucionado el torneo, y este duelo de cuartos no fue una excepción. Los goles se hicieron de rogar, el primero vino de la imaginación de Brolin que ya había puesto en práctica dicha acción con su club, el Parma. El míster sueco quiso que la tuvieran como alternativa, para una falta en la frontal. La jugada permitía, tras varios amagues, poner el balón raso dentro del área, en lugar de colgarlo, para de primeras tocarla al centro donde cualquier pierna impactaría. Brolin vio hueco en la portería y terminó antes la jugada.
      El empate vino de un libre directo y del pánico que suponía ver a Hagi de lanzador. La nutrida barrera escandinava blocó el balón con tal mala fortuna que llegó a una zona despejada donde Raduciou mandó el cuero a las mallas. La prórroga trajo otros dos tantos, para los rumanos fue obra de Raduciou, quien aprovechaba otro rechace de la defensa sueca para disparar desde fuera del área. Todo se ponía en contra de los nórdicos, el calor apretaba, el reloj corría en contra y el equipo se quedaba con 10.  
      Entonces, emergió Kennet Andersson entre las alturas, sostenido por las valquirias para saltar más alto que nadie y mandar al partido a la suerte de los penaltis. Fieles a la igualdad que habían mantenido, se llegó a la muerte súbita en la tanda. La responsabilidad recayó en un joven con trenzas, con apariencia de surfero, Henrik Larsson, quién marcaba y empezaba a escribir el primer capítulo de su exitosa carrera. El turno era para Rumanía, Belodedici, forjado en mil batallas y con dos Copas de Europas a sus espaldas  -Steaua y Estrella Roja- parecía una apuesta segura, pero Ravelli intuyó el lanzamiento. Suecia entraba en el valhalla. 
      Suecia, Estado Unidos 1994
      La selcción sueca saluda al público tras eliminar a Rumanía.
    Semifinales 
    • Italia 2-1 Bulgaria Las estrellas del fútbol tienen que consagrarse con sus clubes y con la selección, y aparecer en los momentos claves. Roberto Baggio lo volvió a hacer, siguió con su papel estelar y anotó los dos goles con los que la selección azzura se adelantó en el electrónico del Gaints Stadium. Bulgaria se fue quitando de la presión del partido y del rival para empatar de penalti antes del descanso, Stoitchkov lo ejecutó, consiguiendo el sexto tanto del campeonato. Bulgaria, antes de este Mundial, no había ganado ningún partido de la Copa del Mundo, tras esta edición se convertía en una de las revelaciones de la edición.  
    • Brasil 1-0 Suecia Se repetía el partido de la primera fase, que terminó en empate. En esta ocasión el duelo entre ambos suponía un pase a la final, un partido tan histórico como el que decidió el campeonato de 1958, ahora no estaba Pelé en la canarinha y los escandinavos no se veían tan inferiores, pero sí más cansados. 
    Cuando Suecia había perdido definitivamente el respecto a los brasileños, llegó la expulsión de Thern, por roja directa, amparándose en la nueva norma de castigar todo juego brusco. Romario, aquel jugador que parecía venir de los dibujos animados, rápido, endiablado e inteligente, picó un balón que venía desde la derecha para batir a Ravelli, 1-0. Suecia se resarciría ganando a Bulgaria por un contundente 4-0, en el enfrentamiento para decidir la medalla de bronce.
    Final       
    Brasil 0-0 Italia  El tetracampeonato estaba en juego, era la final deseada por muchos. El vencedor se convertiría en el único país con 4 mundiales, con la hegemonía del fútbol mundial. El pasto del Rose Bowl de Pasadena era el escenario, el mismo lugar donde el capitán Dunga había perdido 10 años antes la oportunidad de colgarse el oro olímpico.

    Brasil-Italia, 1994
    Baresi y Dunga, los capitanes de Italia y Brasil en la final de 1994. 
    El partido no se pareció a la mitificada final de 1970, sólo las camisetas recordaban que Italia y Brasil medían sus fuerzas sobre la cancha. El respeto y el cansancio llevaron al partido al tiempo extra, como en 1934 y en 1966, con la diferencia de que el gol se ausentaba en esta edición por primera vez en una final de los Mundiales. El fútbol fue cruel con Roberto Baggio y benévolo con Dunga. El brasileño anotó el cuarto lanzamiento, obligando a Italia a marcar en su quinto disparo. Pero Roberto lo mandó a las nubes. A pesar de su extraordinario campeonato, este error persiguió a Baggio el resto de su carrera deportiva, ‘Il Divino’ era terrenal y los dioses del fútbol injustos con él.

    Casco utilizado por Senna con los colores de Brasil, foto cedida por wikipedia.

    El fallecimiento del piloto brasileño Ayrton Senna en Ímola -GP de San Marino-, apenas unos meses antes, estaban presentes tanto en la afición de la 'verdeamarela' como en los integrantes del equipo nacional. En su memoria se dedicó el triunfo.

    Estados Unidos 1994
    1. Brasil
    2. Italia
    3. Suecia
    4. Bulgaria

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