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sábado, 16 de marzo de 2024

Don Johnson y Mickey Rourke en un western 2.0: 'Harley Davidson and the Marlboro Man'

 En esta ocasión nos hemos juntado una semana más en el podcast de cine 'Butaca y Butacón', junto a Borja García Tejero, Nicolás Garrido, Óscar Navarro y Javier Iribarren, para hablar en esta ocasión de 'Dos duros sobre ruedas', de 1991, o 'Harley Davidson and the Marlboro Man' como dice el título original. Un western de moteros protagonizado por dos actores que fueron y eran un par de 'sex-symbols'. 

SINOPSIS

'Harley Davidson and the Marlboro Man' es una película estadounidense de 1991 protagonizada por Mickey Rourke y Don Johnson, con un reparto secundario que incluye a Chelsea Field, Tom Sizemore, Daniel Baldwin, Giancarlo Esposito y Vanessa Williams, quien también contribuye a la banda sonora de la película. Está dirigida por el australiano Simon Wincer a partir de un guion de Don Michael Paul.

 

PRESUPUESTO

La película fue un fracaso crítico y financiero, recaudando 7 millones de dólares en la taquilla nacional, frente a un presupuesto estimado de 23 millones de dólares.

 

LA BSO 

La Banda Sonora de esta película cuenta con Bon Jovi al frente y su tema más 'country', Wanted Dead Or Alive, que serviría de base para su siguiente BSO ya en solitario y ambientada en una película western, como 'Arma Joven 2', también tenemos a la citada Vanessa Williams, alguna banda australiana, dada la nacionalidad del director, y a los angelinos L.A. Guns, que en ese mismo 1991 iban a tener un repunte al aparecer en la banda sonora de 'Point Break' de mano de la directora Kathryn Bigelow.

La parte sinfónica de la película, el 'score', corre a cargo del gran compositor americano, pero con raíces griegas, Basil Poledouris, quien ya tenía una fama contrastada por poner la melodía a películas como Conan o Robocop. 

CURIOSIDADES

Mickey Rourke estaba en aquel año, 1991, iniciando su carrera como boxeador profesional de tres años de margen, la cual tendría 8 combates de duración, con 6 victorias -5 de ellas por KO- y dos derrotas como bagaje, (6-0-2, 5 KOs), incluyendo una pelea en el Palacio de los Deportes de Oviedo con las cámaras de Tele 5 y media España como testigo.

'Butaca y Butacón' es un programa cinematográfico de http://La-Fm.es que ha recibido el premio #ASECAN2021. 

 'Disparatado Treintañero' es el espacio cinematográfico de Nicolás G.M., tanto en su blog personal como en este podcast.

lunes, 8 de julio de 2019

Bon Jovi usa viejas canciones para seguir enamorando a Madrid

La carrera musical de Jon Bongiovi nunca habría tenido el mismo desenlace sin la aportación de cuatro grandes músicos, dos de los cuales -el teclista David Bryan y el baterista Tico Torres- todavía siguen siendo parte de la formación de la banda desde 1981. Las cuerdas es donde la formación ha experimentado más cambios en estos años: primero fue el bajista Alec John Such, desde 1994, y más tarde el carismático guitarrista Richie Sambora, tras abandonar el grupo en 2013 por decisión personal. A ellos también habría que añadir el breve paso de Dave Sabo, posteriormente fundador de Skid Row. Otro de los elementos claves del rock de New Jersey, siempre bajo la sombra musical del gran Bruce Springsteen.

Los dos primeros discos de Bon Jovi -dando un nombre más comercial al apellido del cantante- estaban más marcados por el peso del teclado y la excesiva velocidad en la producción. El éxito rotundo para el grupo estadounidense llegaba con el tercer y cuarto trabajo, caracterizados por el sonido de las guitarras de Sambora y un estilo musical más variado, desde el hard rock más ochentero al country -que le serviría después a Jon para interpretar la BSO de la película Arma Joven II. Un western moderno que demandaba melodías más actuales para seducir a otras generaciones-.

Los álbumes 'Slippery When Wet' y 'New Jersey' elevaron muy alto el listón musical al quinteto, tanto en crítica como en ventas, rozando los 50 millones de discos. Son dos obras indispensables para entender el auge en popularidad del rock de finales de siglo XX. Lo que explica que Bon Jovi fuera un pionero en cruzar el telón de acero y encabezar un concierto de vanguardia de la URSS, además de liderar un cartel del Monster Of Rock de 1987, incluso por delante de W.A.S.P. y Metallica.


Las fronteras musicales también se derribaban con 'Keep The Faith' en 1992, en lo que fue el último gran impacto en ventas. Posteriormente 'These Days' suponían en 1995 un pequeño giro musical que fue bien recibido por el público y la prensa especializada, por oscurecer algo el sonido y otorgarle una madurez al trabajo. El último halo de esperanza a una gran carrera que amenazaba con difuminarse entre temas intrascendentes y canciones lentas sin sustancia.

Desde 2000 la producción discográfica ha continuado, sin la brillantez del pasado ni la magia del principio, pese a algún interesante fogonazo. Además de no contar ya con la guitarra de Richie Sambora. Ahora regresaban a Madrid con el reciente 'This House Is Not For Sale'. tras dejar huella en 2013 con un concierto en el que rebajaron el precio de las entradas por la situación económica del país.

Bon Jovi en el Wanda Metropolitano de Madrid, 7 de julio de 2019

Con una extraordinaria puntualidad, casi británica, el combo estadounidense salía ante un público mayoritariamente femenino que llenaba el coliseo rojiblanco -aproximadamente 50.000 personas-, bajo un escenario formado por varios paneles gigantescos que permitía mostrar las evoluciones de los músicos sobre el escenario. Un muro luminoso que acapararía la mirada de todos durante las siguientes dos horas y media.

Bon Jovi, Madrid, 2019, This House Is Not For Sale,

Arrancaron con el tema que da nombre al último disco, This House Is Not For Sale, para después hilar tres clásicos de golpe -Raise Your Hands, You Give Love A Bad Name y Born To Be My Baby-. . Y es que la noche pedía más temas antiguos que nuevos. Una noche para pocos experimentos y ofrecer las fórmulas que funcionan y han funcionado.

Por mucho que pases los años, la música de Bon Jovi de la década de los 80 y 90 sigue teniendo magnetismo, tanto como su cantante, quien no dejaba de brincar y sonreír al público, rendido ante uno de los grandes sex-symbols del mundo del rock, quien no ha perdido ni una pizca de su atractivo, ni siquiera de su forma física. Un estado envidiable que también parecen compartir, a su manera, David Bryan y Tico Torres.

Bon Jovi, Madrid, 2019, This House Is Not For Sale,

Uno de los grandes peros del concierto fue la acústica del recinto, además de la dificultad de Jon para llegar a ciertas notas más exigentes -todo ello con la lupa encima suya tras la polémica sobre el uso de playback en esta gira-. Por otro lado, el resto de miembros del grupo permanecían en un discretísimo segundo plano, exceptuando a David Bryan. Algunos de ellos en sus grises, y prácticos, papeles de músicos de estudio a los que cuesta cuajar en directo, porque no hay que olvidarse que sustituir a Sambora y hacer sombra a Jon Bon Jovi es complicado en todos los aspectos.

Amen y Bed Of Roses, con estribillos en español, fueron las baladas marca de la casa escogidas para la ocasión, para acaramelar a un público que lleva tiempo enamorado de su figura, y que sirvió de preámbulo para mostrar nuevos temas que pronto eran devorados por viejos himnos.


Los seis últimos temas no se movieron de la década dorada del grupo, de los 80 y 90, de la época que el público mayoritariamente quería escuchar. Desde Wanted Dead Or Alive hasta Bad Medicine. Justo la medicina que reclamaba la afición madrileña que rebosaba el estadio y no dejaba de cantar o corear, especialmente cuando I'll Be There For You y Livin' On Prayer terminaron por coronar una gran noche de viejas canciones y músicos que parecen ser conservados en formol, aunque la voz y las canas evidencien que los años pasan incluso para las grandes estrellas del rock.

lunes, 28 de mayo de 2018

La juventud nunca dejará de ser salvaje con Skid Row

Skid Row fue uno de los últimos grupos en tomar la buena ola musical del rock duro en la década de los 80 y 90, cuando el rock movía a las masas y cada poco tiempo se fraguaba una estrella dispuesta a conquistar el planeta. El grupo nació en el momento y lugar adecuado, en la New Jersey que había vuelto internacional Bruce Springsteen, al abrigo de otro de los talentos musicales de la ciudad, Jon Bon Jovi.

Skid Row fue fundado en 1986 por Dave Sabo, quien incluso llegó a ser el primer guitarrista del grupo Bon Jovi antes de la llegada de Richie Sambora, y el bajista Rachel Bolan, para más tarde sumar al proyecto al batería Rob Affuso y al guitarrista Scotti Hill, el joven cantante Sebastian Bach completaba el póker de miembros reclutados.

La formación debutó en 1989 con un disco de título homónimo que resultó un abrumador éxito de ventas y su lanzamiento directo al Olimpo debido al éxito de sus singles y de sus poderosas baladas, que pasaban a convertirse en himnos del hard-rock y el heavy-metal de finales de los 80, con un sonido que podría ser un cruce entre Poison, Mötley Crüe y Guns N' Roses.

Skid Row, logo, band, logos, grupo, heavy, hard-rock, New Jersey,

La gira conjunta entre Bon Jovi y Skid Row en 1989 deterioró la amistad del grupo con Jon Bon Jovi y Richie Sambora, quienes recientemente también rompieron los lazos, y la relación profesional, donde incluso se reclamaba dinero por los derechos de autor en el álbum de debut de Skid Row. Todo ello precedió a la publicación de 'Slave To The Grind' (1991), que suponía la confirmación absoluta de este diamante, de este grupo de chicos de barrio capaces de componer grandiosos temas e interpretarlos con un cantante con sobresaliente magnetismo, tanto por su característico timbre de voz como por su angelical aspecto, convirtiéndose en un icono sexual que rivalizaba con el mismísimo Bon Jovi por conquistar al público femenino.

La apuesta de Skid Row de clásico hard-rock ochentero llegaba justo a tiempo del cambio que estaba por venir, de la influencia que el grunge iba a realizar sobre la música más dura, oscureciendo los sonidos y volviéndolos más crudos y directos. Incluso Skid Row se sumaba a esta revolución con el infravalorado 'Subhuman Race' (1995), capaz de mezclar el heavy, el metal alternativo y el grunge que practicaban Alice In Chains y Soundgarden con un producción que buscaba un sonido tosco, casi recién sacado del garaje.

Este tercer disco era el final discográfico de la formación clásica. El inicio del divorcio con Sebastian Bach, expulsado de la banda por disparidad creativa, y quien comenzaba una interesante carrera profesional, alternando la música con el teatro en Broadway, el cine o la TV.

La ausencia de Sebastian Bach no impedía que ni el cantante canadiense ni el resto de Skid Row, quienes han usado hasta el momento a tres sustitutos al micrófono y dos discos más de larga duración -2003 y 2006- además de varios E.P. , siguieran interpretando sus viejas canciones o realizaran giras, como este tour denominado 'United World Rebellion', con Sabo, Nolan, Hill todavía en la carretera, sin Affuso ni Bach, pero con el sudafricano ZP Theart como nuevo miembro y nueva voz.




Skid Row y Double Crush Syndrome en la Sala Mon de Madrid, 28 de mayo de 2018

Las puertas de la Sala Mon, antigua Penélope, se abrieron con exquisita puntualidad para degustar a uno de los principales exponentes del rock de los ochenta y noventa. Antes de que Skid Row resucitaran sus antiguos himnos sobre el escenario del local madrileño, los alemanes Double Crush Syndrome movilizaron al personal con notable éxito, a base de una buena dosis de rock impregnado de punk y de un saber hacer encima de las tablas, ejerciendo el papel de perfecto anfitrión. Uno de los tatuajes que lucía el cantante germano en su costado decía 'Youth Gone Wild', explicando la pasión compartida que tenía este trío alemán y el público español por el combo de New Jersey.

Double Crush Syndrome, 2018, Skid Row, Sala Mon, Madrid,

Skid Row arrancaba con algo de retraso y tras los acordes del Blitzkrieg Bop, obra de sus vecinos en la 'Gran Manzana' y grandes referentes musicales del quinteto. Y no sería el único guiño de los Skids a los Ramones en una noche donde los norteamericanos comenzaban con un ritmo endiablado, dejando caer un tema tras otro de su etapa más clásica, de los dos primeros álbumes, con la única excepción del We Are The Damned, la única obra dentro del muevo milenio que entraba en la lista de elegidas.



El sonido de la sala fue el gran contratiempo al que se tuvo que enfrentar la banda estadounidense en la primera media hora, dado que el repertorio funcionaba a las mil maravillas por interpretar los temas más famosos del grupo, casi a modo de grandes éxitos, a excepción de dos imperdonables olvidos con In A Darkened Room y Wasted Time. Pero la cita estaba más para agradecer que para exigir, y por ello todos mostraron sus mejores caras, especialmente Dave Sabo y el cantante Zp Theart, el cual tenía la difícil papeleta de luchar con la eterna sombra de Sebastian Bach, cuya voz siempre será el listón que se marque a cualquiera que pretenda llevar el micrófono de los 'Skids'.

Skid Row, Dave Sabo, ZP Theart, Madrid, 2018, Sala Mon,
Dave Sabo (izquierda) y Zp Theart al micrófono (derecha).

A medida que se fueron solucionando los problemas con el volumen de la voz de Zp Theart, y que las canciones más aclamadas iban asomando, como las brillantes 18 & Life y Quicksand Jesus, incluyendo ambas una introducción acústica por parte de Sabo, la temperatura del concierto iba también creciendo, provocando una unión más estrecha entre la audiencia y el grupo.

Como buenos conocedores del mundo del espectáculo, Skid Row fue dejando para el final lo más granado de su cosecha, precediendo a este momento con una versión más larga del Monkey Business, donde las guitarras de Sabo y Hill mantuvieron un improvisada dueto a través de las seis cuerdas.

Dave Sabo, Scotti Hill, Skid Row, Madrid, 2018,
Dave Sabo y Scotti Hill deleitando con sus guitarras.
La nota romántica de la noche la puso I Remember You, con esa crónica rosa de un amor pasado veraniego que todos hemos vivido, breve pero intenso, y con sabor a arena y agua salada, pero siempre dejando huella, como este tema.

Mientras que el lado emotivo fue la conversación que mantuvieron Sabo y Theart, principalmente, con una niña de 11 años, presente en el concierto junto a sus familiares, y a la cual invitaron a participar con el quinteto el célebre himno que, hoy más que nunca, tomaba sentido, porque el Youth Gone Wild representaba a un grupo de veinteañeros que ahora han dejando atrás su juventud y su lado más salvaje, al igual que mayoritariamente su público ha alcanzado la madurez dejando atrás una inocencia que quedaba perfectamente reflejada por esta chica, quien parece haber heredado la pasión por el rock y por unos viejos himnos de los noventa que se resisten a ser olvidados, si las nuevas generaciones los abrazan.

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