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viernes, 4 de diciembre de 2015

Rock y fútbol: Las pasiones futbolísticas de los músicos

El rock y el fútbol son dos tipos de entretenimientos que mueven grandes masas de público y que no solo coinciden cuando comparten un mismo espacio, como las veces que se usa un estadio como recinto, sino también cuando algún deportista declara su pasión por algún grupo o cuando algún músico muestra su amor por unos colores.

Terry Butcher, David De Gea, Slaven Bilic, Daniel Agger, Germán Burgos, Tomáš Rosický o Petr Cech son algunos de los jugadores con gustos rockeros, también palpable era la devoción del alcalaíno Manolo Alfaro, el cual mostraba una camiseta de AC/DC cuando marcaba para el Hércules o el argentino Dario Dubois, quien salía con la cara pintada al césped como un cantante de black metal.

Reconocer ciertos amores futbolísticos es complicado porque puede hacer perder seguidores, por eso no siempre es fácil mostrar públicamente los gustos. Estos son los 'valientes' que se enfundaron la camiseta de su querido club.

Rock, gol, fútbol, guitarra,
El bajista de la banda inglesa de heavy metal jugó en las divisiones inferiores del conjunto londinense. Los colores granates y celestes de los 'hammers' son habituales en la indumentaria de Harris, así como distintos homenajes en cada disco, en especial el álbum 'Virtual XI', donde aparecían entremezclados los componentes del grupo en una foto junto a la plantilla del equipo o en la portada del 'Somewhere In Time', en la cual el West Ham United se imponía al Arsenal en una imaginada goleada futura ante uno de sus rivales en la capital.

    Elton John además de ser aficionado del modesto Watford inglés, se convirtió en presidente de la institución, logrando que pasaran de disputar la cuarta división a ser equipo de Primera y plantarse en una final de F.A. Cup. En su honor, uno de los graderíos del estadio Vicarage Road lleva su nombre.
    Al igual que Iron Maiden, los Sabbath son otro de los referentes de la historia del heavy metal. El histórico grupo surgido en Birmingham tiene a Ozzy Osbourne como uno de sus miembros más distinguidos y al ex bajista Geezer Butler, también natural de Birmingham, como dos de los más reconocidos seguidores de los 'villanos'.

    •  AC/DC, entre Newcastle y Rangers
    El combo australiano tiene disparidad en cuanto a gustos futbolísticos. Por un lado, Brian Johnson, que reemplazó al difunto Bon Scott al micrófono, profesa su admiración por el Newcastle, mientras que los hermanos Young, Angus y Malcom, se decantan por su ascendencia y escocesa y de ahí su nexo con el Rangers de Glasgow.

    El líder de la formación de hard rock The Cult reconoció en una entrevista su simpatía por los 'toffees', aunque especificó que no es un gran fanático ni al Everton ni al fútbol.

    •  The Beatles y el fútbol
    De todos los miembros de los Beatles, Paul fue el único que mostró más claramente su inclinación hacia los tonos azules que a los rojos dentro de esa amistosa rivalidad que divide la ciudad de Liverpool.

    WBA, West Bromwich Albion,Si bien, John Lennon hizo que un dibujo suyo hecho con once años sobre el único gol de la final de F.A. Cup entre Newcastle y Arsenal de 1952 se convirtiera en parte de la portada del 'Wall And Bridges' (1974).

    El guitarrista y cantautor inglés con pasado en formaciones como Yardbirds y Cream apareció en la contraportada de 'Backless' con una bufanda del WBA.

    Wolverhampton, Wolves,Otro mito eterno del rock, como Robert Plant, voz de Led Zeppelin es hincha del Wolverhampton, uno de los acérrimos rivales del West Bromwich Albion.

    • Deep Purple, entre QPR y Arsenal
    Hablando de leyendas del metal, hay que mencionar a Deep Purple y a dos de sus grandes pilares, Roger Glover e Ian Gillan, quienes difieren sus funciones en la banda y en sus clubes de fútbol, siendo Arsenal y QPR sus respectivos amores.

    • Who, Pink Floyd y Rolling Stones, unidos por los cañones del Arsenal
    Roger Daltrey, de los Who, junto a David Gilmour -Pink Floyd- y Roger Waters, antiguo componente de los Pink Floyd, comparten, además de un lugar en el Olimpo del rock, los colores rojiblancos del Arsenal. A ellos se suma otra leyenda de la música como Mick Jagger, habitual en el Emirates cuando las giras interminables de los Rolling Stones se lo permite.

    El fútbol para Pink Floyd ocupa un lugar tan importante como para Iron Maiden y es que ambas formaciones coinciden en su fervor por el balón y el placer de disputar partidos durante sus respectivas giras.

    •  Pete Doherty, QPR
    El 'enfant terrible' de la música británica tiene entre otras adicciones la de la equipación blanquiazul del QPR londinense. El fundador del combo indie The Libertines incluso llegó a dedicar un tema al delantero Charlie Austin.

    • Def Leppard, en la cuna del fútbol
    El quinteto no tiene unanimidad a la hora de enfundarse la bufanda del equipo. Se debaten entre dos de los clubes de Sheffield, ciudad que vio nacer el fútbol: Sheffield Wednesday y Sheffield United

    El guitarrista Rick Savage jugó en las divisiones inferiores del United, a pesar de su predilección por el Wednesday. Mientras que el cantante Joe Elliot es seguidor del United.

    En el único apartado donde los hermanos Gallagher, Liam y Noel, no se peleaban era a la hora de defender los colores celestes del Manchester City. El proyecto musical de ambos, Oasis, tuvo el privilegio de tocar en los mejores escenarios del planeta, incluyendo dos de los estadios que sirvieron de casa para los 'citizens', tanto Maine Road como el City of Manchester Stadium, actualmente conocido como Etihad.

    • Damon Albarn (Blur)
     La batalla por llegar a la cima del brit-pop siempre estuvo comandada por Oasis y Blur, liderado por Damon Albarn, quien también difería de los hermanos Gallagher sobre los gustos futbolísticos. Albarn, que además de líder de Blur fue uno de los precursores de la banda virtual Gorillaz, es un acérrimo hincha del Chelsea.
    El cantante Rod Stewart es el principal abanderado del Celtic, pero no el único. Al compositor británico se le unen dos de las bandas más famosas de Glasgow, Gun y Simple Minds, en este triángulo de fans rockeros de los 'bhoys'.

    Las raíces irlandesas del Celtic hace pensar que Bono, de U2, esté también en la lista de aficionados de honor verdiblancos.

    Pocos países en el mundo tienen la pasión por el fútbol que posee Brasil. Por ello, su mayor exponente dentro la música más extrema, Sepultura, no era de extrañar que tuvieran guiños con el deporte.  De hecho, una pequeña parte del merchandising del grupo de metal era amarillo y verde, en vez del habitual negro, a imagen y semejanza de la camiseta de la selección de fútbol.

    Además, los dos hermanos Cavalera, Igor y Max, son 'torcedores' del equipo más verde de Sao Paulo, el Palmeiras. Una devoción que ha terminado contagiado al estadounidense Mike Patton, cantante de Faith No More.

    Pero no todos los miembros de Sepultura han sido incondicionales de Palmeiras, Paulo Jr sigue a Atlético Mineiro y Andreas Kisser es hincha de Sao Paulo.

    • St. Pauli es sinónimo de rock
    St. Pauli, Hamburgo, Sankt Pauli, La idiosincrasia del St Pauli, con su ideología antirracista y progresista, ha despertado muchas simpatías en el rock, con el que guarda muchos vínculos, empezando por la música que suena en el estadio -Hells Bells de AC/DC cuando saltan al campo o Song 2 de Blur cuando anotan- y terminando por la nómina de bandas relacionadas directa o indirectamente con la entidad hamburguesa.

    Los noruegos Turbonegro variaron su célebre I Got Erection para usarlo como himno oficioso del St. Pauli, mientras que los reyes del punk, Bad Religion, nunca ocultaron su debilidad por el conjunto marrón. Una sensación compartida por los alemanes Guano Apes, cuya cantante suele lucir la calavera que los identifica, y también por Die Ärzte o Helloween, naturales de Hamburgo y en cuya última gira lucía una bandera pirata rumbo a los camerinos.

    Otro gran enamorado del St. Pauli es el 'frontman' Andrew Eldritch, quien en muchos de los tours de Sisters Of Mercy exhibió algunos de los símbolos relacionados con el equipo del barrio rojo.

    •  Wayne Hussey, Sisters Of Mercy & The Mission
    Andrew no era el único miembro del grupo gótico Sisters Of Mercy entusiasta del balón. Wayne Hussey, guitarrista con los Sisters y más tarde fundador -y cantante- de The Mission llegó a dedicar al Liverpool el tema Draped In Red tras la sufrida consecución de la Champions en 2005 ante el Milan. 

    •  Die Toten Hosen y Fortuna Düsseldorf
    Die Toten Hosen, Fortuna Dusseldorf,Es una de las relaciones más íntimas que se pueden encontrar entre un grupo musical y un club de fútbol. Los 'Hosen' son una de las bandas de punk más famosas y exitosas en Alemania. Su vínculo con el Fortuna es tan estrecho que llegaron a esponsorizar al equipo cuando sufrió una de sus múltiples bancarrotas.

    Campino, cantante y uno de los ideólogos del combo, tampoco esconde sus fobias futbolísticas, las cuales quedan demostradas a través de la canción Bayern, dedicada al conjunto bávaro o sus filias, como en el vídeo Tage Wie Diese, el cual se canta en las gradas de Düsseldorf.

    Si hubiera que situar un podio con los tres músicos más apegados a un balón, no habría duda de que uno de los tres puestos estaría ocupado por Bob Marley. La imagen del jamaicano golpeando un esférico eran tan habitual en su vida como las rastas que siempre lo acompañaron en su pelo. De hecho, un pisotón durante un partido fue el inicio del precipitado fin del mayor icono que ha tenido nunca el reggae.

    • Tarja Turunen
    El idilio de la soprano finlandesa, excantante del grupo de metal sinfónico Nightwish, con San Lorenzo de Almagro sorprende por la lejanía de Karelia, ciudad natal de Tarja, con Buenos Aires pero se explica por la relación amorosa de la escandinava con el argentino Marcelo Cabuli, el cual le propagó su amor por el ciclón de Boedo.
    • El panorama en la música en español
    Al igual que la mayor parte de la población, Barcelona y Real Madrid copan los gustos de la mayoría de músicos españoles. Manolo Escobar, David Bisbal, Joan Manuel Serrat, Lluis Llach, Josep Carreras, Estopa... son barcelonistas; mientras que Plácido Domingo, Alejandro Sanz, José Mercé, Julio Iglesias... son madridistas, al igual que el argentino Andrés Calamaro, quien tiene un cariño por los merengues y un amor más fuerte por Independiente.

    Joaquín Sabina, Rosendo Mercado, Robe Iniesta (Extremoduro) son algunos de los colchoneros confesos, mientras que Platero y Tú, Negu Gorriak y la mayor parte del denominado rock radical vasco son hinchas del Athletic.

    Otros dos grandes grupos de rock de habla hispana, como Ska-P, Los Suaves y Reincidentes, proclaman sus amores por Rayo, Deportivo de La Coruña y Real Betis, respectivamente, rompiendo esta supremacía que poseen los cuatro grandes de la Liga.

    Real Madrid: Julio Iglesias, José Mercé, Plácido Domingo, Alejandro Sanz, Miguel Bosé, Sergio Dalma.

    Barcelona: David Bisbal, Josep Carreras, Joan Manuel Serrat, Lluis Llach, Estopa, Love Of Lesbian, Los Planetas y el fallecido Pau Donés (Jarabe de Palo).

    Atlético de Madrid: Joaquín Sabina, Leiva, Dani Martín (El Canto del Loco), Rosendo, Carlos Jean, Alaska, Antonio Carmona y Robe Iniesta (Extremoduro).

    Betis: Reincidentes, Alejandro Sanz (que también se declaró simpatizante del Real Madrid), Beret, José Manuel Soto.

    Sevilla: Silvio Fernández, El Arrebato y el Sevilla (Mojinos Escozíos)

    Málaga: Pablo Alborán, Pablo López.

    Deportivo: Los Suaves (Yosi).

    Rayo Vallecano: Ska-P

    Athletic: Platero y Tú (Fito), Negu Gorriak-Kortatu (Fermín Muguruza)

    Real Sociedad: Mikel Erentxun (Duncan Dhu), La Oreja de Van Gogh).

    Celta: Siniestro Total, los Piratas.

    Real Zaragoza: Kase.O (Violadores del Verso)
       
    Aunque nunca se ha catalogado a Freddie Mercury como excesivamente futbolero, así como Brian May se sabe que tiene un equipo amateur, Mercury escribió el considerado por muchos como el himno entre los himnos del deporte rey, el que une a la afición con la plantilla en la celebración.

    Champions League, Liga de Campeones,We Are The Champions fue publicado en 1977 para el álbum 'News Of The World', para sorpresa de muchos, que lo veían como una reivindicación sexual, se baraja la posibilidad de que Mercury sí hubiera compuesto el tema pensando en el fútbol, es más, estaría dirigido al Manchester United.

    Desde 2002, en el triunfo del Real Madrid sobre el Bayer Leverkusen en la Liga de Campeones, se viene incluyendo este tema de Queen como banda sonora para el equipo que levanta la 'orejona'. Es una canción que ha terminado siendo utilizado por muchos clubes, e incluso por la FIFA en el Mundial de 1994, como sinónimo de victoria y como el mejor ejemplo de unión entre el rock y el fútbol.

    lunes, 13 de abril de 2015

    Jeffrey Astle, el último rey del West Bromwich Albion

    El homenaje a jugadores fallecidos es habitual en el fútbol español. En su memoria se suele dedicar el nombre de una instalación deportiva del club -casos de Di Stéfano en el Real Madrid o Tito Vilanova en el Barcelona-, uno de los accesos al estadio -como Wilfred en la puerta 1 del Estadio de Vallecas o Dani Jarque en el acceso 21 del feudo del Espanyol- o un minuto del partido que coincida con el dorsal que llevaba.

    El recuerdo a Juan Gómez Juanito -Real Madrid, minuto 7-, Luis Aragonés -Atlético, minuto 8-, Antonio Puerta -Sevilla, minuto 16-, Dani Jarque -Espanyol, minuto 21- y Miki Roqué -Real Betis, minuto 26- perpetúan en la Liga la memoria de leyendas, casos de Juanito y Aragonés, o de jugadores de club con un enorme presente y un futuro prometedor que se vio truncado.

    Este bonito gesto que se repite en cada partido de estos estadios también se produce, de un modo similar, en el campo del West Bromwich Albion. Un equipo inglés que también perdió a uno de sus referentes en el campo. Un ídolo que se dejó la vida por su club en cada cabezazo.

    West Bromwich Albion
    El WBA es un club centenario, surgido en 1878 en la ciudad de West Bromwich, que participó en la primera edición del fútbol inglés, la celebrada en 1888, y que supuso el inicio de la competición al más alto nivel.

    WBA, West Bromwich Albion

    Los cuatro grandes de las Midlands Occidentales
    Su cercanía con Birmingham, y particularmente con Wolverhampton, le proporcionan un clásico especial con los Wolves, es el llamado Black Country -debe su nombre a la zona de las Midlands Occidentales-, considerado por muchos especialistas como la rivalidad más intensa del fútbol de Gran Bretaña, y también una de las más desconocidas.

    Albion vs Wolves

    La proximidad con Birmingham convierte también en derbis los duelos contra Aston Villa, cargado de gran intensidad, y Birminghan City. No en vano, la distancia en carretera entre The Hawthorns -estadio del Albion- y Villa Park -feudo de los 'villanos' es de apenas 8 kilómetros.

    Los cuatro equipos más importantes de la zona -West Bromwich Albion, Wolverhampton, Aston Villa y Birminghan City- forman el denominado 'West Midlands' Big Four'. Es decir, los cuatro grandes de las Midlands Occidentales.

    Jeffrey Astle, WBA, West Bromwich Albion

    El rey Jeffrey Astle
    La carrera profesional de Jeff Astle transcurrió por siete clubes, pero fue su estancia en el Albion la que terminó por coronarle como un delantero letal. Los 30 goles anotados en 5 temporadas en el Notts County se multiplicaron con el WBA hasta alcanzar las 174 dianas en 361 encuentros, desde 1964 al 1974, para ser el quinto máximo artillero del club.

    Jeffrey Astle, WBA, West Bromwich Albion

    Estas cifras, su carisma y la eficacia a la hora de perforar la meta rival, principalmente a través de remates de cabeza, le valieron el sobrenombre del Rey. Un calificativo que no se tradujo con la camiseta de los 'Tres Leones', ya que con la selección de Inglaterra no anotó ningún gol en los cinco partidos disputados, y además, todavía es recordado por el error cometido ante Brasil en el Mundial de México de 1970, en la derrota por 1-0, en la cita donde Gordon Banks realizó la parada del siglo ante Pelé.

    Una muerte prematura
    Astle falleció el 19 de enero de 2002 en Burton-upon-Trent, con apenas 59 años de edad. Su prematura muerte fue debida a una enfermedad cerebral degenerativa que se había hecho presente apenas cinco años antes.

    El forense sentenció que la causa principal de este deterioro, catalogada como una encefalopatía traumática crónica, se habría producido por la cantidad de golpes que su cabeza soportó al impactar sobre viejos balones de cuero que al aumentar su peso y presión bajo la lluvia y barro acrecentaban su daño, como si se tratara de un boxeador recibiendo golpes.

    Innumerables testarazos hechos con la camiseta del Albion, entidad que no ha olvidado a su legendario delantero por haberse dejado la vida por el equipo.

    Jeffrey Astle heading, WBA, West Bromwich Albion
    Imagen que demuestra el impacto del balón en la cabeza de Astle
    Homenajes póstumos
    Actualmente, una de las puertas del estadio The Hawthorns lleva el nombre y la imagen de Jeff Astle. No es el único homenaje que ha recibido desde entonces. El tranvía número 9, como su dorsal, del metro ligero de las Midland, que transcurre entre Wolverhampton y Birmingham, pasando por West Bromwich, también ha sido bautizado como Jeff Astle.

    Puerta dedicada a Jeff Astle en los aledaños del estadio del West Bromwich Albion
    Su familia más allegada, principalmente viuda e hijas, lanzaron una campaña para concienciar a las organizaciones del fútbol, como la Football Asotiation (F.A.) -la cual ya ha pedido perdón tras un largo periodo de silencio-, de los problemas físicos que han supuesto, y suponen, cuando se cabecea un balón de manera continuada durante un largo periodo de tiempo, como hizo Jeff Astle durante tantas temporadas para su querido WBA. Un club que nunca deja de honrarle.


     ¡Justicia para Jeff! 

    sábado, 29 de noviembre de 2014

    ¿Cuándo el FC Barcelona ha jugado de color blanco?

    Los colores de los clubes de fútbol son tan importantes como los escudos o el himno. Son el modo cómo los aficionados reconocen a sus equipos de los rivales. Aunque en los últimos años el merchandising está variando esta costumbre -ya no es extraño que se salte al césped con la segunda o tercera equipación en su propio estadio-, no deja de ser uno de tantos simbolismos que tiene el fútbol para estrechar lazos con el hincha.

    El Fútbol Club Barcelona se ha vinculado desde su fundación en 1899 con dos tonos: el grana y el azul. En un principio representado por dos mitades iguales que con el tiempo se transformó en un rayado vertical para recuperar el formato original en ciertos momentos, como en la celebración del centenario.

    El blanco, común en casi todos los equipos de fútbol por su sencillez a la hora de confeccionarlo, tampoco fue ajeno a los culés, quienes hasta 1913 lo tuvieron en el pantalón, en una época donde lucirlo no tenía ningún significado negativo para sus seguidores.

    camiseta Barcelona de Kappa, 1992

    La ventaja de vestir de azulgrana
    La ventaja que tenía el Barça con respecto a otras instituciones es que era más complicado encontrarse con un contrincante que le obligara a cambiar de indumentaria por coincidencia de colores. Cuando tal circunstancia ocurría, se recurrió incluso al blanco. Una decisión que actualmente resultaría increíble e inaceptable por la masa social blaugrana. De hecho, la marca Kappa introdujo una franja blanca en las mangas durante su estreno en 1992 como patrocinador, provocando reprimendas por parte de los sectores más tradicionales.

    símbolo de Kappa, logo Kappa


    Antes de que la rivalidad con el Real Madrid se hiciera más intensa, el Barcelona portó una camiseta blanca durante algunos partidos. En los que coincidía con su rival con una tonalidad similar. Situación que no era muy habitual en la Liga y que se producía cuando el Barça viajaba a Pontevedra o en los duelos contra el Levante. Incluso jugando en su antiguo estadio, en Les Corts, en un partido en la temporada 1946-47 donde posaron de esta manera contra el cuadro levantinista.


    Europa también fue testigo de contemplar a un Barcelona que pasó del azulgrana al blanco. En especial en la desaparecida Copa de Ferias, como ya lo habían hecho en la extinta Copa Latina en 1952.

    Los primeros títulos llegan de la mano de la Copa de Ferias
    La Copa de Ferias fue una curiosa competición que se celebró en el viejo continente a partir de 1955, dos semanas después de que naciera la Copa de Europa, entre ciudades que albergaran una Feria de rango internacional (Basilea, Barcelona, Birmingham, Copenhague, Estocolmo, Fráncfort, Milán, Lausana, Leipzig, Londres, Viena y Zagreb). Los partidos tenían que coincidir con fechas en las que se celebraran dichas ferias, de ahí que muchos encuentros nunca se jugaran y que las primeras ediciones se eternizaran.

    No era necesario que los equipos participantes hubieran sido vencedores de sus respectivas Ligas. El Barcelona, que quedó campeón en las dos primeras ediciones (1958 y 1960), fue el único representante de España, dado que el RCD Español rehusó alinearse junto a los culés para formar una selección representante de la Ciudad Condal.

    A pesar de la distancia de dos años entre una cita y otra, 1958 y 1960, se trataron de eventos consecutivos que presa del caprichoso calendario hicieron que la disputa de la Copa se alargara, restando una importancia que ya carecía en algunos países como Francia, más pendiente de que el reciente formato de Copa de Europa lanzado por L'Equipe y el Real Madrid tuviera éxito.

    La primera Copa de Ferias celebrada derivó en un maratoniano torneo que abarcó tres años de duración por problemas para localizar fechas libres. Los equipos eran integrados por un club -casos del Barcelona, Lausana, Inter o Birmingham City- o de combinados de equipos que representaban a la ciudad, primero se enfrentaban en una liguilla previa que después daba paso a los cruces de semifinales.

    De hecho, el rival del Barcelona en la final fue la selección de Londres -formada por jugadores de los distintos equipos que salpican la capital inglesa: Arsenal, Brentford, Charlton Athletic, Chelsea, Crystal Palace, Fulham, Leyton Orient, Millwall, Queens Park Rangers, Tottenham Hotspur y West Ham United-.

    Sólo Ramallets y el utilero portaban el escudo del Barcelona. Foto pertenenciente a la web: Europa en juego

    El Barça se adjudicó el título tras un contundente 6-0 en el Camp Nou. Era el primer hito europeo de los culés en su nuevo estadio y la despedida de un icono como Estanislao Basora. Aunque conseguirlo con el escudo de la ciudad cosido en el pecho, sin los colores habituales -se utilizaron el blanco y pantalón azul (frente al Copenhague el día de Navidad de 1955 o en semifinales ante el Birmingham City en 1957) o el azul y el pantalón blanco, colores de la Federación de Cataluña-, han restado importancia a este galardón, e incluso hay estadistas e historiadores que no lo incluyen en el palmarés del Barcelona, aunque los once futbolistas que saltaron al campo pertenecían a la entidad azulgrana.



    La UEFA no se aclara con la Copa de Ferias
    La propia UEFA arroja más sombras que luces sobre la relevancia de la Copa de Ferias. El organismo internacional considera que el torneo que nació en 1955 y que acabó en 1971 es la precursora de la Copa de la UEFA (1971-2009) y por lo tanto el germen de la actual Europa League (2009-actualidad).

    Por otro lado, no contabilizan los resultados de la Copa de Ferias a nivel estadístico ni dentro del palmarés global. Haciendo de menos a este segundo torneo continental, argumentando que no fueron organizadas por el estamento de la UEFA, aunque recibieran su apadrinamiento e incluso uno de sus vicepresidentes, Ernst B. Thommen, estuviera en el comité del trofeo.

    El Barça, dominador de la Copa de Ferias
    El prestigio del galardón fue creciendo con el paso de las temporadas. Ya no se trataba de un torneo entre ciudades que acogieran una Feria de muestras sino de un campeonato continental que caminaba a la par de la prestigiosa Copa de Europa, donde también el Barça disputó otro partido de blanco, en 1959 contra el Milan en el estreno culé en el trofeo de la 'orejona' con un Luis Suárez estelar y un Ramallets colosal.

    El Barcelona se presentó otra vez en la final de la Copa de Ferias en 1960. El rival volvió a ser el Birmingham City en una eliminatoria a doble partido resuelta en el Camp Nou por un contundente 4-1, tras el empate registrado en St Andrew's. Después de estos dos entorchados encadenados, llegó el tercero en 1966 ante el Real Zaragoza. Una temporada donde el blanco asomó de nuevo, contra el Hannover -octavos de final-.

    En 1971, a la finalización de la historia de la competición, el Leeds de Don Revie y Barcelona eran los clubes con más Copas de Feria, aunque también se encontraba el Valencia con otro par de Copas. En el caso de los catalanes exhibían tres -aunque una de ellas bajo el emblema de la ciudad- y los ingleses tenían dos, siendo el Barcelona el primero en alzarse con ella y el Leeds el último, motivo por el que se organizó un encuentro entre ambos.

    La final de las finales se jugó en el Camp Nou el 22 de septiembre de 1971 con triunfo de los azulgranas por 2-1, quienes lucieron sus colores habituales y el escudo barcelonista. Esta victoria hizo que el trofeo pasara a las vitrinas del club de manera perpetua, en propiedad, dado que la UEFA tomaba la riendas del torneo renombrándolo como Copa de la UEFA.

    Barcelona, Copa de Ferias

    El Barcelona no abandona el blanco en la década de los 70
    El Barcelona usó el blanco durante la eliminatoria contra el Inter en 1970 de Copa de Ferias. Un partido donde la densa niebla en Milán impidió disputarse el resto del encuentro. Motivo por el que la cita entre ambos se trasladó una semana, con triunfo final de los interistas ante un Barça blanquecino.

    Dos temporadas después fue el Steaua, el cual lleva el azulgrana tanto en su escudo como elástica, los que se cruzaron en el camino de los culés en la desaparecida Recopa de 1971-72. Otra vez de blanco y de nuevo cayendo en octavos en Europa.

    Crónica del partido publica por Mundo Deportivo el 4 de noviembre de 1971

    Otro equipo azulgrana de la Europa del Este fue el siguiente club que forzó a sacar el blanco del armario en el curso 1975-76. El C.F. Barcelona, como se le conocía por aquel entonces, perdió de nuevo con el color blanco, aunque en esta ocasión logró salvar la eliminatoria, que volvían a ser unos octavos de final, de Copa de la UEFA ante el Vasas de Budapest.
     
    Los últimos encuentros de blanco en el siglo XX
    Inglaterra fue el escenario donde el Barcelona disputase sus dos últimos partidos de blanco. Un detalle, que como he explicado, no tuvo la trascendencia que tendría ahora si el equipo saltara con dicho color en uno de sus compromisos europeos

    El primero, contra el Aston Villa en 1978, en cuartos de final de la Copa de la UEFA. Un partido recordado por la ovación cerrada del público británico a la salida de un lesionado Johan Cruyff, con el dorsal 9 a la espalda, que apuraba sus días como azulgranas. Dicha camiseta fue subastada recientemente por una importante cantidad de dinero.


    El Barça utilizó el blanco por última vez con motivo del duelo de cuartos de final de la Recopa de Europa contra el Ipswich Town. Un encuentro donde fueron doblegados por 2-1 en Portman Road. Un 7 de marzo de 1979 que ha pasado a la historia por ser la última ocasión en la que los azulganas cambiaron sus colores por el blanco.


    El incremento de la rivalidad entre Real Madrid y Barcelona, junto con la confección de camisetas en cualquier tono, propiciaron que los culés abandonaran definitivamente el blanco, a pesar de las ventajas que tienen los tonos claros a la hora de jugar al fútbol.

    Por esa razón, y desde el desembarco de Cruyff como entrenador, el Barcelona buscó un tono claro como el amarillo, naranja o verde en la segunda equipación, todo para ser visto en el campo y a la vez para no asemejarse al eterno rival, porque ¿alguien podría imaginar actualmente una camiseta del Barcelona en blanco?

    Pues sí, contra todo pronóstico el Barcelona hizo público que para la temporada 2022-23 iba a tener una camiseta alternativa color claro. Un gris casi blanquecino que será completamente blanco para la campaña 2023-24.

    miércoles, 18 de diciembre de 2013

    Las finales de la Copa de Europa (1967-84)

    La vieja Copa de Europa (1956-66) se había caracterizado por un dominio de los países latinos. Los vencedores de las diez ediciones disputadas hasta entonces eran Real Madrid, Benfica, Milan e Inter, demostrando el poder de los clubes españoles, portugueses e italianos. Pero todo iba a cambiar con la primera cita bajo el nuevo trofeo diseñado, once kilos de plata, que viajaban a Gran Bretaña, a la cuna del fútbol.

    Los loenes de Lisboa
    Un equipo formado por gente de la casa, todos nacidos en Glasgow o alrededores, y dirigidos por un entrenador de confesión protestante, en contraposición al marcado carácter católico de la entidad, se sobreponían al penalti materializado por Mazzola para conseguir el triunfo en Lisboa en 1967. El Celtic, capitaneado por el legendario Jimmy Johnstone, colocaba la estrella sobre el verde trébol.

    Celtic, 1967

    Sobreponiéndose a la tragedia
    La Copa volvía a quedarse en las islas, un año después, devolviendo la alegría a un club que había sufrido mucho en el pasado. La tragedia del accidente aéreo de Múnich (1958) siempre ha estado presente en la historia del Manchester United pero quizás más en la generación superviviente liderada por Foulkes y Bobby Charlton a la que el técnico Matt Busby daba el toque final con los otros dos integrantes de la denominada 'Santísima Trinidad': George Best y Denis Law -quien estaba lesionado desde semifinales-.

    Los 'diablos rojos' se impusieron en Wembley ante el Benfica de Torres y Eusebio por un contundente 4-1. La maldición de Guttmann seguía haciendo el efecto anunciado por el antiguo míster húngaro. Inglaterra, tras haber conseguido el Mundial de 1966, coronaba, por fin, a una de sus instituciones profesionales en lo más alto de Europa.

    Plantilla del United en 1955, los denominados 'Busby Babes'
    El paréntesis 'rossonero'
    El duro camino del Milan hasta la final, con compromisos exigentes ante Celtic y United, no tuvo su reflejo en una final, a priori complicada, que terminó siendo sencilla. El Ajax de Cruyff, dirigido por Rinus Michels, pecó de inocente en un duelo donde los habituales goles de Rivera fueron sustituidos por los de Pierino Prati -autor de un 'hat-trick'-. El encuentro celebrado en Madrid, año 1969, se vivió con incidentes entre las dos aficiones, una situación a la que no estaba acostumbrado el fútbol español por aquel entonces.

    La naranja mecánica
    El extraordinario momento de una selección suele estar refrendado por la buena salud deportiva de sus clubes. Los Países Bajos asombraron con su 'naranja mecánica' que se quedaba a las puertas de su primer Mundial en 1974. Un escalón alcanzado por Feyenoord y Ajax.

    La locura se instaló en Rotterdam con el entorchado europeo de 1970. El entrenador austriaco Ernst Happel construyó un equipo rocoso que remontaba el tanto de Gemell con las dianas de Israel y Ove Kindvall.

    escudo del Ajax

    El Ajax, archirrival del Feyenoord, se hacía con un histórico triplete en las ediciones que abarcaron los años 1971 y 1973. Panathinaikos -entrenado por Ferenc Puskás-, Inter y Juve fueron las tres víctimas de la escuadra de Ámsterdam en aquellas citas. Cruyff, Rep, Krol y Neskeens formaban la piedra angular de aquellos ajacied, cuyo reinado iba a encontrar el relevo en Múnich.

    El poder bávaro
    El combinado de Alemania Federal -campeón de mundo en 1974 y subcampeón de europa en 1976- tenía como base al Bayern Múnich. Los bávaros extendieron su dominio por el viejo continente con otro trienio de títulos, desde 1974 a 1976.

    El Atlético de Madrid estuvo cerca de llevarse la 'orejona', pero un postrimero tanto de Schwarzenbeck en la prórroga llevó a la repetición del partido donde los 'rojos' no tuvieron piedad. Por aquel entonces, hasta 1976, no existían las tandas de penaltis en caso de empate tras el tiempo extra.

    En las posteriores ediciones, Leeds -con dosis de vandalismo por parte de los jugadores y de sus propios hooligans- y el Saint-Etienne sucumbían ante un bloque plagado de grandes referentes del balompié teutón y mundial como Maier, Beckenbauer, Hoeness, torpedo Müller, Roth o Rummenigge.

    Football it's coming home
    La cuna del fútbol sólo contaba con la gloria del United. La explosión que se produjo a finales de los años 70 derivó en seis años consecutivos en los que la Copa de Europa no salió de Inglaterra. Tres vencedores distintos; uno imaginado y dos inesperados.

    escudo del Liverpool

    El rojo se había convertido en el color de moda para triunfar en Europa. El doblete 'red' tuvo un primer rival complicado con el Borussia Monchengladbach -Heynckes, Schäfer, Simonsen, Bonhof y Vogts- y un segundo más sencillo con el Brujas como cenicienta y en el que destacaba el míster Ernst Happel.

    El Liverpool logró silenciar la marcha de Kevin Keegan, quien fichaba por el Hamburgo después de la final ante el 'Gladbach', para ser sustituido por otra futura leyenda de la ciudad de los Beatles: Kenny Dalglish.

    Hablando de entrenadores, el tándem formado por Brian Clough y Peter Taylor eran los siguientes técnicos en inscribir su nombre en el torneo. El Nottingham Forest pasaba a ser el único club con más Copas de Europas que Ligas de sus país, ambas materializadas con sendos 1-0 de Francis y Robertson, los estiletes favoritos de Clough, ante Malmö y Hamburgo, respectivamente.

    El bonito cuento de hadas que estaba viviendo el equipo terminó de forma brusca en su tercera tentativa en el máximo campeonato continental, cuando el Forest caía inesperadamente en primera ronda ante el CSKA Sofía.
    Peter Taylor y Brian Clough, dos genios de los banquillos británicos.
    El Liverpool alcanzaba la final de 1981 después de dejar en la cuneta al Bayern, mientras que el Real Madrid hacía lo propio con el Inter en una eliminatoria recordada por la multitud de objetos lanzados por los tiffosis de San Siro. Una tónica propia de esta década que tendría gravísimas consecuencias en el futuro.

    Aquel conjunto merengue, conocido como el 'de los García', contaba con una gran representación de canteranos como Camacho o Vicente del Bosque, junto a dos referentes de la talla de Juanito y Santilla. Un plantel que fue incapaz de ofrecer resistencia ante el equipo de moda del continente: el Liverpool de Bob Paisley, con Kenny Dalglish, Lee, Souness y Kennedy como piezas más notables.

    Villa Park, Birmingham
    Si el triunfo del Forest había sido inesperado, no menos fue el del Aston Villa en 1982. Los 'villanos' de Birmingham defendían con solvencia y maximizaban los escasos goles que anotaron. No en vano, se plantaron en la final con 5 en 6 encuentros para derrotar al Bayern por 1-0.

    Un partido que pasaba a la historia por la actuación de Spink. El portero suplente del Villa relevó al lesionado Rimmer, a los 6 minutos, para firmar una gran actuación frente a los Breitner, Rummenigge o Hoeness. 

    El Hamburgo se italianiza
    El inmaculado curso del Hamburgo en Bundesliga en la campaña 1982-83, con el récord de 36 partidos invicto -recientemente roto por el Bayern-, necesitaba de una dosis mayor de relevancia. La ruta hacia la cita de Atenas pudo sufrir un traspié con la eliminatoria ante la Real Sociedad, doblegando a los donostiarras tras un polémico arbitraje.

    No eran los favoritos frente a la Juventus. Los 'bianconeros' lucían un once con Giovanni Trapattoni en el banquillo, dirigiendo a Gentile, Scirea, Cabrini, Bonini, Platini, Tardelli, Boniek, Bettega y Dino Zoff, el cual era batido por Felix Magath. Un chut que daba la 'orejona' al HSV.  

    Magath, HSV, Juventus, goal, gol

    El espectáculo de Bruce Grobbelaar
    La final más anodina de la Copa de Europa, 1984, estaba condenada a terminar en el punto de penalti. La Roma de Falcao, Cerezo y Conti no aprovechó su condición de anfitrión, se disputaba en el Olímpico romano, desperdiciando la ocasión de coronarse como reyes del continente en casa.

    El Liverpool de Dalglish y Rush necesitó de la excéntrica exhibición de su portero sudafricano Grobbelaar, a quien le habían aconsejado hacer muecas y moverse en exceso para despistar al contrario, en una tanda de penaltis que rozó la comedia y concluyó en tragedia 'giallorossi'. La pena máxima decisiva fue obra de Alan Kennedy, el mismo jugador que había marcado en París ante el Real Madrid. Un hombre nada habituado en la faceta goleadora y protagonista en sendas finales.

    La reacción de los seguidores romanistas al ver el cuarto título de los 'reds' vaticinaban el negro porvenir que asolaba al fútbol. Unos oscuros nubarrones que descargarían toda su ira en la siguiente temporada, en la tragedia de Heysel.

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