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viernes, 26 de junio de 2020

El Liverpool gana su primera Premier League

La historia esperaba al Liverpool, y esta se ha hecho esperar. El equipo británico más laureado en el Viejo Continente, con más Champions League/ Copa de Europa que el resto de equipos ingleses y galeses, parecía tener una maldición con el trofeo local: la Premier League.


La Premier League, creada en 1991-92 como la máxima competición liguera inglesa, basándose en una mayor independencia de la federación inglesa y con el objetivo de incrementar los beneficios económicos de los clubes, no había visto todavía al Liverpool como campeón bajo esta nueva denominación, justo hasta esta temporada 2019/20, la más extraña y convulsa del fútbol mundial.



Para añadir elementos singulares a este triunfo del Liverpool, este se ha producido desde casa, sin que jugaran los 'reds', ya que la derrota del Manchester City ante el Chelsea ha propiciado el alirón, y obviamente sin público a causa de la pandemia por el coronavirus Covid-19, lo que también ha motivado que los liverpulienses se hayan compartido en el ganador más tardío del torneo, a finales de junio, y en un día tan atípico de la semana y poco futbolístico como un jueves.

La diferencia de puntos que manejaban los hombres dirigidos por Jürgen Klopp durante buena parte del curso generaron una desbordante euforia en Liverpool que solo fue frenada por la interrupción del torneo a causa de la pandemia, siguiendo la estela del resto de competiciones deportivas.

Con el regreso del fútbol, tras 100 días de ausencia, volvió la ilusión, aunque mitigada por el distanciamiento social y la imposibilidad de acudir a los estadios de fútbol, lo que no ha deslucido una liga histórica para el lado rojo de la ciudad de los Beatles. Histórica por la espera y porque parecía esquiva a los intereses del Liverpool, llegando los 'reds' a estar en cuatro ocasiones cerca del título en los últimos años.

A la quinta fue la vencida: es el 19º título de Liga para el equipo de Anfield Road, y el primero bajo el nombre de Premier League. Treinta años han tenido que esperar las vitrinas para coronar al equipo como campeón de Inglaterra. Aquel equipo campeón de 1989-90 contaba con Kenny Dalglish en el papel de jugador-entrenador, y mitos como Ian Rush, Aldridge o Bruce Grobbelaar, con referentes como John Barnes, los irlandeses Staunton y Houghton o Beardsley, además de un jovencísimo McManaman.


El relevo ha recaído en una nueva generación comandada por un tridente que se conoce a las mil maravillas, formado por Salah - Firmino - Mané, un centro del campo muy trabajador, Henderson, Milner y Fabinho, un descomunal defensa central como Van Dijk que está escoltado por dos laterales de largo recorrido, Robertson y Alexander-Arnold. Por si tenían pocos mimbres, cuentan con Klopp en el banquillo y la figura de un gran portero como Alisson.

Todos estos elementos han sido los encargados de romper la maldición del Liverpool con la Premier League y de hacerlo a lo grande, ya que todavía queda la posibilidad de que el conjunto de Mersey se convierta en el campeón con más puntos o que sea el que saque más ventaja al segundo clasificado, el Manchester City de Pep Guardiola. Otro de los récords que estaban en el aire era el de haberlo conseguido de forma inmaculada, sin ninguna derrota, un hito que sigue manteniendo el Arsenal de Wenger.

jueves, 9 de abril de 2020

El Arsenal de Wenger, primer club en ganar invicto la Premier League

El entrenador francés Arsène Wenger dejó huella en el Arsenal a lo largo de sus 22 años dirigiendo al club londinense. No es solo el tiempo que estuvo, sino también su legado, como la hornada de jugadores jóvenes que reclutó para practicar un estilo de juego particular, dando preponderancia al fútbol de toque, casi de salón. Al doblete de la temporada 2001-02 le siguió el otro gran éxito de su carrera al frente del cañón, al frente de los 'gunners': conseguir que por primera vez un equipo ganara de forma invicta la Premier League.

Busto de Arséne Wenger. Foto: David Price
La Premier League nació como una nueva denominación de la liga inglesa desde la campaña 1992-93. La búsqueda de mayores ingresos y mejores infraestructuras era el objetivo de los clubes británicos, quienes habían visto perder poder deportivo y financiero respecto a otras entidades europeas.

El Arsenal dirigido por Arsène Wenger, desde que llegara en 1996 hasta su marcha en 2018, firmaba tres títulos con este nuevo formato y nombre comercial, siendo el de la temporada 2003-04 el más relevante, el que terminó bautizándose como el de los 'invencibles'.

El Preston North End se había coronado campeón de la liga inglesa en 1888-89 sin conceder ninguna derrota, 18 victorias y 4 empates. Justo en la primera edición de la competición. Era otra época. Otro siglo. Un fútbol amateur alejado de la popularidad actual del deporte, pero que sirvió de espejo al Arsenal.




El relevo del Preston North End llegó de la mano del Arsenal de Wenger el 15 de mayo de 2004 tras derrotar en la última jornada al Leicester City en Highbury con goles de Henry y Vieira, dos de las piezas claves del míster alsaciano, junto a Bergkamp y Pires.

El once tipo de aquellos años estaba formado por: Jens Lehmann; Lauren, Sol Campbell, Kolo Touré, Ashley Cole; Gilberto Silva, Patrick Vieira, Robert Pirès, Fredrik Ljunberg; Dennis Bergkamp y Thierry Henry -máximo goleador histórico aquel año y de toda la historia del Arsenal-.

www.goal.com

Los números de los 'gunners' en aquel campeonato 2003-04 se resumen en un liderato con 90 puntos a razón de 26 victorias, 12 empates y ninguna derrota. Si bien la derrota pudo llegar en un controvertido Manchester United - Arsenal en la sexta jornada, donde una expulsión de Vieira en una acción sobre Van Nistelrooy provocó la expulsión del francés y un penalti que el neerlandés fallaría después al golpear con violencia el larguero. Aquel empate entre United y Arsenal aceleró la tensión de ambos clubes que mantendrían duros enfrentamientos en los siguientes duelos, con especial animadversión de la plantilla del Arsenal sobre el delantero Van Nistelrooy. Un preludio de lo que estaba por venir tanto en las banquillos, por ese pulso entre Ferguson y Wenger, como sobre el césped.

El Arsenal continuó extendiendo su racha invicta durante la siguiente temporada al título de los 'invencibles'. El registro se paró en los 49 encuentros consecutivos cuando otra pena máxima pitada en Old Trafford, y también cuestionada por los 'gunners', era marcada con rabia por Ruud van Nistelrooy. La sentencia de aquel 24 de octubre de 2004 llegaba de la mano de un jovencísimo Wayne Rooney que anotaba su primer tanto con la camiseta de los 'red devils', finalizando una racha para dar comienzo otra, la propia del ariete inglés.


La batalla dialéctica e incluso física antes, José Antonio Reyes se quejó de las patadas sufridas, y después de este partido en el túnel de vestuarios, con lanzamiento incluido de un trozo de pizza por parte de Cesc Fàbregas a Alex Ferguson, posterior a este United - Arsenal, fue catalogada por la prensa británica como la 'batalla del buffet' o el Pizzagate.

Wenger dejó de ser inquilino del banquillo del Arsenal, pero su herencia prevalece. El Arsenal sigue siendo el único equipo que ha conseguido una Premier League de forma inmaculada, sin perder ningún partido, por lo que recibieron por parte del comisionado el trofeo bañado en oro.

Además, este equipo 'invencible' conserva la mejor marca invicta en el fútbol inglés con 49 partidos seguidos sin perder. El último club que se ha quedado cerca del récord ha sido el Liverpool de Klopp en 2020, a cinco partidos de la hazaña de Wenger.

martes, 5 de noviembre de 2019

Manchester United, primero en superar los 2.000 goles en la Premier League

La temporada 2019-20 no está siendo la deseada por el Manchester United en la Premier League. El cuadro mancuaniano se ha descolgado pronto de la cabeza y tendrá que luchar mucho para lograr al final de curso una plaza europea.

Pese a este resultado negativo, la campaña será recordad por ser en la que los 'diablos rojos' cruzaron la barrera de los 2.000 goles en la Premier League tras su victoria por 1-3 del 27 de octubre de 2019 ante el Norwich City en Carrow Road.


El Manchester United se convierte, de este modo, en el primer equipo de la Premier League que supera la barrera de los 2.000 dianas en la tabla histórica de la competición, la cual nació en la temporada 1992-93 como un nuevo concepto deportivo, y también comercial, en el que mejorar los ingresos económicos a través de los derechos televisivos para los clubes británicos, tanto ingleses como galeses, que participan en la mejor liga del mundo.


Cinco han sido los grandes artífices de los 'diablos rojos' para firmar estos 2.000 goles.

  1. Wayne Rooney – 183 goles
  2.  Ryan Giggs – 109
  3.  Paul Scholes – 107
  4.  Ruud van Nistelrooy – 95 
  5. Andy Cole – 93


A falta de alegrías en el torneo liguero, los aficionados del Teatro de los Sueños se pueden aferrar a este récord que refuerza la grandeza y gloria de los ‘diablos rojos’ en el fútbol inglés, evidenciada en el hecho de que el Arsenal, segundo en la clasificación, tanto en la de goles como en la de puntos en la Premier, necesitaría casi dos campañas, puesto que les separa 140 goles y en los dos últimos cursos han sumado 143 unidades, para firmar también las 2.000 dianas que ha logrado este octubre de 2019 el Manchester United.

viernes, 20 de septiembre de 2013

Poderoso caballero es don dinero: La evolución de las equipaciones de fútbol, las marcas y los patrocinadores

Las indumentarias de fútbol han dejado de ser las equipaciones impolutas que antaño diferenciaban dos equipos sólo por los colores. Uno de los primeros cambios llegó con los escudos, más tiempo llevó el empleo de los dorsales -según la IFFHS corresponde a un lugar tan poco futbolero como Australia, durante el encuentro en 1911 entre el Leichhardt y HMS Powerful- por último, aparecían la publicidad y el nombre del jugador impreso atrás.

Chapman numera a los jugadores
En el viejo continente, un adelantado a su tiempo como el entrenador Herbert Chapman introducía los números en el Arsenal en 1929. No fue la primera revolución que acometió, las variaciones tácticas -con el dibujo denominado WM- y las mangas blancas en la camiseta 'gunner' fueron otras de sus aportaciones. En el curso 1939-40, la liga inglesa oficializaba el uso de los dorsales. Siempre del 1 al 11, identificando su posición en el campo. El 2 correspondía al lateral derecho, 3 al izquierdo, 9 al delantero...

El último equipo profesional en utilizarlos en su espalda fue el Celtic. Los de Glasgow, siempre fieles a las tradiciones, fueron obligados por la federación escocesa en 1994 a numerar la zamarra verdiblanca. Para evitar confusiones con los árbitros tenían rotulados los pantalones en su parte delantera.

Escena del famoso Celtic-Atlético de 1974, partido con 71 faltas.
El mayor evento futbolístico, la Copa del Mundo, accedió a instaurar los dorsales desde la edición de Brasil 1950. Fue a partir de Suiza 1954 cuando el número elegido para cada uno de sus jugadores por las distintas federaciones -comprendido entre 1 y 22- no cambiaba durante todo el torneo.

Surgen las camisetas personalizadas
La costumbre de que un jugador portara el mismo dorsal durante un torneo fue durante años una práctica habitual sólo en los deportes practicados en Norteamérica y en las Copas del Mundo de fútbol. El azar quiso que una persona ajena a la Confederación Brasileña eligiera el '10' para Pelé en la convocatoria de Brasil de 1958, iniciando el mito sobre el número que después lo han engrandecido genios como Maradona, Puskás, Platini, Francescoli, Hagi...

La Premier fue la primera gran competición doméstica en implantarlo. El curso 1993-94 recibía a los futbolistas con su dorsal conservado para toda la campaña y el nombre imperso a su espalda. Además, obviamente, de poder elegir fuera del rango habitual del 1 al 11.

La FIFA había tomado nota e introdujo la personalización de las camisetas durante el Mundial de Estados Unidos (1994). Un país donde siempre ha sido costumbre verlos en las ligas profesionales -ya fuera NBA, NFL o NHL- y que había dado extraordinarios beneficios en el apartado del merchandising.

Brasil-Holanda, cuartos de final de 1994
La Liga española, dado el éxito en otros torneos domésticos, modificaba su reglamento para oficializar la serigrafía de los nombres de los futbolistas en las equipaciones en el curso 1995-96. Una campaña de grandes novedades, como la aparición de la tercera sustitución.

Las marcas deportivas visten a los equipos
El deporte estuvo dominado, tras la Segunda Guerra Mundial, principalmente por las marcas surgidas de la población alemana de Herzogenaurach donde los hermanos Dassler rompieron relaciones para crear sendos imperios: Adidas y Puma. Junto a ellos, otras empresas como Umbro o Le Coq Sportif fueron entrando dentro del atractivo mercado del fútbol.

Puma

Curiosamente, el privilegio de ser el primer logotipo en aparecer en una camiseta de un club no fue ninguna de las citadas, ni siquiera Nike -que permanecía como un gigante dormido ajeno al fútbol- el elegido fue Admiral Sportswear.

La firma británica, fundada en 1914, había sido el proveedor de Inglaterra durante el Mundial de 1966. Su notoriedad internacional creció cuando el Leeds United arrancaba el curso 1973-74 con el logotipo en un costado, siendo la primera ocasión en la que un plantel profesional mostraba la marca que lo vestía. Una temporada para recordar en la entidad en el plano deportivo que concluyó con la Liga y el relevo en los banquillos de Brian Clough por Don Revie, tras más de una década en el cargo. Un reemplazo que fue llevado a la gran pantalla en la película 'The Damned United'.

La fama arropó a Admiral que inmediatamente logró un acuerdo con la Federación para la comercialización de la indumentaria de la selección inglesa por espacio de cinco años, con el consiguiente éxito de ventas de la réplica oficial y la enorme repercusión que obtuvo la propia compañía.

Admiral Sportswear

También se puede hablar de lealtades en este campo del marketing. El Bayern viste Adidas desde 1968, aunque no se mostraran las tres rayas o el logotipo hasta unos años después y el PSG vive una constante comunión con Nike, al igual que Boca Juniors e Inter de Milán.

El fallido intento reciente de algunos clubes de confeccionar su propia ropa -casos de Athletic, Real Betis o Real Murcia- ha demostrado que las marcas seguirán vinculados al fútbol por mucho tiempo, librando una batalla que se ha convertido casi exclusivamente en un mano a mano entre Nike y Adidas, con permiso de Puma, quien parece observarlos en la lejanía.

Aparece la publicidad en las equipaciones
El negocio del fútbol iba creciendo y cualquier fuente de ingresos era bienvenida. Las marcas comerciales se habían convertido en algo habitual, ya fuera mostrándose en el marcador o en las vallas publicitarias. Faltaba dar un paso más, patrocinar directamente a los clubes tras haberlo hecho con los propios futbolistas a través de sus botas.

La primera entidad en tomar tal decisión fue el Eintracht Braunschweig. El equipo del león, campeón de la Bundesliga en 1967, rompió las reglas y a través de un vacío legal se embolsó 100.000 DM de la empresa local de licores Jägermeister para incluir el logotipo de la compañía en el pecho. El pequeño club de la Baja Sajonia arrancaba en 1973 una nueva etapa en el deporte que pudo haber ido a más ya que la idea inicial era renombrar a la institución, petición denegada por la Federación Alemana.

Jägermeister

La inyección económica bañada en alcohol permitió a los amarillos y azules disponer de una privilegiada posición financiera que hizo posible la contratación del legendario jugador Paul Breitner y luchar de tú a tú frente a los colosos de Alemania. Un gran hito para el equipo más modesto en alzar la ensaladera. Actualmente, el club ha regresado a la Bundesliga sin el ciervo guiando los designios del Eintracht.

La senda abierta por el Eintracht llegó a otros países, el Liverpool cedía bajo los encantos de los yenes posibilitando que la empresa nipona Hitachi decorara la mítica camiseta roja en 1979. Si bien, un club semi-amateur se había apuntado previamente a esta fiebre del oro por apenas 1.000 libras. Era el modesto Kettering Town.


España abre las puertas a la publicidad
Nuestro fútbol no permaneció ajeno a esta nueva tendencia. La posición económica de los clubes españoles quedaba deteriorada ante las alternativas de ingresos que tenían los rivales europeos. La Asamblea de la Liga aprobaba la incursión de un anunciante en la parte delantera de la camiseta en un espacio de 100 centímetros cuadrados. Un salvavidas lanzado a la deriva ante la desastrosa situación económica de muchas entidades.

El pionero en España fue el Racing de Santander quien sorprendía el 27 de diciembre de 1981 en su aparición en el Santiago Bernabéu con el patrocinio de Teka. Precisamente, su rival de aquel día, el Real Madrid, conquistaba Europa, tiempo después, en dos ocasiones con el logo de la empresa multinacional alemana como testigo. Un contrato que se alargó por ocho años.

Real Madrid y Teka

Fidelidad a las empresas
Empresas identificadas con clubes de fútbol
La publicidad es un negocio. Por ello, son extraños y singulares los casos de entidades deportivas que mantengan casi un acuerdo vitalicio con sus patrocinadores. Los tres equipos profesionales que más tiempo llevan luciendo a sus sponsors son:
  • PSV y Philips, desde 1982. 
  • Celta y Citroën, desde 1986.
  • Inter de Milán y Pirelli, desde 1995.
El PSV no es el único caso de un club ligado estrechamente a una empresa. El Philips Sport Vereniging tiene su reflejo en Leverkusen con Bayer, en la Peugeot con el Sochaux y ha empujado a la Volkswagen a comprar las acciones del Wolfsburgo o a que el cofundador del software SAP sea el presidente del Hoffenheim. El grupo de hipermercados Casino fue el responsable del nacimiento del Saint-Etienne y de su famosa equipación verde. Otra relación muy duradera es la del fabricante de componentes electrónicos Videoton, que acompaña al equipo húngaro desde 1962.

Al otro lado del charco tenemos ejemplos en la cementera Cruz Azul en México o la cervecera Cristal de Perú. Recientemente, un gigante como Red Bull aglutina instituciones deportivas en Austria, Estados Unidos y Alemania, dando el paso definitivo a la globalización.

Red Bull, New York
Las empresas se amoldan a las rivalidades
Los colores representan a los clubes y también a las empresas. El problema es cuando un anunciante evoca al rival. Esa es la coyuntura que padeció Coca-Cola con sus paneles rotulados en la Bombonera, cuyo blanco sobre rojo podría recordar al aficionado de Boca Juniors a su enemigo de River Plate, mutando rápidamente a un azul marino sobre blanco o amarillo para sortear las quejas.

La misma transformación sufrió McDonald's en las inmediaciones del campo del Besiktas. Los tonos corporativos de la cadena de restaurantes, amarillos y rojos, eran una 'ofensa' por coincidir con otros de los equipos de la ciudad, el Galatasaray. El gigante de la comida rápida pasó a ser una imagen en blanco y negro.

Existe la opción salomónica. Una vía inteligente para no tocar el corazón de los aficionados. Uno de los primeros en averiguarlo fue Zanussi cuando descubrió que sus ventas bajaban en Cataluña por su patrocinio al Real Madrid. Muchas empresas tomaron nota apadrinando a los dos grandes clubes de cada país, eludiendo favoritismos. Así la cerveza Quilmes, aparecía en la equipación tanto de River como de Boca. Otra bebida alcohólica, Carling, hacía lo mismo con la del Celtic y Rangers, por citar los ejemplos más notorios.

En España, se ha dado este caso con el propósito de que las entidades más importantes de una provincia promocionaran un mismo proyecto. El fantasmagórico 'Aeroport Castelló', en el cual todavía no ha aterrizado ningún avión, planeaba sobre la elástica de Villarreal y C.D. Castellón.


Esta batalla de los anunciantes de ceder ante los clubes no siempre ha remado en la misma dirección. La anterior temporada, el conjunto galés del Cardiff ha invertido el camino. Los mecenas del club, de origen malasio, han transformado los 'pájaros azules' en rojos. Un capricho para encandilar al mercado asiático. La entidad se postraba de rodillas ante el benefactor.

Pero no sólo los modestos han sucumbido. Uno de los motivos por lo que se argumenta la salida del técnico murciano José Antonio Camacho del Real Madrid fue cuando supuestamente se sintió presionado por Adidas para que David Beckham saliera obligatoriamente titular en su once ante el Espanyol.

Poderoso caballero es don dinero
El poema de Francisco de Quevedo conserva su esencia en el mundo del fútbol del siglo XXI. Nada ni nadie parece escapar a la influencia del dinero. Los torneo nacionales han renombrado sus campeonatos bajo el paraguas de las entidades financieras: BBVA en España, Barclays y Capital One en Inglaterra o Santander en la Libertadores.


Las casas de apuestas llevan un tiempo merodeando peligrosamente sobre los resultados y se estampan en el pecho de los futbolistas. Los organismos internacionales como la UEFA protegen a medias, por un lado supervisan el descontrol que se produce alrededor del balón y por otro añaden su propia parafernalia con un grupo reducido de patrocinadores que acuden con sus propias reglas y condiciones, además de las propias de la FIFA.

Sin ir más lejos, se prohíbe que dos equipos coincidan en sus sponsors. Real Madrid y Milan tuvieron un doble duelo en la Champions en 2009 luciendo Bwin. El visitante de cada uno de los choque tuvo que modificar el espacio publicitario para no parecer el mismo. Los merengues optaron por jugar en San Siro con la leyenda "win".


La última 'moda' es la de que algunos estadios de fútbol pierdan su clásica denominación para ser auspiciados. España ha tenido el ejemplo en el RCD Mallorca con Son Moix. El feudo bermellón, de poco más de una década de vida, ha sido conocido por su título original y después por dos casas comerciales como Ono Estadi y actualmente Iberostar. Osasuna siguió el mismo camino durante unos años, tras llegar a un acuerdo con el Gobierno Navarro. Esta política amenaza con alcanzar a otros clubes.

Una práctica habitual en otros países como Inglaterra -Arsenal con el Emirates- y especialmente Alemania, donde Allianz, Trolli, Veltins, Signal Iduna, Mercedes-Benz... evocan a la vez nombres de empresas y a campos de primera división. Patrocinios que desaparecen cuando el equipo disputa la competición europea por decisión de la FIFA, una de tantas contradicciones que presentan los tejemanejes del deporte rey.

Los presupuestos disponen de balances positivos a costa de perder la esencia de los clubes. Los aficionados se amoldan resignados y los jugadores se han transformado en instrumentos del mercado. El fútbol moderno enferma, ha tomado un peligroso color, el color del dinero.

sábado, 17 de marzo de 2012

El final de película del Liverpool-Arsenal de 1989

Cualquier seguidor de fútbol tiene una historia detrás, un motivo por el que empezó a querer unos colores. Todo ello suele estar marcado por el primer día que acudes al estadio, cuando vives unas sensaciones indescriptibles, e irrepetibles, en las que las gradas del estadio parecen el paraíso y el tupido césped una especie de cielo verde.

En el momento que tu voz se funde con la del griterío, estás atrapado. La fiebre del fútbol es algo que se apodera de ti y termina contagiando a muchas personas de tu alrededor, compartiendo tu misma enfermedad.

El escritor y guionista Nick Hornby
Nació en Inglaterra en 1957, tiene la capacidad de emocionar y hacer reír a partes iguales en sus textos. Posee un don para dotar a sus personajes de un halo de nostalgia y tristeza, que poseen un discurso directo y claro, creando empatía con el lector o espectador.

Sus dos primeros libros se han convertido en objetos de culto y en sendos clásicos modernos de la literatura inglesa. Enfocados a dos de sus pasiones: el fútbol, con “Fiebre en las gradas” y la música, a través de “Alta Fidelidad”. El éxito de ambas obras hizo que traspasaran las hojas de papel al telón de cine, donde también ha colaborado como guionista. Su pasión por el Arsenal, club que surgió del equipo formado por los empleados de una fábrica de armamento, queda plasmada en la película y en el libro en el que se basó.

Nick Hornby, Alta Fidelidad, Fiebre en las gradas

La película 'Fever’s Pitch' (Fuera de Juego) (1997) 
Basada en el libro 'Fiebre en las gradas' de Nick Hornby. En España la película fue traducida como "Fuera de juego", lo que puede llevar a equívocos ya que existe una cinta española y otra iraní con el mismo título.

Sinopsis: Un padre de familia, recientemente divorciado, decide cambiar los aburridos y tediosos fines de semana con sus hijos en algo diferente. Pronto encontrará con Paul una pasión común que hará cambiar la vida del chico: ir al fútbol.

Los años pasan y Paul, interpretado por Colin Firth, trabaja como profesor en una escuela. Su vida tanto profesional como personal giran alrededor de un balón y de la trayectoria de su querido Arsenal, al cual no le ve ganar una liga desde 1971.

Fuera de Juego, Fiebre en las gradas
Escena de la película "fuera de juego", con dos de los protagonistas jugando al Subbuteo.
El 'hooliganismo' entra en escena
La otra cara del fútbol, la menos amable, es la de adultos que el día del encuentro actúan de manera poco madura. El exceso de alcohol y las frustraciones personales hicieron surgir los primeros conatos de violencia: el casualismo y el movimiento 'hooligan' pasaban a formar parte de la subcultura urbana y de la idiosincrasia de los clubes, atrapando a una parte de sus aficionados, que poblaban las vetustas gradas revestidas de madera a las que se accedía, y accede (en algunos casos) por estrechos recovecos, convirtiendo algunos estadios en trampas de hormigón.

Las avalanchas y los hooligans eran los elementos que faltaban para hacer del fútbol una bomba de relojería a punto de estallar. El fútbol enfermaba en Inglaterra, empujado por la grave crisis económica que dejaba en pésimas condiciones a las infraestructuras y acondicionamientos de los campos, y por otro lado a parte de la multitud, cuya penuria social, traducida en desempleo, necesitaba apagar su desesperanza en algo más que alcohol o incendiarlo, para transformar la desesperación acumulada en violencia.

Las actitudes de los hooligans están perfectamente retratadas en el tema de Iron Maiden'A Weekend Warrior', adquiriendo mucha relevancia su crítica al ser un grupo musical muy ligado al fútbol -al West Ham concretamente-.

El desastre de Hillsborough
La catástrofe de Hillsborough (Sheffield), de 1989, fue uno de los cuatro grandes desastres futbolísticos ocurridos en Gran Bretaña, tras el siniestro de Burden Park, de Bolton (1946), el trágico‘Old Firm’ de Ibrox Park, en 1971 y el incendio de Valley Parade en Bradford en 1985.

Hillsborough, Sheffield
Foto del estadio de Hillsborough, tomada por el usuario Mick Knapton.

El encuentro de Hillsborough, Sheffield, del 15 de abril de 1989, correspondía a las semifinales de la F.A. Cup entre el Liverpool de Kenny Daglish y el Nottingham Forest del mítico Brian Clough. Una avalancha de aficionados fue el detonante del infierno que se vivió, donde murieron 96 seguidores de los ‘reds’. Sheffield, cuna del primer partido de fútbol, pasaba a engrosar la fatídica lista de siniestros relacionados con el balompié.

El Liverpool volvía a llorar por sus hinchas. Un club que todavía estaba en duelo por la tragedia de la final europea celebrada en Bruselas, en el estadio Heysel (1985), donde la violencia de los 'hooligans' y 'ultras' juventinos provocaron el terror, traducido en avalanchas y asfixias por aplastamientos de la masa que quería salir de unas vallas que hacían de ratoneras. Esto supuso una sanción de 5 años para todos los equipos ingleses en competición europea y diez para el Liverpool, una pena rebajada posteriormente a seis años.

Los 'reds', apenas cuatro años después, volvían a recibir la misma herida en su corazón. Fue tal el impacto de este acontecimiento, que en el centenario del club del Merseyside, (1892-1992) se incluyeron un par de llamas, a ambos lados del escudo para simbolizar el eterno recuerdo de la institución a las personas perdidas en Hillsborough.

escudo del Liverpool

El fútbol en las Islas estaba en coma, la primera medida tomada surgió del informe Taylor, que recomendaba cambiar la estructura de los estadios, obligando a estar el público sentado. Lo que permitía más control para el club y para los cuerpos de seguridad, además de la influencia positiva psicológica que podía tener sobre cada uno de los espectadores el hecho de ocupar un sitio, y no estar de pie de manera incontrolada. En la temporada 1994-95, la norma se hizo efectiva en Inglaterra y Escocia.

La temporada del Arsenal en 1989
El año 1989 fue el primero en casi dos décadas en el que el Arsenal, fundado en 1886, aparecía por la cabeza de la tabla después de las navidades. Su distancia frente a sus adversarios parecía suficiente, pero los de Highbury comenzaron a ver cómo la renta con sus seguidores se acortaba. A falta de tres partidos, el Arsenal sacaba cinco puntos al Liverpool, la victoria en Inglaterra ya se contabilizaba por tres puntos (a diferencia de España donde seguíamos con el antiguo sistema de puntuación). Los ‘gunners’ tenían dos partidos en casa (Derby y Wimbledon) y un tercero fuera, en el feudo de los ‘reds’.

escudo del Arsenal
El fatalismo del Arsenal es comparable a los personajes de Hornby, marchando por la vida con un cartel de perdedores que termina por impedir progresar en sus objetivos. La última Liga, de 1971, quedaba lejos y la presión de volver a ser campeones hizo del cuadro londinense un manojo de nervios.

En un empeño por dar emoción al campeonato y de tirar por la borda las esperanzas de la afición, cedieron un empate ante el, hoy desparecido, Wimbledon y una derrota ante del Derby County, lo que hizo malversar la renta de ventaja. Tanto, que antes del fraticida enfrentamiento de la última jornada, el Liverpool aventajaba por 3 puntos a los ‘cañoneros’.


Un final de película
El 26 de mayo de 1989, el Liverpool jugaba contra el Arsenal, era la última jornada del campeonato. El partido estaba programado para haber sido disputado el 23 de abril, pero los acontecimientos de Hillsborough y el calendario copero del Liverpool, que terminó logrando la F.A. Cup, pospuso un encuentro que terminó convirtiéndose en una ‘final’ por el campeonato liguero.

Los ‘gunners’ tenían que vencer por más de dos tantos, para así igualar el gol-average y vencer por mayor número de goleas anotados . El duelo enfrentaba al primero contra el segundo de la clasificación. 76 puntos para los ‘reds’ y 73 para los ‘gunners’.

El choque empezó con un hermoso gesto, los jugadores del Arsenal saltaron al césped con ramos de flores que entregaron en cada uno de los puntos del estadio, como señal de respeto hacia los fallecidos de Hillsborough.

La suerte estaba echada, las estadísticas y los pronósticos estaban en contra del Arsenal, recordando la maldición que suponía no haber ganado en Anfield las últimas 13 temporadas.


Tras un primer tiempo anodino y sin goles, llegó la reanudación donde Adams marcó para los londinenses. El tiempo se detuvo en Anfield, para que el árbitró consultara con el linier y tras unos instantes de deliberaciones dieron el gol por legal, el Arsenal vencía pero la renta era insuficiente, los minutos pasaban y todo parecía indicar que los ‘reds’ se iban a alzar con su 19º título.

En el minuto 90, Richardson robaba un balón a Barnes. Desde el arco de los ‘gunners’, Lukic lanzó un pase a Dixon, éste lo puso en largo para Alan Smith que metió un balón al hueco de los centrales, Michael Thomas terminó por controlar, con algo de fortuna, el esférico para tocar con el exterior de su pie y guiar al cuero a las mallas y a una parte de Londres al éxtasis.

Los cañoneros de Highbury volvían a disparar. Los ‘gunners’ eran los campeones. El Arsenal era el triunfador agónico de un final de película que inspiró a Nick Hornby para comenzar a escribir el guión de su primer libro.

Arsenal campeón 1989

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