El fútbol europeo suele mirar con envidia la capacidad que existe en Sudamérica de vivir con el alma este deporte. En las canchas de ese lado del planeta el balón todavía corre alegre y con un tono más alejado del profesionalismo mientras en las gradas surge una pasión indescriptible por unos colores y un escudo. La admiración de Argentina por el fútbol adquiere un carácter casi místico y encuentra en Rosario un particular santuario de devoción.
Rosario, tercera ciudad argentina
La demografía de Argentina es plenamente urbana con buena parte del territorio rural de la nación completamente despoblado. El área de la provincia de Buenos Aires recoge al 40% de los ciudadanos -que superan los 40 millones de habitantes-, por detrás de la capital se encuentran las provincias de Córdoba y Santa Fe, cuya ciudad más relevante es Rosario.
Rosario, cuna de la bandera
Rosario está situada a la misma distancia, aproximadamente, de Buenos Aires y de Córdoba, nació en el siglo XVIII como una pequeña aldea que debe su bautismo a la capilla de la Virgen del Rosario. La urbe está situada en el margen del río Paraná, importante nexo de tráfico fluvial entre Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay, con la denominada hidrovía que alcanza los 3.400 Km de longitud.
En la ribera del Paraná, en 1812, el General Belgrano enarboló primera vez ante sus tropas la bandera argentina. Un emblema basado en la escarapela azul celeste y blanca, cuyo motivo de elección todavía está en estudio, aunque el propósito parece ser claro y no era otro que diferenciar sus tropas de las española que lucían el rojo. Este es la razón por la que se conozca a Rosario como cuna de la bandera del país.
Un rosario de grandes futbolistas
El fútbol en Rosario es toda una religión, pura mística. Sus calles han visto nacer a grandes referentes del balompié nacional, entre los que destacan: César Luis Menotti, Marcelo Bielsa, Tomás Felipe Carlovich, Gerardo Martino, Cristian Kily González, Santiago Solari, Lionel Scaloni, Aldo Pedro Poy, César Delgado, Maxi Rodríguez, Cristian Álvarez, Ezequiel Garay, Lionel Messi, Ángel Di María, Éver Banega, Luciano Figueroa, Mateo Musacchio o Mauro Icardi, por citar algunos ejemplos de una ciudad que se desvive por este deporte y que principalmente está representado por dos clubes.
Club Atlético Rosario Central
Su fundación estuvo vinculada a las pachangas realizadas por los trabajadores del ferrocarril de Rosario a finales del siglo XIX. La influencia anglosajona se plasmaba tanto en el primer nombre del club, Central Argentine Railway Atheltic Club, como en el primer presidente, cuya nacionalidad era escocesa. La nochebuena del año 1889 es considerada oficialmente como fecha de la constitución del club.
Con el tiempo, se amplió la entrada a la asociación a todo el público siendo necesario antes estar vinculado al mundo del tren. Este gesto de apertura facilitó la llegada de jugadores y la castellanización del club, para ser conocido como Club Atlético Rosario Central.
El carácter popular de la entidad se puede observar también en el nombre del estadio, que sirvió como sede para el Mundial de 1978, y que recibe el simpático título de Gigante de Arroyito, denominación del barrio donde está asentado la cancha de Central.
Los colores azul y oro sustituyeron en 1904 a las primeras equipaciones que usaban cuadros rojos y blancos y posteriormente azules y blancos. La institución se la conoce como la Academia y presume por igual tanto de ser el primer equipo fuera de Buenos Aires en ganar un título internacional -la Conmebol de 1995- como de sus 4 trofeos nacionales, haber disfrutado del arte de Mario Kempes o robar el corazón futbolero a Ernesto Ché Guevara.
Club Atlético Newell's Old Boys
El conjunto rosarino debe su original denominación a Isaac Newell, docente del Colegio Comercial Anglo Argentino, y principal responsable de la práctica del fútbol en la ciudad. Se considera 1903 como la fecha de partida de esta institución estudiantil formada por antiguos alumnos y que homenajeaba su pasado educativo tanto en el nombre como con los tonos rojos y el negros, extraídos del escudo del colegio.
Los éxitos del club se resumen en 6 campeonatos nacionales y se explican por su extraordinaria política con las divisiones inferiores. En este palmarés han tenido una vital importancia dos ex jugadores de la institución que han colaborado en dejar al equipo campeón desde los banquillos: el 'Tata' Martino y Marcelo Bielsa, nombre con el que se conoce el feudo de Newell's desde 2009.
La prolífica cantera de NOB presume de haber formado a jugadores surgidos de sus equipos juveniles y que posteriormente han tenido un gran papel internacional, como: Gabriel Batistuta, Jorge Valdano, Abel Balbo, Américo Gallego, Gabriel Heinze, Roberto Sensini, Mauricio Pochettino o Lionel Messi. Además, Newell's fue uno de los seis equipos en los que jugó Diego Armando Maradona.
El clásico rosarino
Está catalogado como uno de los clásicos más pasionales del mundo y uno de los más coloridos. El derbi de Rosario es una centenaria rivalidad que pasa por ser la más antigua de Argentina. El primer enfrentamiento data de 1905 para sumar un total de más de 330 partidos, los cuales arrojan una gran igualdad entre ambos conjuntos.
Aunque existen discrepancias al respecto, la historia más romántica sobre el origen de los apodos más habitualmente utilizados para definir a Newell's y Central habla de un encuentro benéfico que se iba a disputar motivado por el Patronato de Leprosos. Los rojinegros acudieron a la llamada de dicha cita pero no así los auriazules, fruto de esta decisión los primeros fueron considerados como 'leprosos' y los otros como 'canallas'. Si bien, existen multitud de teorías al respecto, algunas avalando esta anécdota y otras que ofrecen un sentido alternativo.
La 'palomita' de Aldo Poy
En esta larga lista de clásicos rosarinos destaca el gol logrado por Poy ante NOB, en cancha neutral de River Plate, un 19 de diciembre de 1971 en partido correspondiente a las semifinales del Torneo argentino. El duelo se resolvió con un cabezazo en plancha del bigotudo jugador, denominada 'palomita' en Argentina, que servía para clasificar a Central a la final, donde a la postre lograba el triunfo ante San Lorenzo.
Este primer título de los 'canallas' es más recordado por las semifinales que por el posterior enfrentamiento ante los de Almagro. Es más, se trata del gol más veces celebrado en la historia del fútbol. Cada 19 de diciembre, Poy recrea su acción en cualquier lugar, cualquier país -Chile, España, Estados Unidos, Uruguay o Cuba- siempre rodeado de hinchas quienes reviven la acción.
El gol pasó a la memoria popular e incluso saltó a la literatura a través de la pluma del fallecido escritor y humorista gráfico Roberto Fontanarrosa-
El 'Trinche' Carlovich
Tomás Felipe Carlovich es una de las mayores leyendas de Rosario. Un desconocido para muchos de los seguidores de este deporte que adquiere un carácter icónico en la provincia de Santa Fe y en especial en Rosario. Un mito potenciado por la escasez de imágenes y grabaciones que casi lo convirtieron en fábula, si no llega a ser por la veneración que despertó en aquellos que le vieron jugar y por las referencias en los periódicos de una época donde las hemerotecas eran un bien preciado difícil de conservar.
Carlovich, de procedencia yugoslava, dicen que era el clásico talentoso futbolista de barrio, de gran técnica, con desparpajo y con una zurda repleta de extraordinaria habilidad. Tras esta presentación, lo extraño es comprobar que sólo jugara un par de fechas en la máxima categoría argentina.
La respuesta hay que encontrarla en el propio personaje. Un hombre pausado dado a la tranquilidad, más a la pelota que al esfuerzo físico o a la disciplina. Todo ello hizo que su paso por Rosario Central fuera efímero, de puntillas. Las puertas de los canallas se cerraron para abrir las de otro equipo de la ciudad: Central Córdoba, un club acostumbrado a vivir a la sombra de los dos grandes instituciones rosarinas y que fue el foco de atención durante los 70 y 80 gracias a la magia de Carlovich.
Carlovich enamoraba en cada actuación de Central Córdoba, como si de un torero de renombre se tratara. Su fama creció arrastrando a legiones de seguidores, entre los que se encontraban Marcelo Bielsa, José Pekerman, César Luis Menotti, Carlos Timoteo Griguol o el propio Diego Armando Maradona. Una peregrinación constante que provocaba situaciones chocantes como que un árbitro decidiera no expulsar a Carlovich para que siguiera dando espectáculo, que el precio variara si participaba el 'Trinche' o que la directiva de un club rival diera el visto bueno a que el rosarino disputara un partido, a pesar de no llevar la acreditación encima para disputarlo. Detalles que engrandecen su figura.
Si Carlovich necesitaba una noche para reivindicarse ante los más escépticos y darse a conocer a toda la nación, escogió la cita idónea cuando la selección Argentina decidió culminar la gira de preparación al Mundial de 1974 con un partido ante un combinado de estrellas rosarinas que había decidido salomónica contar con 5 representantes de Newell's, otros tantos de Rosario Central y otro de Central Córdoba, que obviamente fue Carlovich.
Los rosarinos saltaron aquel otoño para enfrentarse ante la albiceleste apabullando al propio combinado nacional, liderado por Mario Alberto Kempes. El resultado final no ofrecía dudas con un rotundo 3-1 para el equipo de Rosario que contó con un Carlovich excelso al que muchos integrantes de la selección nacional no conocían. Leprosos y canallas se abrazaron, olvidando sus colores, con el pitido final en un día de reivindicación del fútbol del interior del país. Una noche de aplausos para un genio incomprendido que ha pasado como un fantasma por las páginas del fútbol internacional, menos de aquellos que le vieron y disfrutaron de su inconfundible estilo.
Diego Armando Maradona fichó en 1993 por Newell's, una corta estancia que apenas duró cinco partidos, a su llegada a Rosario fue agasajado por un periodista que dijo que era un honor para la ciudad contar con el mejor jugador, a lo que el '10' contestó: "el mejor jugador ya ha jugado en Rosario y es un tal Carlovich”.
lunes, 1 de julio de 2013
El fútbol de Rosario: la lepra, los canallas y Carlovich
Posted by
Álvaro Lamela
at
15:28
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